Siete de los diez años más cálidos registrados en España desde 1965, fecha de comienzo de la serie histórica, pertenecen al siglo XXI, y cinco de ellos corresponden a la decena que comenzó en 2011, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El último año de récord fue 2017 con una temperatura media de 16,2 ºC, un 1,1 ºC superior respecto al periodo de referencia (1981-2010).
Este año "extremadamente caluroso" superó en 0,2 ºC la marca anterior, que correspondía a los años de 2011, 2014 y 2015. 2018 fue un año récord en cuanto a temperaturas mundiales: el cuarto más cálido de la historia moderna del planeta a nivel global. Sin embargo, en España no alcanzó los hitos de años precedentes, que se completan con 2001, 2006 y 2009. 2019, con sus tempranas olas de calor que han pulverizado marcas históricas, es un serio candidato a entrar en el 'top ten'.
Esta información se desprende del informe Efectos del Cambio Climático en España que presentó Aemet con motivo del Día Meteorológico Mundial. Según la agencia, el calentamiento global afecta ya al 68,5% de españoles (32 millones) debido a una acumulación de años muy cálidos en la última década, el alargamiento de los veranos y el aumento de las noches tropicales.
El estudio desvela por otra parte que la superficie con clima semiárido -asociado a temperaturas altas y escasez de lluvias- ha aumentado en 30.000 kilómetros cuadrados (en torno al 6 % de la superficie de España) en las últimas cinco décadas. Las zonas más afectadas son Castilla-La Mancha, valle del Ebro y sureste peninsular.
De los 58 observatorios climatológicos analizados, el valor más extremo se ha obtenido en Barcelona/Aeropuerto, donde, desde 2011, todos los años han sido muy cálidos. Durante algo más de seis meses de cada año la temperatura ha quedado englobada dentro del 20% de los meses más cálidos de la serie .
En otras estaciones meteorológicos como en el de Murcia o en el de Teruel, todos los años desde 2011 -menos uno- han exhibido un comportamiento similar, mientras que en Madrid, cinco de los últimos ocho años se pueden calificar también de muy cálido.
Respecto a los veranos, Rubén Del Campo, portavoz de la Aemet, señalaba que las temperaturas medias de todas las estaciones son cada vez "más elevadas", siendo la estación más afectada por el cambio climático. Será cada vez más larga y más calurosa, detallaba la también portavoz Beatriz Hervella: el verano se está alargando unos nueve días de media por década, es decir, abarca cinco semanas más que a comienzos de los 80.
Respecto a la temperatura superficial del Mediterráneo, Hervella manifestaba que está aumentando a razón de 0,34 grados centígrados por década desde principios de los 80, lo que propicia un incremento del nivel del Mediterráneo. Desde 1993, esto se se ha traducido en un aumento de 3,4 milímetros por año.
Este incremento repercute en sus regiones costeras aumentando el número de noches tropicales, aquellas en las que la temperatura mínima supera o iguala los 20 grados, especialmente en la fachada oriental de la región mediterránea y en el archipiélago balear, donde entre 1981 y 2010 la media anual de noches tropicales ha sido de 60. Las noches cálidas en Madrid han pasado de ser de menos de 10 entre 1971-2000 a más de 20 entre 1981-2010.
Por otro lado, el fenómeno de "isla de calor" -la anomalía térmica en el centro de las ciudades en relación con la periferia- se ve amplificado por mínimas "mucho más elevadas" que inciden en efectos negativos para la salud, en particular para los grupos de riesgo que habitan en grandes urbes. A partir de un determinado umbral de temperatura máxima, precisa la Agencia, las muertes aumentan de forma notable.
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