La noticia tiene los ingredientes perfectos para una película de ciencia ficción o una teoría de la conspiración: un grupo de militares condecorados revela en la sede legislativa de Estados Unidos que su Gobierno no solo oculta informes sobre objetos voladores, sino auténticos restos de ovnis y sus pilotos alienígenas. Aunque la declaración ha llevado al subcomité del Congreso de EEUU a pedir información a la Casa Blanca, ninguno de los declarantes ha aportado pruebas de sus afirmaciones.
Los tres militares retirados han declarado antes los congresistas que las autoridades estadounidenses llevan décadas detectando sobre el espacio aéreo del país objetos considerados como amenazas para la seguridad nacional. Ya en 2021, el Pentágono fue obligado a publicar un informe sobre lo que pasaban a conocerse como 'Fenómenos Aéreos No Identificados' (UAP por sus siglas en inglés). En 2022 se fundaba la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) para tratar de coordinar la investigación sobre los avistamientos.
Hace apenas unos meses, este organismo admitió que estaba investigando hasta 800 fenómenos y que iban en aumento, en el contexto de la paranoia por la aparición de un globo espía chino en el cielo de EEUU. Este mismo año, la NASA concluía que no podía ofrecer una valoración determinante sobre si alguno de estos avistamientos podía considerarse como una aeronave extraterrestre, dada la falta de datos. En este contexto, la declaración de David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea afirmado que el Pentágono conserva tanto naves alienígenas como "restos de sus pilotos", ha resultado explosivo.
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Grusch realizó originalmente sus declaraciones en un medio especializado en Defensa, The Debrief, que acreditó su expediente militar. El especialista estuvo adscrito al Centro de Inteligencia Nacional del Aire y el Espacio (NASIC) en una unidad precisamente destinada a investigar los avistamientos no identificados. En la publicación y ante el Congreso, ha llegado a decir que Estados Unidos tiene un programa para estudiar la supuesta tecnología extraterrestre e intentar reproducirla a través "ingeniería inversa".
Sin embargo, ante las preguntas de los congresistas, el exoficial de inteligencia se ha negado a ofrecer detalles concretos alegando que se trata de información reservada. Grusch no ha afirmado en ningún momento haber visto ni los restos de los ovnis, ni la tecnología alienígena, ni los presuntos cadáveres de extraterrestres: toda su información, afirma, proviene de los documentos que pasaron por sus manos. Eso le ha llevado también a declarar que los experimentos con materiales alienígenas han causado "accidentes" con "heridos".
Otros testigos
Aunque ha sido el más espectacular, el testimonio de Grusch no ha sido el único. El teniente Ryan Graves, antiguo piloto de un avión de combate F-18 de la Marina estadounidense, afirmó en su declaración inicial que "si los ovnis son drones extranjeros, son un urgente problema para la seguridad nacional", y si los ovnis no son de origen humano, "es un tema para la ciencia". En cualquier caso, "los objetos no identificados son una preocupación para la seguridad aérea".
Otro de los pilotos retirados, el comandante David Gravor, testificó cómo presenció en 2004 un ovni con la forma de un "tic tac" -la golosina que se vende con un dispensador de grajeas- con "capacidades de vuelo imposibles para la tecnología de los Estados Unidos". E incluso si fuera un proyecto secreto estadounidense, "necesita ser supervisado" por los legisladores", declararon, convencidos que ellos tienen que decidir "sobre lo que mejor para los intereses" del país.
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Ante la abundancia de testigos, en muchos casos pilotos tanto militares como civiles, los integrantes del subcomité han solicitado al Gobierno estadounidense que establezca un sistema "transparente y seguro" para que estos incidentes puedan ser reportados ante las autoridades sin dañar la reputación de los testigos.