"¡Lisboa!". Con este mensaje en Twitter y un rostro sonriente en una jornada de cielo abierto, la joven activista climática Greta Thunberg anunciaba que ya ha tocado tierra en Portugal tras pasar más de veinte días en alta mar.
Horas antes, había escrito el mensaje Land ahoy! ("¡Tierra a la vista!") con una foto de las luces de la costa sobre el cielo del amanecer sobre la Península Ibérica. De este modo adelantaba que ha completado su viaje a través del océano a bordo del catamarán La Vagabonde.
La joven ha dicho que descansará un par de días en Portugal, para después trasladarse a la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), donde se dirigirá a los líderes y participará en la marcha climática del 6 de diciembre en la capital española. Una vez que termine la Cumbre, emocionada, ha dicho que se irá a su casa "por Navidad".
A Greta la ha acompañado su padre y la familia australiana con la que se embarcó en el barco que ha surcado Tajo arriba junto a varias embarcaciones, que la han seguido en las últimas millas náuticas.
Aunque al principio la joven ha sido más bien esquiva con algunos periodistas que desde un barco aledaño le preguntaban qué tal estaba y si tenía ganas de llegar a Madrid. Greta se dio la vuelta tras contestar con un aséptico "bien" y se puso de espaldas a ellos.
Sin embargo, a pocos metros de llegar a buen puerto, la joven ha comenzado a saludar a los jóvenes que la esperaban en el muelle de Lisboa, con pancartas y canciones coreando su nombre.
"No dejéis de luchar por vuestro futuro", ha animado en un breve mensaje pronunciado en el muelle. "Estamos en emergencia climática, precisamos de un punto de vista global, trabajar en conjunto para garantizar condiciones de vida para la humanidad en el futuro".
Greta ha puesto pie en tierra con su ya mítico cartel de Huelga escolar por el clima, que la acompaña desde hace casi un año, cuando comenzó a manifestarse cada viernes ante el Parlamento de Suecia.
Su gesto dio lugar al movimiento Jóvenes por el Clima que en todo el mundo se han ido sumando a la reclamación de exigencia de acción climática a todos los Gobiernos.
Un barco con activistas de Extinction Rebelion vestidos con trajes rojos y pancartas contra la emergencia climática también la han acompañado en los últimos metros.
Un viaje arriesgado
El interés de Greta Thunberg por que su viaje desde Estados Unidos a España fuese lo más sostenible posible hizo que rechazase montar en avión o en barcos comerciales, por lo que aceptó el ofrecimiento de Riley Whitelum y Elayna Carausu, una pareja de influencers australianos que, junto con su bebé de 11 meses (Lenny), recorre el mundo. Este barco tiene un motor diésel que no se usa de forma constante, ya que también cuenta con velas y placas solares para ser más ecológico.
Las inclemencias climáticas propias de esta época del año convirtieron el viaje en una travesía complicada y en la que se han visto obligados a sortear varias borrascas de gran fuerza. "La Vagabonde ha visto más viento que nunca en este viaje", expresaba en Instagram Elayna Carausu, una de las propietarias del catamarán, el séptimo día de viaje.