Ya ha pasado el tiempo suficiente desde el día de los Reyes Magos para sacar conclusiones, pero una encuesta no es útil en estos casos. La gente miente muchísimo sobre los regalos de Navidad: dicen que les han encantado, que compraron muchísimos kilos de langostinos o que no guardan el papel de embalar de sus regalos en un altillo para reutilizarlo en próximas ocasiones. Sin embargo, hay algo que nunca miente: los contenedores.
Para obtener la verdad sobre lo que ha pasado en sus hogares en este último mes, en EL ESPAÑOL hemos solicitado a la entidad de gestión de residuos Ecoembes algunos de los datos recogidos sobre el comportamiento de los españoles en estas fiestas.
En primer lugar, ¿cuál es el impacto de la Navidad para el medio ambiente? ¿Es una época de tanto desenfreno consumista como creemos? Veamos las cinco comunidades autónomas que más y que menos residuos por habitante recogen selectivamente en el contenedor amarillo. Este es su comportamiento durante las semanas navideñas.
Destacan las diferencias entre ciudadanos como los madrileños y los navarros, que depositan en los contenedores más del doble de residuos que valencianos, canarios o manchegos. Son también los que más aumentan su producción de residuos, pero en general en Navidades sólo producimos un 1,4% más que el mes anterior y, en algunos casos, esto suele provocar que en febrero se produzcan incluso menos residuos que antes de las fiestas.
En este caso hablamos de los residuos que se vierten al contenedor amarillo o de envases ya que, como explica Nieves Rey, directora de comunicación de Ecoembes, "los residuos de envases solicitados en el contenedor amarillo están más vinculados a productos de alimentación y bebidas, y una vez finalizada la Nochevieja, se reducen las celebraciones y se produce un cierto retraimiento en el gasto en estos productos después de los excesos de diciembre".
Este es el mapa de España que arroja el contenedor amarillo: latas, botellas de plástico, tetra-briks y, en general, residuos vinculados a la alimentación.
Luego está el contenedor de papel y cartón, que cuenta una historia muy diferente. "En el caso del contenedor azul se produce el caso contrario", explica Rey. No es diciembre, sino enero el mes en el que se registra un mayor incremento con respecto a la vuelta a la normalidad del mes siguiente. "Hay crecimientos en enero frente a febrero del 6,1% en 2015 y del 1,0% en 2016 que podrían ser debido al impacto de las compras de regalos de Reyes, en las que el papel y cartón es un envase muy relevante".
¿Reciclan más papel quienes reciben más regalos o quienes reutilizan menos para los regalos de los próximos meses? En cualquier caso, este es el mapa.
A priori, pueden extraerse un par de conclusiones. Hay una clara línea norte/sur en cuanto a reciclaje de papel y cartón. Por encima del paralelo 40, tan sólo los gallegos parecen tener un menor uso del contenedor azul que sus vecinos más cercanos.
El reciclaje de envoltorios también resalta los dos extremos en cuanto al consumo navideño. Los manchegos vuelven a aparecer como adalides de la austeridad y al otro lado los navarros, que consumen como si no hubiera un mañana.
Los expertos de Ecoembes advierten que estos datos no son definitivos, y que hay que sumar otros factores exógenos como el robo de cartón en las grandes ciudades o diferencias regionales como fiestas populares, vacaciones escolares o turismo. Sin embargo, no son matices lo suficientemente relevantes como para que desistamos de provocar con este artículo un nuevo pique entre comunidades autónomas. ¡Estas cosas nos dan la vida!
Corrección: Una versión anterior del artículo aludía a la utilización de los contenedores azul y amarillo como "producción de residuos", lo que puede inducir a error sobre los hábitos de estos habitantes: no producen más residuos sino que reciclan más.