La Fosa de las Marianas ya era conocida por sus propios méritos. Una anomalía oceánica que alcanza los 11.000 metros de profundidad, con condiciones extremas para la vida y al que solo tres personas han logrado acceder. Una de ellas es James Cameron (Titanic, Avatar), quien parece que no puede olvidarse del océano durante demasiado tiempo. El director más taquillero de nuestros días pasó la friolera de tres horas en el fondo de la fosa. Fue con la nave Deepsea Challenger, con la que recogió muestras de limo y de los seres vivos capaces de sobrevivir en uno de los lugares más inhóspitos de nuestro planeta.
Recientemente, el multimillonario Richard Branson intentó una hazaña similar. El británico buceó unos 124 metros en la sima submarina del Gran Agujero Azul, situado a unos 70 kilómetros de la costa de Belice. Lo hizo acompañado por expertos de Aquatica Submarines, Ocean Unite y el Fabian Cousteau Ocean Learning Center. El objetivo común compartido por todas estas organizaciones era concienciar sobre la conservación de la diversidad marina.
Este equipo ha conseguido un récord tras su inmersión: nadie había conseguido llegar tan lejos en este sumidero del Mar Caribe. Se trata de una cueva asentada en el centro del arrecife Lighthouse, un pequeño atolón con forma circular. Lighthouse forma parte de la barrera de coral de Belice, un entorno protegido y nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Su particular orografía ha atraído desde siempre a buceadores y científicos de toda índole. El explorador Jacques Cousteau, cuya fundación hoy patrocina el viaje a Branson, realizó un documental en 1971 que popularizó el lugar. Tras los primeros metros de inmersión, el agua turbia y verdosa de las profundidades dificultan la visión y el trayecto de los submarinos que se atrevan a explorar la cavidad marina. Una retransmisión en directo permitió a espectadores de todo el mundo seguir los avances del equipo de Branson.
Este multimillonario es dueño de la compañía Virgin. Se trata de la octava fortuna del Reino Unido, y le gusta rodearse de un aura de excentricidad al estilo de Elon Musk. Branson ha cruzado el Canal de la Mancha haciendo kitesurf, ha volado en globo vestido con un traje de novia y ha corrido un maratón con un disfraz de mariposa sobre los hombros. De acuerdo con este informe de Expansión, a Branson le motiva hacer de mecenas para la ciencia. El británico ha invertido grandes cantidades de libras para hacer posibles los viajes comerciales por el espacio, a través de su filial Virgin Galatic. Su grupo posee además operadoras móviles, aerolineas y acciones en banca o en el sector musical.
Con su último proyecto en el Caribe, el equipo de Branson ha recogido numerosas imágenes en alta resolución para reconstruir mapas en 3D de las profundidades de la cavidad marina. También se han recogido muestras de bacterias para su posterior análisis.