La expansión de un pequeño número de grupos de orcas asesinas hacia nuevos ambientes provocó una evolución de su comportamiento y su estructura social. Estas son las principales conclusiones de un estudio basado en la secuenciación del genoma de 50 orcas publicado esta semana en Nature Communications.
Las orcas (Orcinus orca) son la especie más grande de la familia de los delfines, altamente sociables y que abarcan una amplia gama de hábitats, desde la Antártida a las regiones de Ártico. En varios de estos lugares, las orcas se han especializado y alcanzado estrategias de dieta y de caza específicas para cada sitio. Así, son capaces de explotar incluso pequeños nichos ecológicos.
Para este estudio, Andrew Foote, del Institute of Ecology and Evolution de la Universidad de Berna (Suiza) y sus colegas de la Universidad de Uppsala (Suecia) secuenciaron los genomas completos de 50 orcas individuales de cinco de estos lugares, o ecotipos, diferentes. Los autores encontraron que, en todos los ecotipos estudiados, cada disminución de la población -después de que parte de ella se segregara para explorar otros territorios- era seguida de una expansión. Los datos del genoma también reflejaron la evolución de la estructura social de las orcas y su comportamiento de caza.
Este estudio proporciona una información detallada de cómo la evolución de los animales sociales se ha visto influida por la interacción entre los genes y la cultura de la especie.