El Acuerdo de París se firmó en la COP21 celebrada en esta ciudad en el año 2015 y es el mayor acuerdo frente a la crisis climática. Es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece ciertas medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que están desencadenando un cambio climático global.
195 países firmaron este Acuerdo que establece un plan de acción mundial para limitar el Calentamiento Global por debajo de los 2 grados y continuar con los esfuerzos para conseguir que no se superen los 1,5 grados reduciendo las emisiones de CO2 a través de la mitigación, adaptación y resiliencia.
Cómo funciona el Acuerdo de París
La idea principal del Acuerdo de París es que cada país, desarrollado o no y sin importar su PIB, establezca unas metas para reducir las emisiones de este gas con el objetivo de prevenir efectos desastrosos. Con este pacto, todos los países firmantes presentaron un plan individual para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero acordando reunirse de manera regular para revisar e impulsar a los demás a incrementar sus esfuerzos.
A diferencia del tratado anterior, el Protocolo de Kioto, el Acuerdo de París no es vinculante, por lo que los países pueden cambiar sus planes según su situación interna. Además, no hay multas si se quedan por debajo de las metas declaradas, pero mediante una diplomacia suave se ha movilizado a que algunos países tomen acciones más completas antes de que las temperaturas aumenten del umbral considerado como altamente peligroso.
El principal problema, y contra el que luchan todos los países integrantes del Acuerdo de París, es sustituir los combustibles fósiles, principales causantes de las emisiones de CO2, fundamentalmente el carbón y el petróleo, por energías renovables. De los 184 puntos acordados en la capital francesa, solo 36 responden a medidas capaces de lograr una reducción de las emisiones en un 40% o superior. El único de los grandes emisores de GEI que ha adoptado una postura proactiva contra el cambio climático ha sido la Unión Europea.
El cambio climático en España está haciendo estragos en la agricultura, que ya ha comenzado a resentirse por la falta de lluvia y el aumento de las temperaturas. Según un estudio publicado en 2018, las temperaturas podrían aumentar entre 4 y 5 grados comparadas con niveles preindustriales, frente a los 2 que se quieren mantener en la actualidad.
Por último y con respecto a los impactos, incluso a 1,5 grados se pueden esperar peligrosos sucesos de extremos hidrológicos, principalmente en la India y el sureste de Asia. De la misma manera, si se alcanzaran los 2,0 grados, varios ríos de todo el mundo podrían incrementar sus caudales aumentando el riesgo de inundaciones.
Por todo esto, es tan importante que se tome verdadera conciencia sobre el cambio climático y esperemos que el Acuerdo de París consiga disminuir las emisiones de CO2 antes de que las consecuencias sean devastadoras.