Si fuera la trama de una serie judicial, se descartaría por inverosímil. Pero ha supuesto seis años de quebraderos de cabeza y la bancarrota para el fotógrafo de naturaleza David Slater. En 2011 su cámara captó la imagen de un macaco negro crestado (Macaca nigra) que comercializó a través de la agencia Caters News. Pero bajo el argumento de que el autor era en puridad el propio mono, vio como se convertía en estandarte del debate sobre derechos de autor en la red.
Observando la curiosidad con la que los macacos atendían su trabajo en la selva en la isla indonesia de Celebes, Slater decidió dejar el interruptor de la cámara al alcance de uno de ellos y marcharse. A su vuelta, como había planeado, comprobó que uno de ellos se había acercado a manipular la cámara. Descartando varias tomas "inutilizables", encontró dos joyas: una, una foto de cuerpo entero del ejemplar; la otra, la famosa "sonrisa".
El blog Techdirt fue el primer sitio en reproducirla sin pagar, argumentando que el fotógrafo real había sido el animal y que únicamente los seres humanos pueden reclamar copyright. La fotografía debía ser considerada, por lo tanto, de dominio público. Pese a las amenazas legales el argumento cundió y Wikimedia Commons lo incluyó en su repositorio.
En diciembre de 2014, la Oficina de Derechos de Autor de EEUU, donde la Wikipedia Foundation tiene su sede, determinaba que "una obra creada por un no-humano no puede estar sujeta a copyright", dando la razón a los partidarios del dominio público. "En el primer año gané 2.000 libras con la foto, pero desde que está en Wikipedia nadie quiere comprarla" - lamentaba el fotógrafo. "He perdido 10.000 libras desde entonces y me está matándome económicamente".
Slater vs 'Naruto'
En 2015 la batalla legal de Slater por recuperar el copyright de la imagen dio un giro kafkiano. La asociación animalista PETA presentó una denuncia contra él en nombre del macaco, al que habían bautizado como 'Naruto'. Solicitaban que fuera reconocido como propietario legítimo de la foto y que los ingresos fuesen a parar a la conservación de su especie, en peligro de extinción.
Un tribunal de San Francisco falló en enero de 2016 que la ley de copyright no podía beneficiar a "seres no humanos", pero PETA apeló y el caso se reabrió el pasado julio. Para entonces Slater se había declarado en bancarrota y no podía ni personarse en el juicio en California. "No tengo un duro. Ya no puedo viajar. No puedo permitirme renovar mi equipo. Se ha vuelto embarazoso" - declaraba. Acusaba a los animalistas de equivocarse además de mono: el del selfi, aseguraba, es una hembra llamada Ella.
Finalmente el litigio se ha sellado con un acuerdo entre ambas partes y la reconciliación. Slater recupera la autoría y donará el 25% de los ingresos que obtenga a partir de ahora a los grupos que luchan para preservar al macaco negro crestado. "PETAS y David Slater están de acuerdo en que este caso plantea importantes y radicales cuestiones sobre expandir los derechos legales de los animales no humanos, un objetivo que les une, y seguirán su respectivo trabajo para lograr este objetivo" - han declarado en un comunicado compartido.