Tiene un pueblo sumergido en su interior, se utiliza para bañarse, practicar deporte, pescar, suministrar agua potable y obtener energía y sus niveles de contaminación son ínfimos. Estas son algunas características del mejor embalse de España. Se llama González-Lacasa por el arquitecto que lo diseñó, aunque es más conocido por el pantano de Ortigosa, al tomar el nombre de Ortigosa de Cameros (La Rioja), donde está ubicado.
Esta zona de baño tiene, según su perfil del agua, parking, puesto de socorro, restaurante, merenderos, aseos, embarcadero, duchas y zona recreativa. Además, el embalse, que se llena gracias al río Albercos, tiene un suelo de sustrato de origen sedimentario compuesto por gravas, arenas y limos.
Sus datos de contaminación son espectaculares. Durante las últimas cuatro tomas, que se realizaron entre el tres y el 24 de de julio de 2017, los niveles de bacterias Escerichia Coli y Enterococo fueron de 0 UFC (unidades formadoras de colonias) cada 100 mililitros de agua. Además, durante las últimas nueve tomas que se hicieron, sólo hubo un pequeño pico de contaminación el día cinco de junio de este año, que en todo caso no alcanzaba las 200 unidades que son requeridas para considerar el baño como un riesgo. La media de las últimas diez tomas es de 4,3 UFC/100 ml.
La presencia de estas dos bacterias, que proceden del intestino de los humanos, denotan la existencia de un vertido de aguas fecales o contaminadas en el embalse. En casos extremos, cuando los valores de E. coli y Enterococo se disparan, pueden provocar en los bañistas infecciones en la piel o internas si se ingiere el agua accidentalmente y también problemas respiratorios.
La AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) se fija en los niveles de estos microbios para dar sus notas anuales cada año. Este organismo califica con pobre, suficiente, bueno o excelente el estado del agua desde 2011. Desde este año hasta la actualidad, el agua del embalse ha sido calificado como excelente. Y desde 1993 hasta 2010, cuando había otro baremo para medir la calidad del agua, la zona de baño pasó los requisitos para ser calificado como aprobado por Bruselas ininterrumpidamente.
Inaugurado en el franquismo y diseñado durante la II República
Las obras del embalse González-Lacasa comenzaron el 18 de septiembre de 1932, estando presente en el acto Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República en ese momento. Sin embargo, no fue hasta 1962, en los últimos 15 años del franquismo, cuando se inauguró finalmente.
El proyecto tuvo lugar para abastecer a varios pueblos de la comarca además de la localidad en la que se encuentra: Villanueva de Cameros, Pradillo, Albelda, Alberite, Villamediana, La Grajera, Fuenmayor, Navarrete y Logroño.
Para tener la capacidad suficiente para dar servicio a todas estos municipios, tuvo que ser desalojado e inundado el pueblo de Los Molinos, cuya iglesia es visible cuando el nivel del agua está bajo, según un documento elaborado por una asociación de vecinos de Villanueva de Cameros. También hubo que anegar tierras de la localidad de Ortigosa.
No hay algas que enturbien el agua
En las 152 hectáreas que ocupa el embalse, donde hay 32,92 hectómetros cúbicos de agua, el riesgo de proliferación de cianobacterias es bajo. Estas pequeñas algas que cubren de verde la superficie matando a vegetales y animales no aparecen en este lugar debido a los bajos niveles de P-fosfato y clorofila.
Esta ausencia de microbios contaminantes permite una gran densidad de peces y la presencia de vegetación en los límites del charco. El animal con más ejemplares es la trucha arcoiris y también hay trucha común, barbo y carpa. En cuanto a la flora, hay mimbreras, fresnos y chopos por la zona del borde del agua. Mas lejos del pantano, la vegetación está formada por pináceas (37%), le siguen las caducifolias y rebollares (25%), después destacan las landas y matorrales templados oceánicos (13%) y los cultivos de secano (7%).
Plan especial de protección
En el año 1995 el Gobierno de La Rioja aprobó un plan especial de protección para el embalse que tiene bastante culpa del buen estado de salud de la zona en la actualidad. Según se expuso en su momento, la "creciente utilización del Embalse González Lacasa con fines recreativos y el aumento del turismo, están dando lugar a una serie de actuaciones y expectativas que pueden provocar una ocupación de su entorno no acorde ni respetuosa con sus valores naturales".
Gracias a la aplicación de esta legislación especial, encuadrada en el Plan Especial de Protección del Medio Natural de la Rioja, se reguló en su momento a favor de la protección, conservación, catalogación y mejora de los espacios naturales, del paisaje y del medio físico rural.
Lugar exclusivo para el deporte y la gastronomía
Desde el año 1997 hasta el 2011 se disputó en el embalse González-Lacasa de forma ininterrumpida La Bandera de La Rioja. Era una competición de traineras que se celebraba de manera anual y era la única de este tipo que tenía lugar en agua dulce. Sin embargo, desde el 2012 el gobierno regional recortó presupuesto para este tipo de eventos y dejó de celebrarse.
Actualmente se pueden practicar deportes acuáticos como el piragüismo, la vela ligera o el windsurf. Todas estas actividades y más, como rutas en todoterreno o paseos en barcas a pedales, se practican en las instalaciones del club náutico El Rasillo.
En este mismo lugar también se puede disfrutar de una buena comida. Según cuenta a EL ESPAÑOL Roberto Fernández, gerente de hostelería del club, en su restaurante se puede degustar la cocina tradicional española y en especial la riojana.
Además, Fernández destaca el entorno privilegiado en el que se encuentra el lugar. Esto atrae a 2.000 personas cada fin de semana en verano, que son mayoritariamente de La Rioja, pero también acuden turistas de Madrid, Cataluña y País Vasco.