A la izquierda, David Grusch, ex agente de Inteligencia; a la derecha, una de las grabaciones OVNI divulgada por EEUU.

A la izquierda, David Grusch, ex agente de Inteligencia; a la derecha, una de las grabaciones OVNI divulgada por EEUU.

Investigación

Naves alienígenas ocultas, pilotos muertos y un "no estamos solos": así es el último gran 'Expediente X'

Una nueva acusación de encubrimiento de fenómenos extraterrestres ha llevado a la convocatoria de una investigación en el Congreso de EEUU.

14 junio, 2023 02:34

Para que exista una teoría de la conspiración, basta con encajarla en un marco narrativo muy concreto: "Un grupo de personas se está confabulando en secreto para promover algún tipo de resultado siniestro". Esta máxima, descrita en Human Nature Behavior en 2022 es aplicable de los movimientos negacionistas, independientemente de su causa, a las ideologías extremas y los cultos. La más longeva y exitosa es sin duda la de los fenómenos OVNI: el presunto ocultamiento de evidencias de la presencia de alienígenas en la Tierra. Y hasta la fecha, cada intento de aportar transparencia a la materia ha aportado una nueva avalancha de dudas.

Efectivamente, los 'Objetos Volantes No Identificados' son una realidad incómoda que acompaña a la historia de la aviación. Todas las fuerzas aéreas, incluida la española, cuentan con sus expedientes sobre encuentros inexplicables en el cielo. El el 25 de junio de 2021, el Pentágono publicaba su informe sobre lo que pasaban a conocerse como 'Fenómenos Aéreos No Identificados' (UAP por sus siglas en inglés), y en 2022 se fundaba la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) para tratar de coordinar la investigación sobre los avistamientos.

Sin embargo, ninguna instancia oficial ha llegado a aportar una realidad fehaciente o una conclusión desprovista de ambigüedades. La última en alimentar las gamas de grises de las que se nutren las conspiraciones ha sido la propia NASA. Su postura, emitida hace unas semanas, es que "no poseen suficiente información de calidad" como para analizar científicamente el fenómeno UAP. Días después, el medio especializado The Debrief publicaba un reportaje en el que figuras de la inteligencia estadounidense hablaban de informes sobre "aeronaves" de origen "no humano"

[Estados Unidos estudia más de 800 posibles casos de OVNIs: el número aumenta todos los meses]

La persona responsable de esta filtración es David Grusch, de 36 años, que sirvió en las fuerzas aéreas de EEUU y fue destinado precisamente a la investigación de los UAP. El artículo cita también a Jonathan Grey, un agente que se encontraría en activo en la defensa aeroespacial de EEUU, que confirmaría que "no estamos solos" en el universo y que "en todo el mundo" se han recogido artefactos -e incluso a "sus pilotos", según otras declaraciones. Finalmente, Grush habría proporcionado informes lo bastante solventes como para que el republicano James Comer, presidente de Supervisión de la Cámara de Representantes, anunciara una comisión al respecto

¿Por qué se le da credibilidad?

Como señala Adam Dodd, investigador de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de Queensland en un artículo de The Conversation, hay aspectos de esta historia que la separan de otras alegaciones sensacionalistas y sin fundamento. Comenzando por los antecedentes de los reporteros, Leslie Kean y Ralph Blumenthal. Fueron ellos los que destaparon en 2017 para el prestigioso The New York Times que el Pentágono tenía un 'programa OVNI' en el que había gastado 22 millones de dólares. La publicación forzó a las autoridades a optar por una mayor transparencia.

El expediente militar de Grush ha sido comprobado y avalado por sus superiores antes de publicar el artículo, y el propio autor de la filtración se sometió, según los autores, a una Revisión de Seguridad de Prepublicación por parte del Pentágono. Eso implicaría que los mandos militares estadounidenses autorizaron la divulgación. ¿Por qué lo habrían permitido si fuera mentira?, se pregunta Dodd. Pero, por otra parte, ¿por qué accederían a que una información tan sensible y con tantas implicaciones de Seguridad Nacional viera la luz en circunstancias tan dudosas?

Grush sostiene que los documentos que ha remitido tanto a los periodistas como a los congresistas son oficiales, y se está incumpliendo la ley de información pública. A la pregunta de por qué las demás instituciones gubernamentales, incluida la propia oficina para la investigación de UAPs, alegan desconocer esta información, el exmilitar responde culpando a la burocracia. Los informes sobre OVNIS estarían repartidos por distintas agencias y entidades que no los comparten entre sí, alega, mientras que él ha podido recopilarlos y unificarlos "durante décadas".

¿Cuáles son las dudas?

El artículo está lleno de expresiones categóricas sobre "evidencias indudables" sobre los "materiales exóticos", cuyos isótopos radiactivos situarían su origen más allá de la Tierra, que se han recuperado en abundancia. Sin embargo, ninguna de las fuentes, ni siquiera Grush o Grey, afirma en ningún momento haber visto los restos de las "aeronaves" o sus "pilotos". Insisten en el gran volumen de documentos que habrían remitido a los congresistas, pero en ningún momento se precisa en qué consistiría el material alienígena, y dónde se encontraría custodiado.

Por otro lado, los autores admiten que 'Jonathan Grey' es un pseudónimo detrás del que se ocultaría un agente de inteligencia real, hablando off the record. El equipo de verificación de Newsweek se puso en contacto con el organismo para el que presuntamente estaría trabajando bajo ese nombre en clave, el Centro de Inteligencia Nacional del Aire y el Espacio (NASIC), sin obtener información alguna. Por otra parte, varios antiguos oficiales del mismo grupo del Pentágono al que estuvo adscrito Grush están apareciendo en programas de ocultismo, añadiendo poltergeists y hombres-lobo al mejunje conspirativo.

Este último dato es el que invita a la mayor suspicacia. Y es que, desde que abandonó las Fuerzas Aéreas, Grush se ha dejado querer como experto en ufología que no teme zambullirse en el esoterismo. Como destapó Steven Greenstreet, periodista del New York Post, fue citado en Le Parisien como experto sobre la teoría de "la campana de Hitler", un presunto OVNI de la Segunda Guerra Mundial que también habría funcionado como máquina del tiempo. Si finalmente se convoca la comisión parlamentaria y Grush es invitado a hablar, tendrá ocasión de presentar su caso.