Si el cambio climático es la principal amenaza para la conservación del medio ambiente en el planeta, hubiera sido infinitamente peor de no tener unos aliados "ignorados" y considerados marginales hasta fecha muy reciente: los "bosques ocultos de la biosfera", es decir, los manglares, praderas marinas y marismas salinas.
"Una hectárea de posidonia captura el mismo CO2 que 15 hectáreas de selva amazónica", explica el biólogo marino Carlos Duarte, que junto al irlandés nacionalizado australiano Terence Hughes y el franco-canadiense Daniel Pauly ha sido galardonado Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación 2019.
Para poner en valor esta "capacidad altamente productiva" de los ecosistemas marinos, Duarte acuño el término 'carbono azul', en línea con el 'carbono verde' de los recursos forestales. La falta de percepción de su valor, lamenta el especialista, ha supuesto la pérdida a lo largo del siglo XX de la mitad de estos "bosques submarinos", una pérdida que alcanzaría al 80% de las marismas marinas.
Según Duarte, titular de la Cátedra Tarek Ahmed Juffali en Ecología del
Mar Rojo en la Universidad Rey Abdalá de Ciencia y Tecnología (Arabia Saudí), los bosques ocultos"representan el 0,2% del área de los océanos" pero "son responsables del 50% del carbono que se entierra en los sedimentos marinos", una función que llevan cumpliendo desde hace "miles de años".
El concepto de 'carbono azul' ha sido adoptado por Naciones Unidas como proyecto para inventariar y proteger estos ecosistemas en los litorales de cada nación. Frente al cambio climático, advierte Duarte, no son solo útiles como sumidero de gases de efecto invernadero, sino que son "la primera línea de defensa de la costa, la fauna y la biodiversidad" ante catástrofes cada vez más frecuentes como los 'medicane', los huracanes del Mediterráneos, de los que la borrasca Gloria es un ejemplo.
Un premio contra el negacionismo
Desde Australia, Hugues, referente mundial en la conservación de los arrecifes de coral, ha celebrado el premio a investigadores que plantean claramente la amenaza del calentamiento global cuando en su país se está "cuestionando políticamente" la "credibilidad y la legitimidad" de la crisis climática, incluso ante catástrofes tan abrumadoras como la ola de incendios forestales en la isla.
"Unos arrecifes de coral saludables son indispensables para la preservación de la biodiversidad. 400 millones de personas dependen de ellos para su seguridad alimentaria y su bienestar". Se enfrentan a tres grandes amenazas, sin embargo: la polución marina, la sobreexplotación pesquera y el calentamiento global.
"Y ese es el problema, que es global", afirma sobre este último punto. "Hasta el arrecife mejor cuidado y hasta el arrecife más remoto en el punto más lejano del Pacífico se están viendo dañados por el calentamiento".
La investigación de Hughes se centra en el fenómeno del 'blanqueamiento' (bleaching) de los corales, un deterioro producido por la exposición de los arrecifes a temperaturas oceánicas elevadas que provocan un intenso estrés en los organismos. La Gran Barrera de Coral australiana, el mayor arrecife de coral marino del planeta, se ha blanqueado cuatro veces desde 1998 y está en situación crítica.
La "imposible" extinción de peces
Daniel Pauly tiene en su haber la creación de FishBase, la mayor base de datos sobre peces de la Tierra. Con 35.000 especies incluidas, y datos sobre sus hábitats, reproducción y alimentación, la web tiene "medio millón de visitantes al mes", afirma orgullosos, y ayuda a las comunidades de pescadores a autogestionarse.
La idea surgió en 1990, cuando trabajaban en Filipinas. "Nos dimos cuenta de que los pescadores no tenían ninguna información sobre los peces que capturaban", explica. A partir de la web, Pauly ha desarrollado ecuaciones y modelos para evaluar grados de explotación de poblaciones y hacer estimaciones que eviten que los caladeros queden esquilmados.
"Antes, no parecía posible erradicar a un especie de pez de la faz de la Tierra. Y ahora está empezando a pasar", alerta Daniel con ejemplos como la reciente extinción del pez remo del Yangtsé. "Estamos provocando que los océanos pierdan su capacidad para suministrarnos alimento".