Cada vez que lavamos ropa fabricada con nylon, poliéster y tejido acrílico, se desprenden millones de microfibras de plástico que contaminan el agua. Como son tan pequeñas, se drenan a través de nuestras lavadoras y pueden llegar al mar. El programa delicado parece el más respetuoso con nuestras prendas y con el medio ambiente por ser más suave pero no, no es así.
Hasta ahora se pensaba que los programas con un centrifugado más agresivo, como el del algodón, desgastaban más la ropa y desprendían más microplásticos de los tejidos, pero un nuevo estudio lo desmiente. Según una investigación de la Universidad de Newcastle publicada este miércoles en la revista Environmental Science & Technology, el factor clave para la liberación de las fibras de plástico es el volumen de agua utilizado durante el lavado, no el centrifugado como se creía anteriormente.
Por eso, cuantos más litros de agua utilices en tu colada más pequeños trozos de plásticos acabarán en el mar, independientemente de la velocidad y las fuerzas del centrifugado. Según los investigadores, de media se liberaran 800.000 fibras más en un lavado delicado que en un programa estándar. Para el estudio se han medido los efectos del volumen de agua, el centrifugado, la temperatura y la duración del lavado en los tejidos.
El centrifugado no es el problema
"Contraintuitivamente descubrimos que los programas delicados liberan más microfibras plásticas en el agua, y luego al medio ambiente, que los ciclos estándar", explica el estudiante de doctorado que ha dirigido el estudio, Max Kelly.
"Aquí hemos demostrado que incluso a niveles reducidos de agitación, la liberación de microfibra es aún mayor con mayores proporciones de agua a tejido. Esto se debe a que el alto volumen de agua utilizado en un ciclo delicado, que se supone que protege la ropa sensible, en realidad arranca más fibras del material", añade Kelly.
Por eso, si quieres que tus coladas sea más ecológicas, toma nota de los pasos que tienes que seguir: reduce la liberación de plásticos evitando los programas delicados, pásate a electrodomésticos eficientes que utilizan menos agua y no te olvides de que tus cargas de lavado sean completas.
Y es que una vez en el océano, los plásticos acaban siendo ingeridos por los animales marinos y contaminando el agua. Como demostraron hace dos años los científicos de esta universidad británica, los microplásticos ya han llegado hasta las zonas más remotas del mar.
Contaminación del océano
La contaminación plástica es uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad y detectar los focos que la agravan es importante para intentar reducir su impacto medioambiental. La lavandería es uno de los mayores contribuyentes de este problema.
Según advirtió este miércoles el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), el océano está empezando a desmoronarse bajo una infinidad de factores de presión innecesarios que van de la contaminación a la sobrepesca, y a lo que se suma el colapso climático. Como consecuencia, el nivel del mar podría subir más de un metro de aquí al año 2100 si se mantiene el actual aumento de las temperaturas.
El análisis de este panel dependiente de Naciones Unidas, presentado en Mónaco, evidencia que el calentamiento climático también ha subido la temperatura de los océanos, que son más calientes, más ácidos y menos productivos, y que los fenómenos climáticos extremos van a ser cada vez más frecuentes y severos.
Este informe es el más extenso hasta la fecha sobre el impacto de la crisis climática en los océanos y la criosfera y sus autores avisan de que aunque el mar abierto o los polos puedan parecer lejanos para mucha gente, la población depende en gran parte de ellos de forma directa e indirecta.