El 'Moon Diver' ('Buceador lunar'), un nuevo diseño de vehículo espacial tipo rover todoterreno de la NASA, estaría en funcionamiento a partir de mediados de la próxima década y tendría la capacidad de descender por uno de los enormes abismos abiertos en la superficie de la Luna. El robot debería ser capaz de descolgarse por las paredes verticales de la cueva unos 40 metros, y caer al vacío durante otros 60, tras lo cual podría explorar el ignoto submundo de nuestro satélite.
Se han identificado una docena de pozos profundos en la Luna, localizados en las áreas antaño cubiertas por lava en la época de mayor actividad geológica del satélite y que a día de hoy se han enfriado, formando llanuras basálticas. Se calcula que estas cavernas son tan anchas "como un estadio de fútbol" y tan profundas como para "albergar un edificio", según la Agencia Espacial.
La espeleología lunar es de gran interés para los geólogos, porque los cortes de terreno revelarán la historia de la formación de la Luna sedimento a sedimento. Pero también abren una posibilidad para la colonización lunar: podrían servir de refugio para instalaciones y, a la postre, para una base con personal humano que estaría a salvo de la radiación solar, el bombardeo de los micrometeoritos y los radicales cambios de temperatura que se producen en la superficie.
El Moon Diver se aproximaría a la boca del pozo y desplegaría un segundo robot bautizado como 'Axel'. Concebido como dos ruedas a ambos extremos de un eje, iría unido al rover por un cable que se iría desplegando para permitirle descender en rápel y colgar en el vacío. Al tocar el fondo, Axel rodaría tomando muestras de su entorno, y una vez completase su misión, sería alzado de nuevo al Moon Diver.
Tecnología española para colonizar el espacio
La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Agencia Espacial Europea (ESA) están cada vez más cerca de conseguir la tecnología necesaria para poder establecer colonias humanas en el espacio que sean 100 % autosuficientes, reciclando los residuos generados para generar alimentos, oxígeno y agua potable.
El laboratorio Melissa, el acrónimo de ‘Micro-Ecological Life Support System Alternative’, es una "planta piloto" que se inició el año 2009 como proyecto de investigación de la ESA para desarrollar tecnologías de apoyo a la vida para hacer posible misiones tripuladas de larga duración en el espacio.
El programa de investigación busca “autoabastecer de agua, oxígeno y alimentos a la tripulación de una misión espacial, a la vez que tratar los residuos generados para que sea lo más autosuficientes posible y no sea necesario enviar naves periódicamente para abastecerla”, ha explicado su director Francesc Gòdia.
Los tres compartimentos que se han conseguido mantener en funcionamiento son un biorreactor de nitrificación -para tratar residuos biológicos-, un fotobioreactor de microalgas -se ha mejorado la eficiencia de la iluminación para plantar alimentos que ahora se basa en luces LED- y un compartimento aislado con una “tripulación” muestra con tres ratas.
Hasta el momento, los investigadores han conseguido plantar con éxito plantas como la lechuga y microalgas como la espirulina -un complemento alimenticio- y han tratado los residuos biológicos para reutilizarlos. Los residuos sólidos se hidrolizan para convertirse en fuentes de carbono y los residuos líquidos se nitrifican para regar las plantas.
El siguiente paso, una vez puestos en funcionamiento los seis compartimentos, será introducir una población de entre 40 y 60 ratas -equivalentes a una persona en consumo de oxígeno- para que vivan de manera autosuficiente durante dos años.