"De [Iberia], la mayor parte es difícilmente habitable, pues en una gran extensión la pueblan montañas, bosques y llanuras de suelo tan pobre que ni siquiera disfrutan del agua uniformemente" - escribió Estrabón en el siglo I antes de Cristo. Y fin de la cita: el griego nunca habló en su Geografía de una ardilla capaz de cruzar la Península saltando de un árbol a otro sin tocar el suelo. Se trata de un mito apócrifo, surgido en época moderna al aumentar la preocupación por la deforestación y la preservación de los ecosistemas.
La clave no está tanto en la extensión de masa forestal en España que, pese a la recurrencia de incendios, no ha cesado de aumentar desde que el franquismo lanzase las campañas de reforestación en la posguerra que describió Miguel Delibes en Las Ratas. Si en 1990 el 28% de España era bosque, hoy es un 37%, destacaba elogiosamente Newsweek a finales del año pasado, no sin recordar que este 'milagro verde' se ha conseguido plantando especies invasoras como el eucalipto que arden con mayor facilidad que las especies autóctonas ante el fuego.
Pero, ¿queda algo de los bosques que los coetáneos de Estrabón conocieron? Los entornos de esta naturaleza se conocen como "bosques primigenios" o "primarios", y no han sido alterados sustancialmente por la mano del hombre. Los más extensos hay que buscarlos en el corazón de las selvas del Amazonas, el Congo e Indonesia, pero un equipo internacional de investigadores se propuso revelar qué recodos de naturaleza intacta persisten aún en Europa. Hay buenas noticias, según sus conclusiones publicadas en Diversity and Distributions: hay más bosques primarios de lo que se esperaba, y diez de ellos pueden visitarse sin salir de España.
No estamos hablando de bosques vírgenes, con todo. "Eso sería difícil de concebir en Europa" - aclara el investigador jefe, Francesco Maria Sabatini de la Humboldt University en Phys.org. Muchas de estas áreas forestales están acondicionadas con rutas para los visitantes y pueden incluso estar habitadas. "Sin embargo, no muestran señales visibles de actividad humana. Puede que se difuminaran tras décadas de inactividad, dejando a los procesos ecológicos seguir su dinámica natural". Según explica, la información se recopiló coordinando a "cientos de voluntarios, expertos forestales y científicos" en toda Europa.
El resultado arroja que el 0,7% de la masa forestal de Europa, lo que equivale a 1,4 millones de hectáreas, puede considerarse como primigenia. Los investigadores señalaron dos motivos de preocupación: el primero, que aunque el 89% de estos bosques estaba protegido, solo el 46% lo estaba de forma estricta. Y el segundo, que varios de ellos atravesaban fronteras entre países, lo que implica la necesidad de regulaciones transnacionales.
Finlandia, República Checa, Bulgaria y Croacia han resultado ser los vergeles primigenios del continente. Pero en Rumanía, Eslovaquia y los balcanes se han comenzado a talar estos bosques, por lo que reforzar la protección se vuelve urgente. "Son absolutamente indispensables en términos de conservación y valor ecológico" - remarca Tobias Kuemmerle, otro de los investigadores.
Los 10 bosques primigenios de España:
Hayedos de Ayllón - Tejera Negra (Castilla-La Mancha)
Situado en Cantalojas, en la provincia de Guadalajara, se trata de uno de los hayedos más meriodinales de toda Europa. Forma parte del macizo de Ayllón, en el Sistema Central, y del parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara. Desde el año pasado está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El acceso es limitado y las plazas de parking deben reservarse de forma anticipada en cualquier época del año.
El hayedo de 400 hectáreas puede visitarse siguiendo rutas circulares entre los ríos Lillas y Zarzas, conocidas como la senda de Carretas y la senda del Robledal, en cuyo inicio se encuentra el centro de interpretación. El contraste de colores le otorga su particular belleza: crecen robles melojos, pinos silvestres, tejos, acebos y abedules, además del apreciado Boletus Edulis en otoño. Destaca de su fauna el águila real, el milano real y el azor, así como los corzos, zorros y jabalís.
Hayedos de Ayllón - Montejo (Madrid)
Se trata del segundo resto del gran hayedo que en otra época se extendía hasta el de Tejera Negra por la Sierra de Ayllón, y como tal, también es Patrimonio de la Humanidad. El vástago madrileño es más pequeño, con 250 hectáreas a las que se accede desde el municipio de Montejo de la Sierra, a orillas del río Jarama, y que se recorren mediante tres sendas: del río, la ladera y el mirador. Es posible avistar al gato montés, la nutria, el tejón o la garduña.
La visita está estrechamente restringida. Se puede reservar de forma online desde la página del Centro de Recursos e Información Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, situado en el propio Montejo, con hasta tres meses de adelanto. Un 50% de las entradas se ponen a la venta presencial según el orden de llegada, pero una vez agotadas las autorizaciones del día, el cupo queda cerrado.
