El final de Parque Jurásico (1993) es de los que se graban en la memoria: desde el helicóptero en el que se acurrucan los supervivientes, el paleontólogo Alan Grant observa el vuelo de unos pelícanos con una sonrisa melancólica, recordando cómo explicó previamente que las aves y no los reptiles son las auténticas descendientes de los dinosaurios que sobrevivieron a la extinción. Una vez más, la evidencia científica enmienda a la película: las aves modernas no aparecieron después, sino que fueron sus contemporáneas durante el Cretácico.
Investigadores de la universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Museo de Historia Natural de Maastricht (Países Bajos) han demostrado que una característica común al cráneo del 99% de los pájaros actuales, el pico móvil, ya había sido producida por la evolución antes de la extinción de todos los grandes dinosaurios hace 66 millones de años. Según el artículo publicado en la revista Nature, los cráneos de aves como los avestruces y los emús son pruebas de evolución "a la inversa", una reversión a una configuración más primitiva tras la aparición de los pájaros modernos.
Usando imágenes por tomografía computarizada, el equipo de Cambridge ha podido identificar huesos en el paladar de un gran pájaro dentado, el Janavis finalidens, que compartió los últimos días de los dinosaurios sobre la Tierra. La disposición de los huesos demuestra que poseía un pico móvil y hábil, prácticamente indistinguible del de un ave marina actual a excepción de los dientes. Esto implica una necesaria revisión de la hipótesis predominante sobre la evolución de estos animales.
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Hay unas 11.000 especies diferentes de aves conocidas en la Tierra, y se clasifican en dos grupos en función de cómo se disponen los huesos de su paladar. Los familiares de el avestruz y el emú son los paleognatos, las "mandíbulas antiguas", ya que se encuentran fusionadas, formando un hueso único y sólido, como los humanos. El resto de pájaros son neognatos, 'mandíbulas modernas', con los huesos unidos por una junción móvil que permite un pico útil para construir nidos, alimentarse y acicalarse.
Hasta ahora, según el Dr. Daniel Field del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge y autor sénior del trabajo, no se había encontrado un fósil lo bastante bien preservado como para cuestionar esta división. Sin embargo, un cráneo de Janavis apareció en una roca extraída de una cantera belga en los noventa, con una antigüedad de 66,7 millones de año. La aplicación de la tomografía computerizada al fósil permitió observar en fecha reciente los huesos en el interior de la piedra. Los investigadores estaban sorprendidos, porque lo que se había descrito como una clavícula no encajaba con sus expectativas.
"Entonces nos dimos cuenta de que habíamos visto un hueso similar en un cráneo de pavo", explica el Dr. Juan Benito, que por entonces era estudiante de doctorado. Al compararlo con el de las aves modernas, los investigadores se dieron cuenta de que eran "identicos". Pero el hueso formaba parte del cráneo del pavo, no de su clavícula. La conclusión fue que Janavis era un pájaro premoderno al conservar todavía los dientes, pero que su pico funcional ya era equivalente al de las aves modernas. Los paleognatos, por tanto, habían seguido el camino inverso en fecha posterior.
"Usando análisis geométricos, hemos podido demostrar que la forma del hueso del paladar fósil es extremadamente parecido al de los pollos y patos vivos", explica Pei-Chen Kuo, coautor del trabajo. "La evolución no trabaja en línea recta", reflexiona Field por su parte. "Hemos estado completamente desorientados en lo que se refiere a la evolución de los pájaros modernos durante más de un siglo. Ahora sabemos que el pico móvil, que pensábamos que evolucionó con ellos, ya existía en los pájaros prehistóricos".
Los investigadores plantean que el Janavis se extinguió junto a los dinosaurios debido a su gran tamaño: pesaba kilo y medio, y medía lo mismo que un buitre actual. Sin embargo, otras aves contemporáneas con su misma configuración de pico y menor tamaño habrían sobrevivido al colapso ecológico que provocó el impacto del meteorito. Ellos serían los verdaderos ancestros de los pájaros que nos acompañan hoy en día.