Temperaturas elevadas, ciudades que desaparecen por la subida del nivel del mar e incluso propuestas para reducir drásticamente los nuevos nacimientos son algunas de las consecuencias ya conocidas de lo que deparará el futuro si no frenamos el calentamiento global asociado al cambio climático.
Pero para aquellos que se empeñan en el negacionismo o los que no ven tan grave el problema como para hacer de su lucha una prioridad en las políticas globales, un nuevo informe viene a ofrecer un argumento que les pondrá los pelos de punta: son los niños nacidos en la actualidad los que más afectados se verán por este calentamiento global.
Lo harán donde más duele, en su salud, pero también en su riesgo de exponerse a catástrofes climáticas, como incendios u olas de calor, que también harán que se pierdan hasta 45.000 millones de horas de trabajo, según un extenso informe publicado este jueves por la revista The Lancet.
Investigación de 35 instituciones mundiales
El trabajo destaca por su envergadura, ya que es fruto de la colaboración entre 120 expertos pertenecientes a 35 instituciones de todo el mundo -ninguna española, pero sí internacionales como el Banco Mundial o la Organización Mundial de la Salud-. En él se analizan durante un año los avances realizados a lo largo de 41 indicadores clave, con el objetivos de demostrar qué repercusiones para la salud humana tienen el actuar para cumplir las metas del Acuerdo de París o continuar como si no pasara nada.
Dichos indicadores están divididos en cinco áreas: impacto en el cambio climático, exposición y vulnerabilidad, adaptación, planificación y resiliencia para la salud, acciones de mitigación y beneficios coyunturales para la salud, economía y finanzas y compromiso público y político.
Lo más interesante del informe es que compara los diferentes escenarios que se darán en dos situaciones: si las emisiones siguen subiendo al actual ritmo y si se cumplen las restricciones que se acordaron en el Acuerdo de París algo que, por ejemplo, ya se sabe que no va a hacer EEUU al menos mientras gobierne Donald Trump.
Si el mundo sigue actuando como si no pasara nada y las emisiones de dióxido de carbono y el cambio climático continúan al ritmo actual, un niño que nazca hoy se enfrentará a un mundo con unas temperaturas medias de más de 4º C más que ahora antes de cumplir 71 años, lo que supondrá una amenaza para su salud.
"Los niños son especialmente vulnerables a los riesgos sanitarios del cambio climático. Sus cuerpos y sistemas inmunitarios aún están en proceso de desarrollo, por lo que son más susceptibles a enfermedades y contaminantes medioambientales", explica el director ejecutivo del trabajo, bautizado como The Lancet Countdown.
Porque además de los riesgos conocidos del cambio climático, hay otros mucho menos publicitados. Por ejemplo, el de la malnutrición. A medida que aumentan las temperaturas, se reducen las cosechas. Esto amenaza la seguridad alimentaria y sube los precios de los alimentos. Como siempre, quien más sufrirá las consecuencias será los lactantes y niños de corta edad, que podrán tardar más en crecer y hacerlo menos que generaciones anteriores, tener sistemas inmunitarios débiles y presentar problemas de desarrollo a largo plazo.
Pero, además, si las cosas siguen igual los niños serán el objetivo perfecto de las bacterias Vitrio (que causan gran parte de las enfermedades diarreicas del mundo) y que se dan en ciertas condiciones climáticas que se han duplicado en los últimos 30 años. Enfermedades como el cólera van a volver a países donde la enfermedad ya no se ve y lo mismo va a suceder con el dengue, del que ya se ha visto algún caso autóctono en España.
Pero no sólo aumentarán las enfermedades infecciosas. Un niño que nazca hoy estará respirando más gases tóxicos, una situación producida por los combustibles fósiles y empeorada por el aumento de las temperaturas. Si esto es malo para cualquier, lo es aún más para los más pequeños, cuyos pulmones se están desarrollando. Así, previsiblemente sufrirán una reducción de la función pulmonar, más casos y peores de asma y se incrementará su riesgo de infartos de miocardio y apoplejías.
Lo más dramático es que los investigadores opinan que esto podría ser tan solo la punta del iceberg. Si seguimos como hasta ahora, las pérdidas económicas y los gastos sanitarios de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire y las muertes prematuras podrían alcanzar los 129.000 millones de euros al año.
Fenómenos extremos
Pero por si los peligros para la salud no fueran bastantes, el informe resalta el mayor riesgo de fenómenos extremos, que pueden influir directamente en un aumento del número de muertes, además de enfermedades respiratorios y pérdida de hogares.
Al tratarse del cuarto año más caluroso desde que existen registros, el número de personas de más de 65 años expuestas a olas de calor creció en 220 millones desde 2000. El documento advierte de que olas de calor cada vez más frecuentes y largas redefinirán la capacidad laboral mundial.
Más datos: a lo largo de su vida, un niño que nazca hoy estará expuesto a un mayor riesgo de inundaciones graves, sequías prolongadas e incendios incontrolados.
¿Y si se cumple el acuerdo de París?
La situación sería muy distinta si se cumpliera el Acuerdo de París. En ese caso, un niño que naciera hoy en el Reino Unido podría ver el fin de la utilización del carbón antes de su sexto cumpleaños y crecería más sano, ya que tanto la energía solar como la eólica que aumentaría tendría como resultado un aire más limpio en todo el país.
Antes de que cumpla 21 años, un recién nacido francés verá como se han vendido los últimos vehículos de gasolina y diésel en su país y cómo se han multiplicado las rutas para ciclistas y zonas verdes, que contribuirán a ciudades más saludables y habitables.
Antes de cumplir 31 años, el nacido en 2019 podría ver al mundo alcanzar un nivel cero neto de emisiones, lo que garantizará un futuro más sano para las generaciones venideras gracias a un aire más limpio, agua para consumo más segura y alimentos más nutritivos.
¿Qué se puede hacer?
Para evitar las importantes repercusiones que tendrá el cambio climático en nuestra salud, los autores del informe piden una actuación enérgica para cambiar el curso de las enormes repercusiones sanitarias del cambio climático en cuatro áreas clave.
En primer lugar, piden realizar una eliminación rápida, urgente y compleja de la energía generada a partir del carbón en todo el mundo. En segundo, garantizar que los países de ingresos altos cumplen con los compromisos de financiación internacional de la lucha contra el cambio climático: 100.000 millones de dólares al año antes de 2020 para ayudar a los países de ingresos bajos. La tercera receta sería incrementar el número de sistemas de transporte público y activos que sean accesibles, asequibles y eficientes, como caminar o el uso de bicicletas. Por último, se solicitan grandes inversiones en la adaptación de los sistemas sanitarios para garantizar que los perjuicios sanitarios del cambio climático no superen la capacidad de los servicios sanitarios y de urgencia para tratar a los pacientes.