Europa, que se comprometió a reducir un 20% las emisiones con respecto a 1990, va camino de cumplir sobradamente este objetivo, pese a que algunos de sus miembros, España entre ellos, son un pesado lastre para lograr esta meta. Para más inri, en menos de un mes, Europa suscribirá previsiblemente en la Cumbre de París un acuerdo más ambicioso para luchar contra el cambio climático.
¿Aguantará España el ritmo ante este nuevo repecho o se descolgará definitivamente del pelotón?
Tras la crisis, vuelta a emitir
Europa lleva reducidas sus emisiones en un 24% con respecto a 1990, 4 puntos porcentuales por encima del compromiso. Sin embargo, España no sólo no ha logrado reducirlas sino que las ha aumentado en un 12%
"La situación de España para los compromisos contra el cambio climático, tanto para 2020 como para 2030, no es adecuada respecto al potencial que tiene nuestro país", explica Mar Asunción, responsable del programa de Cambio Climático de WWF. "De hecho, nuestro país tiene previsto aumentar sus emisiones en un 18% para 2020 y un 39% para 2030 con respecto a las emisiones de 2013".
Las previsiones del Ministerio de Medio Ambiente con respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero en 2013 estiman un aumento de un 18% en 2020 y de un 39% en 2030.
Paradójicamente, la crisis de 2008 nos situó en el camino correcto para cumplir tanto con Kioto como con los objetivos 20-20-20 (20% menos emisiones, 20% más eficiencia energética y un 20% de energías de origen renovable). Pero el siguiente gráfico muestra cómo la tímida recuperación económica ha supuesto ya un crecimiento en emisiones. Como verán, los gases de efecto invernadero son mucho más sensibles al crecimiento que la tasa de desempleo.
"Con la crisis, las cifras disminuyeron bastante en los últimos años", dice Asunción, que añade: "Ahora mismo estamos previendo que España va a seguir aumentando las emisiones".
Lo peor es que no somos los únicos. La evaluación de la Agencia Europea de Medioambiente, basada en las proyecciones de los propios miembros, muestra que "cerca de la mitad de los Estados Miembros de la UE, incluida España, prevén que sus emisiones nacionales se incrementarán al menos hasta 2020", dice a EL ESPAÑOL Jean Dejean, director de proyecto de la EEA para la mitigación del cambio climático. La clave es que este incremento será fácilmente absorbible por quienes han hecho sus deberes ambientales. No es nuestro caso.
Cómo hemos llegado aquí
Toca un poco de trasfondo histórico. A España, que suscribió el protocolo de Kioto en 2002, se le permitió en una primera fase aumentar sus emisiones dado que se encontraba, con el Gobierno de José María Aznar, en pleno crecimiento económico. Aún así se impuso un límite, un aumento del 15% respecto a 1990.
Como era esperable, España se pasó y llegó hasta casi un 21% en 2012. Para corregir el superávit y cumplir con Kioto, tuvo entonces que adquirir derechos de emisión -créditos de carbono- a los países del este de Europa. Así, se compraron a Polonia 100 millones de toneladas a precio de saldo, unos 40 millones de euros, algo que se celebró porque meses antes le habría costado a España diez veces más. "Realmente se pasó el trámite, pero no porque redujéramos las emisiones o hiciéramos medidas estructurales", dice Asunción.
El siguiente checkpoint es 2020, que es cuando Kioto expira y el nuevo compromiso acordado de París entrará en vigor.
Cada otoño, la Agencia Europea del Medioambiente publica un informe de inventario y tendencias en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero de los estados miembros. Con estas estimaciones y los registros oficiales de emisiones hasta 2013, en EL ESPAÑOL hemos visualizado esa previsión que indicaría que España cumpliría Kioto con un cinco raspado, pero luego sus niveles de emisiones se dispararían, incluso aplicando medidas adicionales.
Desde Europa parecen estar ahora mismo más preocupados con lo que ocurra en 2020 que con lo que pueda suceder después, de ahí que no hayan exigido a España medidas restrictivas adicionales. Las evaluaciones de la Agencia Europea del Medioambiente (EEA por sus siglas en inglés) sí han señalado a ciertos estados miembros que deben implementar estar medidas.
"Nuestras proyecciones indican que hay cuatro, Austria, Bélgica, Irlanda y Luxemburgo cuyas emisiones nacionales en 2020 podrían exceder los objetivos marcados", añade Dejean. "En 2015 no hemos propuesto a España recomendaciones relacionadas con el clima pero, por ejemplo, hemos sugerido a Luxemburgo que amplíe su base tributaria, en particular sobre el consumo, los impuestos sobre la propiedad y los impuestos ambientales".
Aún sin recomendaciones, este informe, titulado Tendencias y proyecciones en Europa 2015, sí que afea a nuestro país varias cosas. Por ejemplo, señala que el país no está en disposición de cumplir el objetivo de energías renovables para 2020. Además, sitúa a España entre los países que pueden beneficiarse de un punto más de compra de créditos de emisión, hasta el 4% de sus emisiones inventariadas. Una pequeña ayuda para que los alumnos más rezagados de la clase, como Luxemburgo, Irlanda, Austria o España, no estropeen la gran obra coral de Europa.