El eclipse lunar del pasado enero dejó en España un hito astronómico para la ciencia, el registro del primer meteorito impactando contra nuestro satélite durante un evento de esta naturaleza. Pero, al margen de los especialistas, fue un espectáculo que pocos pudieron disfrutar: en nuestro país solo se pudo apreciar en la madrugada del lunes, un horario complicado para el común de los mortales.
El evento de la noche del martes 19 de febrero, por otra parte, será menos espectacular pero más accesible: presenciaremos, con la complicidad de los cielos despejados en la práctica totalidad del país, la segunda de las tres 'Superlunas' que se producirán en 2019, y la mayor de todas. El mejor momento para observarla será al atardecer: "La Luna parecerá extremadamente grande cuando salga y se ponga"- confirma la NASA.
¿Pero en qué consisten estas 'Superlunas'? Como cualquier otro objeto del Sistema Solar, la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no describe un círculo perfecto: es elíptica. El máximo punto de alejamiento de nuestro satélite es el denominado apogeo, y se encuentra a unos 405.500 kilómetros de distancia. A la inversa, el máximo acercamiento es el perigeo, a 363.300 km de media, y si coincide con una fase de luna llena es cuando se produce la magia: la luz solar reflejada será más intensa de lo habitual.
El perigeo del 19 de Febrero será el que más nos acerque a la Luna: 356.761 km, frente a los 357.344 km de la 'Superluna de Lobo de Sangre' de enero y los 359.380 km de la próxima de marzo, por lo que esta noche será una buena oportunidad para salir a pasear, adecuadamente abrigados, sin temor a tropezar en la oscuridad. El tamaño del astro podría ser cerca de un 14% mayor y un 30% más brillante que una 'Microluna', la que corresponde al apogeo.
Otro dato: el aspecto gigantesco de la Luna al atardecer no significará que esté más cerca. No es otra cosa que una ilusión óptica, provocada por la cercanía de objetos como edificios, montañas o el propio horizonte. Para comprobar con nuestros propios ojos que no ha cambiado de tamaño durante la noche, la NASA nos anima a usar una moneda con el brazo extendido: colocándola frente a la Luna, veremos que seguirá siendo la misma aunque parezca menguar en lo alto del cielo nocturno.
¿Y de dónde sale la moda de bautizar cada 'Superluna' con un nombre diferente? Las "lunas de sangre" responden a la coloración rojiza que se produce en los eclipses, producto de la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre.
El resto de nombres está inspirado culturalmente por los meses lunares: calculados en función de las fases de la Luna, eran la principal forma de datación en las sociedades preindustriales. Y así, la principal luna llena de febrero sería la 'Luna de Nieve', por ocurrir en mitad del invierno. Recordando las carestías y durezas de la estación, otros nombres que recibe son 'Luna de hambre' y 'Luna de hueso'.