Las palomas mensajeras se han utilizado desde hace miles de años para llevar todo tipo de mensajes a través de grandes distancias, pero su uso decayó notablemente después de la invención del telégrafo, que permitía el envío rápido de mensajes sin necesidad de la intervención de estas aves. Si bien es cierto que casi nunca se equivocaban, podían cometer errores.
Pero eso no ha impedido que este tipo de palomas se sigan criando. De hecho, existe una disciplina denominada colombofilia, que es el arte de criar y entrenar palomas mensajeras de carreras.
Como explican en la web de la Real Federación Colombófila Española, también se utilizan para transportar materiales en zonas de conflicto y, en ocasiones, estos animales han sido incluso condecorados.
Otras veces, en cambio, los fines son mucho menos nobles, pues ya han sido varios los casos que se han detectado en todo el mundo de contrabando ilegal llevado por palomas.
Vuelven las mensajeras de los cielos
Ya en la antigüedad los organizadores de los primeros Juegos Olímpicos informaban a las ciudades participantes sobre quiénes habían sido los ganadores con ayuda de palomas mensajeras. Desde entonces han sido mucho los fines que se les han dado a lo largo de los siglos y no es para menos, pues estas palomas resultan del cruce de varias variedades que reúnen cualidades perfectas para su uso: buen sentido de la orientación, cuerpo robusto y una gran resistencia a la fatiga.
Pero también trabajan sin hacer preguntas, por lo que son perfectas para involucrarlas en envíos carentes de legalidad; como el que ha sido recientemente interceptado en la aduana de Kuwait. Un grupo de funcionarios detectaron una paloma sospechosa, que volaba con una pequeña mochila cargada sobre su lomo.
Al capturarla las sospechas no tardaron en confirmarse; ya que, al abrir el equipaje, encontraron en su interior 178 pastillas de ketamina, una sustancia que, a pensar de tener fines médicos, suele ser utilizada como droga recreativa.
Según declaraciones a la BBC de los funcionarios, ya sabían que se llevaban a cabo este tipo de prácticas, pero es la primera vez que consiguen interceptar una con las alas en la masa.
También teléfonos móviles
El tráfico de drogas no es la única aplicación ilícita que se da a este tipo de aves; pues el año pasado se detectó una paloma que trataba de introducir un teléfono móvil y un pen drive en el interior de una prisión colombiana.
Por mucho que pase el tiempo, hay cosas que no cambian, y las palomas mensajeras siempre serán las fieles compañeras de quiénes quieran hacer envíos sin pasar por "el sistema".