El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado este lunes su ambicioso Plan de Calidad del Aire o Plan A. Dentro de tres años, sólo aquellos coches con un distintivo de bajas emisiones podrán aparcar en las zonas verde y azul. Y cinco años después de eso, en 2025, los automóviles que emitan más de lo permitido no podrán acceder a la capital.
La propuesta presentada por Manuela Carmena e Inés Sabanés prevé también que aquellos madrileños que quieran seguir accediendo en su coche al centro de la ciudad lo sustituyan. En 2025 no podrá haber vehículos diésel matriculados antes de 2006 o de gasolina matriculados antes de 2000.
Sin embargo, los intereses de este Plan A chocan frontalmente con los de Pedro Juan de Blas, propietario de una docena de coches clásicos. "Un Renault 8, un Renault 10, un Seat 124, un Seat 127, un Renault 5, un R11, otro R14...", enumera el presidente del Club Renault 8 y 10, que cuenta con unos 250 socios.
Como De Blas, muchísimos madrileños son poseedores de coches clásicos cuya supervivencia por las calles de la capital está seriamente comprometida por este nuevo plan. Además, están dispuestos a dar la batalla.
Mientras Carmena y Sabanés anunciaban el Plan A, en Francia se aprobaba por ley que los coches anteriores a 1960 no necesitarán pasar la inspección técnica. Es una nueva victoria de la Fédération Française des Véhicules d'Époque, que a principios de año ya logró que las restricciones a la circulación puestas en marcha por París y otras ciudades no se aplicaran a los coches de época. No sienta jurisprudencia per se, pero supone un precedente importante para las aspiraciones de los coleccionistas españoles.
"Hace ya mucho tiempo que estamos con el tema", explica a EL ESPAÑOL Josep Mª Companys, presidente de la Federación Española de Vehículos Antiguos. Companys tenía previsto reunirse esta semana con el director general de la DGT para abordar el asunto, pero tuvieron que suspender la reunión por problemas de agenda. En la manga llevan un as que podría obligar al ayuntamiento madrileño a matizar sus intenciones iniciales. "Tenemos un dossier preparado de la Federación Internacional de Vehículos Antiguos, es la misma documentación con la que ha trabajado la Federación Francesa de Vehículos de Época", dice.
La ambición de la FEVA es que, además de los distintivos ambientales ya existentes, se cree un distintivo H, para vehículos históricos o con carnet de la federación, en función de la antigüedad. "Un coche que lleve matriculado desde 1930 no tendría por qué pasar por todo ese trámite", dice Companys.
¿Por qué eximirlos si son menos eficientes?
Si uno tiene en el garaje de casa, por ejemplo, un Hispano-Suiza de los años 30 en perfecto estado de conservación, hay dos cosas que puede hacer. La primera es tratarlo como un coche normal y llevarlo cada año a pasar la ITV. La segunda es -si el vehículo tiene más de 25 años- matricular el automóvil como histórico. Los coches históricos pasan una revisión especial, cada tres, cuatro o cinco años dependiendo de la antigüedad del modelo y por supuesto, las exigencias en cuanto a emisiones son mucho más laxas.
¿Por qué habría que permitir circular a vehículos que tienen un sistema de combustión mucho menos eficiente que los actuales, que no llevan catalizador, ni sonda lambda, que llevan todos carburador e algunos incluso carecen de bomba de combustible?
"Las restricciones a vehículos antiguos no deberían afectar a los clásicos porque la diferencia es muy sustancial", explica Arturo Canalda, antiguo Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, es también el orgulloso propietario de un Triumph, legendaria marca británica que desapareció en los años ochenta.. "Un coche viejo, mal mantenido, contaminante, no puede ser lo mismo que un vehículo clásico por las propias restricciones que conllevan". Las compañías de seguros tienen limitado el número de kilómetros que este tipo de vehículos pueden hacer anualmente. "Las pólizas que pagamos no son excesivamente caras pero nos limitan a unos 3.000 kilómetros al año de conducción, eso significa que el volumen de emisiones es infinitamente menor".
Hace 14 años vio un anuncio en una revista, el coche estaba en un estado "lamentable" y Canalda lo adquirió para ir restaurándolo. "Si te pones a restaurar un Aston Martin pues te arruinas", dice Canalda, "pero si te pones con un Triumph o un BMG te cuesta muchísimo menos, eso es lo bonito de la afición, que no es un negocio". Hoy preside el club de coleccionistas de esta marca, de la que sólo hay 289 coches registrados en España.
"Yo paso la ITV todos los años y uso mi coche para salir a la calle y todo", dice De Blas, "y si uno de mis coches contamina más de lo permitido, me lo echan atrás".
Además de estar sujetos a las mismas condiciones de emisión de gases que los demás, los dueños de coches antiguos blanden otro argumento a su favor, y es que prácticamente ninguno de sus vehículos es diésel, por lo que sus emisiones de material particulado son testimoniales.
La antigüedad no es el único baremo
Los vecinos de Vallecas se quedan estupefactos al ver pasar a Enrique Martí en un Renault 4/4 descapotable de 1955. El elegante color perla de la carrocería dejó de utilizarse hace décadas. Originalmente, el coche pertenecía a un matrimonio francés que se mudó a Mallorca en los años 60. Como nunca cambiaron la matrícula original, las autoridades franquistas les acabaron precintando el vehículo, que en 1972 fue subastado públicamente y comprado por un coleccionista con apenas 9.000 kilómetros. Hace 25 años que el 4/4 es propiedad de Martí y duerme en una cochera del barrio.
"Estamos conservando patrimonio industrial sin que al ayuntamiento le cueste un duro", se defiende el conductor. Él ha optado por no matricular su máquina como histórica. "Paso la ITV normal y nunca me ha dado problemas, los valores de óxido de nitrógeno, que es el de los diésel, siempre son bajos, y en cuanto al combustible, a este tipo de coches se supone que, para acostumbrarlos a la gasolina sin plomo, recomiendan ponerle unos aditivos pero personalmente, no los uso".
En cuanto al futuro de sus coches en el centro de Madrid, Martí teme que la falta de asociacionismo española lleve a un desenlace diferente al francés para los coches clásicos. "Para la FEVA sería más fácil presentarse ante las autoridades con una sola voz", explica. Actualmente en España hay miríadas de clubes de coches clásicos: por marca, por modelo o por provincia. Se calcula que un 70% está asociado a la FEVA.
Las fuentes consultadas indican que el mundo de los automóviles de colección no es, como pudiera parecer, algo elitista, sino accesible a miles de personas. Más aún, con la posibilidad de adquirir recambios en otros países a través de internet. "En realidad fue antes", dice Martí, "desde que apareció el fax empezamos a enviar dibujos de la pieza hechos a mano".
También depende de la marca. "En casos como el de Triumph es más difícil que se mantengan los coches", explica Canalda, "pero clubes como los de Porsche o Alfa Romeo tienen miles de asociados, muchos no tienen el coche matriculado como histórico y va a ser un problema para ellos, son coches magníficos y muy bien cuidados que no van a poder circular".