¿Cuál es el origen del brote del nuevo coronavirus declarado pandemia?, ¿qué o quiénes son los culpable de la propagación de este virus? Se habla del murciélago y del pangolín como posibles huéspedes originales del SARS Cov-2, pero puede que los humanos, y su estilo de vida destructivo para la naturaleza, tengan mucho que ver en la expansión de virus desconocidos como este.  

Según señala la organización ecologista Greenpeace, la tala y la deforestación de los bosques aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades entre los seres humanos al entrar más fácilmente en contacto con poblaciones de fauna silvestre portadoras de virus. 

"Los estudios de los últimos años coinciden en mostrar que la transmisión de los agentes patógenos –y la frecuencia de las enfermedades asociadas– tiende a aumentar con las pérdidas de biodiversidad", explica Rodolphe E. Gozlan, director de investigación en Ecología de la Conservación, en un artículo de The Conversation.



En esta línea, desde Greenpeace advierten de que la pérdida de bosques, en particular los tropicales de la Amazonia y la Cuenca del Congo, aumenta el riesgo de contagio por virus, bacterias y otros microorganismos a los que generalmente los humanos no habían estado expuestos.



Los ecologistas aseguran que el deterioro ambiental "está agravando la permanencia entre la población de estas enfermedades zoonóticas", y que se espera que la deforestación aumente los brotes de este tipo de dolencias, que causarían "crisis cada vez más frecuentes y más severas, a las que pondremos el adjetivo de sanitarias, climáticas o migratorias".



Según datos de la organización conservacionista, se estima que el 58% de las enfermedades infecciosas y el 73% de los patógenos emergentes o reemergentes proceden de los animales.



Además, más de dos tercios de las enfermedades causadas por animales se originan en la fauna silvestre y en los últimos 50 años ha habido un gran aumento de las patologías emergentes atribuidas a la invasión humana del hábitat, en particular de las regiones tropicales.



Greenpeace se remite a un estudio que afirmaba que alrededor del 30% de los brotes de enfermedades nuevas y emergentes como el virus Nipah, Zika y el Ébola están relacionados con estos cambios de uso de la tierra.

Prevenir pandemias 



A todo ello añaden que la tala, la caza, la alimentación y el tráfico internacional de fauna silvestre "plantean un riesgo considerable de transmisión de patógenos entre especies" y que la probabilidad de entrar en contacto con enfermedades causadas por animales es mayor en zonas de tala selectiva que en áreas quemadas o de desmonte.



Los ecologistas señalan que según datos de la FAO, entre 1990 a 2015 se registró una pérdida neta de unos 129 millones de hectáreas de bosque y que la organización Global Forest Watch indica que desde 2001 a 2018 se han perdido 361 millones de hectáreas de cubierta arbórea a nivel mundial, que han aumentado la emisión a la atmósfera de CO₂.



Entre los factores que propician la deforestación, Greenpeace cita la transformación de bosques en cultivos, como soja o aceite de palma; de pastos para ganado o las plantaciones para pasta de papel o caucho.



Los conservacionistas apuntan que el sector cárnico español demanda gran cantidad de piensos para los que es necesario importar "ingentes cantidades de soja" que en buena parte procede de Brasil o Argentina., países "afectados por intensos procesos de deforestación, precedidos por la quema de la selva" y denuncian "la complicidad del sector de la madera en España con los graves problemas de la tala ilegal y el contrabando mundial de maderas preciosas".



Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España, subraya la importancia de desarrollar políticas preventivas para prevenir enfermedades y pandemias y de asegurar "un medioambiente saludable, con recursos naturales bien gestionados" como "salvaguarda para hacer comunidades más resilientes a estas crisis”.

Noticias relacionadas