El año 2019 cierra una década de calor global excepcional y un aumento del nivel del mar con cotas récord a causa de los gases de efecto invernadero que provoca la actividad humana. Las temperaturas medias del periodo de cinco años, 2015-2019, y de diez, 2010-2019, son casi seguramente el quinquenio y la década más cálidos registrados.
Desde 1980, cada década ha sido más cálida que la anterior. Así, se espera que 2019 sea el segundo o tercer año más cálido registrado. 2016, que comenzó con un fenómeno de El Niño excepcionalmente fuerte, sigue siendo el año más cálido, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM, por sus siglas en inglés) presentado este martes en la COP25.
Según esta declaración provisional de la OMM sobre el estado del clima global, la temperatura media del planeta en 2019 (de enero a octubre) ha sido de aproximadamente de 1,1 grados por encima del período preindustrial.
El Acuerdo de París, cuyo articulado se terminará de cerrar en la COP25, fija el ambicioso objetivo de mantener la temperatura por debajo de dos grados o, si es posible, de 1,5 grados. La Declaración final sobre con datos completos de 2019 se publicará en marzo de 2020.
"Si no tomamos ahora medidas urgentes, nos dirigimos a un aumento de la temperatura de más de tres grados para finales de siglo, con impactos que serán cada vez más perjudiciales para el bienestar humano", apunta el secretario general de la OMM, Petteri Taalas. "No estamos cerca de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París".
Este escenario llega de la mano de unas concentraciones al alza del dióxido de carbono en la atmósfera. En 2018 alcanzaron un nivel récord de 407.8 partes por millón y continuaron creciendo en 2019. Este gas de efecto invernadero permanece en la atmósfera durante siglos y aún más tiempo en el océano.
En cuanto al mar, que actúa como amortiguador del calentamiento global al absorber calor y dióxido de carbono, está pagando un alto precio. La temperatura del océano está en niveles récord y ha habido olas de calor marinas generalizadas.
El agua de mar es ahora un 26% más ácida que al comienzo de la era industrial y los ecosistemas marinos vitales se están degradando. El aumento del nivel se ha acelerado desde el inicio de las mediciones en 1993 por el derretimiento de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.
En riesgo la seguridad alimentaria
"En el día a día, los impactos del cambio climático se materializan a través del clima extremo y anormal. Las olas de calor y las inundaciones, que solían ser eventuales, se están convirtiendo en acontecimientos más regulares. Países que van desde las Bahamas hasta Japón y Mozambique han sufrido el efecto de devastadores ciclones tropicales. Los incendios forestales arrasaron también el Ártico y Australia", apunta Taalas.
"Uno de los principales efectos del calentamiento global son patrones de lluvia más erráticos. Esto representa una amenaza para el rendimiento de los cultivos y, combinado con el aumento de la población, significará desafíos considerables para la seguridad alimentaria de los países vulnerables en el futuro", añade el secretario general de la OMM.
El informe también señala que los fenómenos meteorológicos extremos se encuentran entre los principales impulsores del reciente aumento del hambre en el mundo y una de las principales causas de crisis graves.
Después de una década de declive constante, el hambre vuelve a aumentar: más de 820 millones de personas sufrieron escasez de alimentos en 2018. Entre los 33 países afectados por las crisis alimentarias, las condiciones climáticas extremas son un factor agravante en 26 de ellos, junto con las crisis económicas y los conflictos, y el principal factor en 12 de estos 26 países.
La salud humana también se ve afectada. En 2018, hubo un récord de 220 millones de exposiciones a olas de calor por parte de personas vulnerables mayores de 65 años, en comparación con el promedio de referencia de 1986-2005.
El calentamiento global también provocan migraciones. Según el informe, entre enero y junio de 2019, se registraron más de diez millones de nuevos desplazamientos internos, siete millones provocados por eventos peligrosos como el ciclón Idai en el sureste de África, el ciclón Fani en el sur de Asia, el huracán Dorian en el Caribe o las inundaciones en Irán, Filipinas y Etiopía, que han generando grandes crisis humanitarias y de protección.