Podría ser un remake gore de Bambi (David Hand, 1942), pero ha ocurrido en realidad. Por primera vez en la historia, investigadores de la Texas State University han grabado a un tierno ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus) royendo tranquilamente restos de huesos humanos.
Esto no sólo llama la atención porque este animal es herbívoro, sino por la especie escogida -el hombre. En la descripción del caso, los científicos liderados por Lauren A. Meckel aclaran que, en cierto modo, al ciervo se le tendió una trampa: los restos humanos -de un cadáver desenterrado con fines científicos- fueron situados a propósito por los investigadores en una zona conocida como Instalación de Investigación Antropológica Forense del Estado de Texas (FACTS, de sus siglas en inglés).
Se trata de un ambiente subtropical en el que los investigadores suelen llevar a cabo este tipo de experimentos con cuerpos donados, que colocan en posición supina para ver cómo actúan los distintos animales que pueblan la zona. Hay evidencia de que varias especies lo han hecho, pero nunca hasta ahora se había visto a los familiares de Bambi mascando restos humanos.
Este caso concreto, descrito en la revista Journal of Forensic Sciences, se registró en el marco de una investigación para documentar la búsqueda de comida en restos humanos. Para ello, el 7 de julio de 2014 se colocó un cadáver en una zona arbolada de las instalaciones y una cámara sensible al movimiento en un roble cercano.
Los buitres fueron los primeros en acudir al festín y acabaron con la mayoría de los tejidos blandos del cuerpo, del que dejaron básicamente el esqueleto y la superficie de ciertas articulaciones de las vértebras y las costillas.
A los 182 días de la muerte del sujeto de investigación, la cámara capturó múltiples imágenes de un joven ciervo al lado del cadáver con una costilla humana en su boca, escena que se repitió con otro ejemplar ocho días después. Los investigadores describen que sujetaban el hueso en la boca "como si se tratara de un puro".