En pocas horas España entera estará inundada de cabalgatas protagonizadas por Reyes Magos, pajes, regalos y, como no, también camellos. Sin duda este animal es el protagonista de cada noche del 5 de enero en nuestro país, pero en otras zonas del mundo tanto ellos como el resto de camélidos son mucho más que simples transportadores de regalos.
Por eso, vale la pena conocerlos a fondo, empezando por esta lista de curiosidades.
Salvadores de millones de familias
En respuesta a una petición de 2016, en la que Bolivia solicitaba a la FAO que se estableciera 2018 como Año Internacional de los Camélidos, la organización finalmente ha optado por proponer su celebración en 2024.
Con ello se pretende concienciar a los gobiernos y a la opinión pública sobre la importancia de reconocer y valorar la importancia de estos animales en las comunidades más pobres.
De hecho, son el principal medio de subsistencia de las familias más desfavorecidas de los países en los que el clima impide la supervivencia de otras especies ganaderas. Tanto por su carne, como por su uso como bestias de carga, son una solución magnífica para el hambre y la malnutrición y merecen ser tenidos en cuenta, tanto durante ese año como siempre.
Mucho más que camellos y dromedarios
Sin duda los camélidos más conocidos son los camellos y los dromedarios, pero la familia está compuesta por muchas otras especies.
Para conocer a muchas de ellas hay que viajar a América del Sur, donde conviven animales como la vicuña, el guanaco o las más conocidas llama y alpaca.
Aunque son cuatro especies diferentes, los dos últimos provienen de la domesticación de los primeros, considerados como camélidos silvestres.
Camellos y dromedarios, la eterna confusión
Uno de los errores más comunes de la población en lo que a camélidos se refiere es la confusión entre camellos y dromedarios.
Sin embargo, existen una serie de rasgos muy concretos que ayudan a diferenciarlos, desde su hábitat hasta el número de jorobas.
Para empezar, los camellos viven en zonas secas y desérticas de Asia, al contrario que los dromedarios, que a pesar de haber sido llevados a otras zonas del mundo, son característicos de la Península Arábiga.
Estas diferencias geográficas facilitan también que tengan claras diferencias en el pelaje, más espeso en los camellos, para soportar el frío y más corto en los dromedarios, para facilitar la disipación del calor en el cuerpo.
Por otro lado, también se diferencian en que existen tres subespecies vivas de camellos, mientras que dromedario solo hay uno.
Finalmente, la diferencia más grande que los caracteriza es el número de jorobas, ya que los camellos tienen dos, mientras que los dromedarios tienen solo una.
Del camélido, hasta los andares
Todos los camélidos son una fuente magnífica de recursos para el ser humano, desde su carne hasta su pelaje.
El más conocido es el caso del camello, del que se aprovechan tanto su piel como su leche y su carne. La primera es usada para construir todo tipo de productos, como ropa, sandalias o cantimploras, y las dos últimas son esenciales para la alimentación de las poblaciones que conviven con ellos.
Incluso su estiércol es un magnífico recurso, que se utiliza en algunas zonas como combustible para cocinar.
Por otro lado, los camélidos americanos también ofrecen aplicaciones similares. Un caso preocupante es el de la vicuña, cuya lana es considerada como la más cara del mundo. Tal es su valor que su caza indiscriminada para la industria textil de lujo casi les lleva a sucumbir a la extinción en los años 60.
Escupir antes de huir
Algunos camélidos, como la llama o el camello son conocidos por su costumbre de escupir ante cualquier posible peligro.
Aunque se sabe que la saliva del camello puede causar ardor en los ojos, algunos especialistas consideran que estos animales no escupen para herir a sus adversarios, sino que lo utilizan como una distracción para poder huir.
Dromedarios australianos
A pesar de ser originarios de la península arábiga, los dromedarios son también característicos de Australia. Esto es así desde el siglo XIX, cuando un gran número de ejemplares fueron llevados hasta allí para su uso con fines de transporte, antes de que aparecieran los motores de explosión.
Después de que se difundiera el uso de vehículos a motor perdieron su importancia a nivel económico y fueron abandonados en el desierto, donde la población ha seguido creciendo hasta hoy.
Tal es la cantidad de dromedarios que se pueden encontrar allí que en 2011 se llegó a proponer su exterminio para reducir los niveles de metano que estos animales lanzan a la atmósfera con sus flatulencias.
Afortunadamente la propuesta no se llevó a cabo y estos animales siguen campando a sus anchas, tanto por allí como por otros muchos países en los que cada día propician el sustento de millones de personas en todo el mundo. Eso merece mucho más que un año.