El explorador y nadador británico Lewis Gordon Pugh ha completado la travesía programada en un lago supraglacial en la Antártida, reto que tiene como objetivo la creación de una red de Áreas Marinas Protegidas (AMP) en la zona más austral del planeta.
"Estoy a salvo, pero totalmente congelado", asegura Pugh en su cuenta de Twitter, y añade que sus dedos están "completamente blancos", tras haber concluido este jueves una travesía de 300 metros en las gélidas aguas de la Antártida.
Pugh, patrón del Océano de la ONU, aparece en bañador en una imagen sentado sobre una superficie helada al lado de un lago y junto a una médico que revisa su estado de salud y un asistente que intenta arroparle inmediatamente.
Previamente, el explorador descendió una pendiente de 70 metros de un acantilado para poder acceder a la zona del lago que ha atravesado este jueves.
El pasado martes, Pugh realizó una primera inmersión en el lago supraglacial, reto con el cual pretende llamar la atención de la ciudadanía y tomadores de decisiones en el mundo para lograr la protección de la biodiversidad.
Pugh forma parte de la coalición Antarctica 2020 y su objetivo es lograr la creación de una AMP de más de 2,2 millones de kilómetros cuadrados de áreas marinas en la Antártida, un espacio mayor que Europa Occidental, según Naciones Unidas.
El explorador británico es la primera persona en haber atravesado a nado de larga distancia todos los océanos del mundo y el primero en nadar a lo largo del Canal de la Mancha.
El 15 de julio de 2007, Pugh logró atravesar las aguas heladas del Polo Norte en solo 18 minutos y 50 segundos, según datos de la Asociación de Reglas de la Natación, y se convirtió en la primera persona en el mundo en lograrlo.
Pugh trabaja para lograr la protección del 30 % de la biodiversidad mundial, como recoge el borrador del documento de la Convención para la Diversidad Biológica de Naciones Unidas que se discutirá en Kunming (China) en octubre próximo.
"Lo más difícil viene ahora"
Pugh explica en declaraciones a la Agencia EFE desde la Antártida que ha sido una "travesía simbólica para dar a conocer al mundo que es un lugar amenazado" por el calentamiento global y la emergencia climática.
"El trayecto tenía tantos recodos y era tan estrecho que era difícil dar una sola brazada y pensé que no podría continuar. Hasta que llegué a un sitio increíble, con una gama de colores que pasaban del azul al índigo y luego al violeta y con unas estalactitas impresionantes. Continué durante un buen rato, por zonas muy oscuras que me obligaron a quitarme las gafas de agua hasta que llegué nuevamente a un sitio con luz", asegura.
El nadador y explorador británico pretende con esta acción concienciar a la población y a los gobernantes de la necesidad de actuar ahora y reducir las emisiones a la atmósfera causantes del calentamiento global y el deshielo polar.
"Por medio de observaciones aéreas, investigadores británicos han detectado unos 65.000 supraglaciares. La capa glacial se está derritiendo, formando ríos y vertientes de agua que terminan discurriendo por debajo de los glaciares".
Si en este momento "no somos conscientes de la gravedad de la situación actual, reducimos las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para evitar el cambio climático y actuamos ya, esta situación continuará provocando inestabilidad".
Y si la "inestabilidad y el deshielo continúan en Groenlandia, Antártida Este y Antártida Oeste, no hay futuro", ha aseverado el embajador del océano de la ONU.
Pugh sostiene que "no tenemos una percepción real de la emergencia climática, y necesitamos tenerla, algo que no ha sucedido en las negociaciones del clima".
Por ello, las naciones que se reúnan en Glasgow (Reino Unido) en noviembre próximo deben respondernos a una sencilla pregunta: ¿es adecuada nuestra respuesta ante el cambio climático? "No, no lo es. Se deben tomar acciones ahora".
Ha instado a los gobernantes a actuar y explicado que su primera visita será a Rusia, uno de los países que ha mostrado resistencia a la aprobación de una red de Áreas Marinas Protegidas (AMP), junto a China.
"Nunca pensé que llegaría a decir lo siguiente, pero estoy ansioso por regresar a Moscú para sentirme abrigado nuevamente. He pasado mucho frío, me he estado congelando las pasadas dos semanas".
Y sostiene que es aquí donde "empieza lo más difícil. Aunque ha sido un ejercicio de natación extremadamente complicado, hasta llegar al límite, nadar a través de esos túneles es muy peligroso, ahora empieza el trabajo más duro. El trabajo de persuadir y convencer a los gobiernos y a los gobernantes".
Porque el cambio climático "no es un asunto que está entre los principales de sus agenda, pero es muy importante que ellos actúen ahora".
Y explica que su motivación es "muy sencilla. He nadado durante los últimos 30 años y he visto los cambios que se están produciendo en el océano y me apasiona tratar de proteger estas áreas silvestres, áreas que son muy especiales".
Y dice que recuerda "unos días atrás cuando observé lo dura que resulta la supervivencia de los pingüinos. Más del 30 % de las crías de pingüino muere antes de su primer año de vida, no necesitan contar con la presión que el ser humano ejerce sobre ellos debido al cambio climático y a la sobreexplotación de la pesca industrial en el sur del océano".
“Quiero compartir el mensaje que para demostrar que este sitio se está calentando he tenido que pasar por un proceso de congelamiento”, concluye.