El calor no te romperá los huesos, reza un proverbio tradicional finlandés que da prueba de la desconfianza en tierras de Escandinavia ante las repentinas subidas de temperatura. Medios y expertos en Finlandia se vuelcan estos días en invitar a sus ciudadanos a disfrutar del insólito buen tiempo tomando precauciones más habituales para ellos en unas vacaciones en el Mediterráneo, como son las de hidratarse, usar crema solar y evitar el ejercicio en las horas de más calor.
Y es que, con máximas que rondan los 30ºC, Helsinki no solo bate récords de calor para la época en los registros históricos del país. Ha sido en estos días el punto más cálido de toda Europa. En los Países Bálticos y el noroeste de Rusia también disfrutan de una ola de calor que se desplaza en dirección oeste para llenar las playas de Suecia, Noruega y Dinamarca de estampas más propias de julio en Torremolinos. El fin de semana se habrá desplazado hasta las islas británicas: la Boda Real inglesa se celebrará bajo cielos despejados y hasta 25ºC cuando la media estacional es de 17ºC.
Pero lo cierto es que esta ha sido la tónica de la primavera en el norte y el centro de Europa. El invierno se despidió con el duro zarpazo de la 'bestia del Este', una masa de aire frío producto ella misma de las temperaturas insólitamente altas en el Polo Norte, que provocaron el desplazamiento de los vientos que forman el vértice polar. España solo recibió su coletazo, pero en los meses siguientes ha encadenado un frente atlántico tras otro mientras el anticiclón se instalaba en el corazón del continente. De Berlín a Londres, los parques se han llenado de visitantes calentando la piel al sol en un clima atemperado por la ausencia de hielo.
La situación contrasta vivamente con el sur. En la Península Ibérica, mayo ha prolongado un abril frío y lluvioso arrancando con lluvia, tormentas y granizo. Incluso a mediados de mes, en el que por fin podemos disfrutar de un anticipo del verano con el termómetro alcanzando los 30ºC en Sevilla y Córdoba, la nieve ha hecho acto de presencia en la vertiente Cantábrica y en Pirineos. La situación no es privativa de nuestro país: en los Dolomitas, al norte de Italia, ha nevado de forma más copiosa aún que en enero.
Lo cierto es que, si bien esta semana ha traído un aumento generalizado de las temperaturas para prácticamente toda la Península y Baleares, los valores siguen siendo una anomalía para la fecha. En Lorca, Murcia, se han dado mínimas de 10ºC y máximas de 24ºC, según datos de la Agencia Nacional de Meteorología (AEMET). El propio organismo permite comprobar que según su registro histórico de datos, la media de la región para esta época sería entre dos y tres grados superior: de 13.3ºC y de 26.6ºC respectivamente.
No es una situación inconcebible: la primavera es la estación transicional por excelencia, y la Península es susceptible de sufrir escenarios muy diferentes en años consecutivos. 2018 prosigue la tendencia lluviosa y fría marcada por el invierno que ha resultado ser una bendición para los embalses, cuyas reservas rozan ya el 72%. El sureste es la zona que menos pluviosidad ha recibido, por lo que la contención de las temperaturas servirá, como consuelo, para no agravar la sequía endémica. Alicante está en máximas de 23ºC, cuando la media histórica es un grado superior. Pero hace tres años, puntos de la Comunidad Valenciana alcanzaban los 45ºC debido a una ola de calor inusualmente temprana.
El frío y las tormentas regresan a España
"Todo en la atmósfera está relacionado y los patrones de circulación atmosférica que se producen en el norte de Europa afectan a los que tengamos en España y viceversa" - explica a EL ESPAÑOL Mar Gómez, meteoróloga de ElTiempo.es. "Ahora mismo no tenemos bajas presiones ni aire frío en el Mediterráneo, pero en las ocasiones en las que se instala un anticiclón en la región de Escandinavia, el anticiclón de las Azores se ve desplazado de su posición habitual. Eso provoca que en España nos veamos afectados por más sistemas frontales".
El motivo que va a traer de vuelta las tormentas este fin de semana, sin embargo, es diferente. "Cuando estamos bajo la influencia de las altas presiones, como es la situación actual, estas bloquean la entrada de frentes. Pueden producirse sin embargo situaciones de tormentas como las de los próximos días debido a la subida de las temperaturas, el calor acumulado y la entrada de embolsamientos de aire frío. La interacción entre ese aire frío en altura y el aire cálido en la superficie terrestre desembocara en tormentas".
Esta bolsa de aire frío comenzará a provocar inestabilidad a partir del jueves en zonas del norte e interior peninsular, provocando chubascos débiles. Además, también crecerán nubes de evolución en el norte de Huesca e interior de Cataluña con posibilidad de chubascos. El viernes se producirá una bajada de las temperaturas máximas mientras que las tormentas con posibilidad de granizo se extenderán a la práctica totalidad de la Península. Esta situación desapacible se mantendrá 48 horas y no comenzará a mejorar hasta el domingo.