Hayedo de Lizardoia - Ochagavia (Navarra)
Se trata de uno de los tesoros que encierra la Selva de Irati, el segundo hayedo-abetal más extenso de Europa. El hayedo de Lizardoia se encuentra en el monte La Cuestión o Zabaleta y está protegido como Reserva Integral, lo que ha permitido preservar 20 hectáreas de bosque intacto donde las hayas alcanzan hasta los 40 metros de altura. La UNESCO también lo considera Patrimonio de la Humanidad.
Para entrar en la Selva de Irati se puede elegir entre el costado occidental desde Orbaizeta y el oriental desde Ochagavia, en donde se emplaza el Centro de Interpretación con información sobre las rutas y el paraje. Un camino para llegar al hayedo de Lizardoia es la senda de Contrasario, que comienza en la cola del embalse de Irabia.
Hayedo de Aztaparreta - Roncal (Navarra)
Otro bosque también protegido por la UNESCO, se puede encontrar en el valle del Roncal, a la altura de Rincón de Belagua y muy cerca de la estación de esquí de Larra-Belagua. El hayedo de Aztaparreta está considerado como el mejor hayedo-abetal conservado de los Pirineos y su naturaleza es prácticamente virgen. En él podemos encontrar al pico dorsiblanco, al oso pardo y al pito negro.
Hayedo de Cuesta Fría - Picos de Europa (Castilla y León)
En la parte leonesa de los Picos de Europa se sitúa en una abrupta loma, como su nombre indica, el hayedo de Cuesta Fría. Entre las atracciones de las que se pueden difrutar al visitarlo están las rutas por los ríos Cares y Dobra; el roblón de Cuesta Fría, con un perímetro de 7 metros; y la histórica Senda del Arcediano, que atraviesa el Parque Nacional siguiendo las vías originales romanas.
Hayedo de la Canal de Asotín - Picos de Europa (Castilla y León)
Hermanado con el anterior en el Macizo Occidental de los Picos de Europa, el hayedo de Asotín es aún más remoto, exigiendo escalar para su acceso una canal de roca a la que se accede a partir de Cordiñanes. Una opción para visitar ambos parajes, también Patrimonios de la Humanidad, es seguir el itinerario llamado "Ruta de los pueblos de Sajambre" a la que se puede acceder viajando unos 125 kilómetros tanto de Oviedo como de León.
Aigüestortes y Estani de Sant Maurici (Cataluña)
Se trata sin duda de la incorporación a la lista más célebre entre el público. Este Parque Nacional comparte el escenario de los Pirineos con los de Ordesa, Monte Perdido y el de los Pirineos Franceses, pero el estado casi intacto de las agrestes forestas que se cobijan entre sus numerosos barrancos, lagunas y vaguadas es lo que le ha valido entrar en la lista de bosques primarios de España.
Situado en Lleida, abarca ecosistemas de cota alta, media y baja, y presenta dos áreas bien diferencias. La oriental es de clima continental y la riegan los afluentes del río Noguera Pallaresa, que alimentan el lago de Sant Maurici. La occidental es la que conforma las famosa "Aguas torcidas" (Aigüestortes). Su clima es atlántico de alta montaña y la nutren los tributarios del Noguera Ribagorzana. El acceso habitual al corazón del parque se hace por las dos entradas históricas: Espot (Pallars Sobirà) y Boí (Alta Ribagorça).
Poyo de Santo Domingo - Cazorla (Andalucía)
El bosque primigenio que alberga el Parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén, se enclava en un lugar poco menos que mítico: Cañada de las Fuentes, en el monte del Poyo de Santo Domingo, término municipal de Quesada y lugar de nacimiento (oficial, por lo menos) del río Guadalquivir. Se tratar de un pinar mediterráneo endémico catalogado como Reserva de la Biosfera.
Reserva natural integral de Muniellos (Asturias)
La reserva natural comprende el corazón del Parque Natural de las Fuentes del Narcea y del Ibias, el propio monte Muniellos y otros dos colindantes: La Viliella y el monte de Valdebois con su aldea de doce habitantes. En su interior encontraremos uno de los robledales mejor conservados de la Península Ibérica, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO y hogar del oso pardo y el urogallo cantábrico. La visita debe ser concertada con la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias y está restringida a 20 personas al día.
Bosque de Caviedes - Oyambre (Cantabria)
Forma parte del Parque Natural de Oyambre, con lo que es el bosque primigenio más cercano al mar de todos los que quedan en España. El robledal de Caviedes hay que buscarlo en el pueblo del mismo nombre en el conjunto denominado Monte Corona, donde se hallan también fresnos, avellanos, acebos y castaños, pero igualmente especies exóticas que dan como resultado una heterogénea contraposición de ecosistemas preservados con otros invasores, tales como sus famosas secuoyas.