Hace aproximadamente 400 millones de años, en la época conocida como Devónico, una criatura salió del agua y empezó a reptar en tierra firme. No eran tiempos fáciles para los organismos terrícolas: el mundo se dividía en Gondwana y Laurasia, la concentración de CO2 en la atmósfera era siete veces la actual y los habitantes del planeta se encaminaban hacia una extinción masiva.
¿En qué lugar aprendieron a respirar aire aquellos anfibios? Hasta el momento, las evidencias más sólidas están en Rhynie Chert, un yacimiento escocés.
Allí, el botánico Liam Dolan lleva años explorando el papel que las plantas pudieron tener en la colonización de la tierra firme por parte de estos nuevos organismos. Ahora, según informa el diario The Times, Dolan y otros están organizando una conferencia en la Royal Society para principios de marzo sobre el "primer ecosistema terrestre".
Según ha revelado Dolan, "las rocas de Rhynie son una cueva del tesoro que revela cómo las plantas evolucionaron para colonizar la tierra y, de este modo, proporcionar comida y recursos necesarios para que los animales las siguieran".
En diciembre de 2016, Dolan y otros científicos del Departamento de Ciencia de Plantas de la Universidad de Oxford publicaron un estudio en Current Biology explicando cómo el mecanismo genético que hace crecer las raíces ya estaba presente en las plantas de Rhynie, y, en definitiva, en las primeras plantas conocidas, que aparecieron hace 470 millones de años.
Aguas termales para alimentar la vida
¿Qué hizo de Escocia -que en aquella época no era sino un trozo del llamado Continente de las Areniscas Rojas Antiguas, situado al sur del Ecuador- la cuna de la vida terrestre? De acuerdo con estos investigadores, la clave estuvo en unos manantiales de agua caliente alrededor de los cuales prosperaron las primeras angiospermas, plantas con semillas, que fueron creciendo en tamaño y número.
Estos manantiales ayudaban también a inundar la zona regularmente, lo cual tuvo dos consecuencias: primero, estas especies respiraban aire pero se reproducían en el agua, segundo, las inundaciones formaron un barro mineral que contribuyó a preservar a estos tetrápodos hasta nuestros días.
Otras investigaciones anteriores apoyan la candidatura de Escocia como la cuna de los primeros organismos terrestres. En Torridon, al oeste de la región, se encontraron fósiles de microbios muy parecidos a bacterias y datados en unos mil millones de años. Este récord lo comparten Escocia y Estados Unidos, ya que se encontraron microorganismos similares en Michigan, probablemente unidas allá por el Proterozoico.
Además, en Chirnside, a unos 175 kilómetros de Rhynie, se encontraron evidencias de los primeros tetrápodos en pasar del agua a la tierra firme. Y la clave, lo verdaderamente importante, es que esta fauna que los científicos describieron como parecida a lagartos se ha fechado en 15 millones de años después de la extinción masiva del Devónico tardío, hace unos 355 millones de años. El descubrimiento es importante porque, entre otras cosas, los paleontólogos no lograban encontrar apenas fósiles de tetrápodos de esa época, entre los 345 y los 360 millones de años, a la que se denomina la brecha de Romer.