Los peores pronósticos de los ecologistas se empiezan a cumplir. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva este martes que busca revertir políticas contra el cambio climático impulsadas por la Administración Obama en favor de la industria del carbón.
Entre otras cosas, el decreto de "Independencia Energética" ordena a la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, en inglés) que comience a dar marcha atrás al Plan de Energía Limpia de Obama, que buscaba limitar las emisiones de carbono a la atmósfera.
También anula la moratoria sobre la minería del carbón en tierras federales y elimina el requisito de que la Administración tenga en cuenta el cambio climático en su toma de decisiones.
Trump ha declarado que la "guerra al carbón" ha terminado, al prometer la cancelación de regulaciones del Gobierno federal que "matan empleos" antes de firmar el decreto para empezar a desmantelar el legado climático de su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama.
Además, Trump ha anticipado una "nueva revolución energética", centrada en fomentar la producción nacional, desde la sede de la Agencia de Protección Medioambiental en Washington, hasta donde se desplazó para rubricar la orden ejecutiva.
Según informa Univisión, entre otras cosas, la nueva orden ejecutiva anula al menos seis órdenes ejecutivas de la era Obama destinadas a frenar el cambio climático y a regular las emisiones de carbono.
Además, propone la eliminación de cualquier tipo de subvenciones de la EPA, como las que se hacen amparadas en la Ley de Reducción de Emisiones de Diesel para financiar el reemplazo y adaptación de motores diesel viejos.
Con esta orden ejecutiva Trump confirma los mayores temores que tuvieron los activistas contra el cambio climático cuando el republicano fue elegido en noviembre de 2016. Como por ejemplo, marginar la investigación contra el calentamiento global y la posibilidad de que EEUU abandone el Acuerdo de París contra el cambio climático.
En su plan presupuestario presentado semana atrás, Trump proponía cortar el presupuesto de la EPA en un 30%, agencia que ahora dirige Scott Pruitt, que se había enfrentando repetidamente al organismo durante su carrera profesional.