En octubre de 2016, el genetista evolutivo Angus Davison, de la Universidad de Nottingham en Reino Unido, hizo un llamamiento tan inusual como la concha de un caracol zurdo que le habían traído al centro de investigación y al que llamó Jeremy, en honor al político laborista británico de izquierda Jeremy Corbyn, un amante también de la jardinería.
La misión era buscar pareja a este raro molusco, pero, aunque los caracoles son hermafroditas, su cita debía de tener una concha igual, con espiral hacia la izquierda, porque Jeremy también tenía genitales en el lado opuesto.
La tarea no fue fácil ya que, en general, todos los caracoles son diestros. Su caso salió en multitud de medios de comunicación. Con el hashtag #snaillove, su historia dio la vuelta al mundo e incluso fue el protagonista de un documental. Jeremy se convirtió en una sensación global y en toda una "conchelebridad" (shellebrity, en inglés).
Y dio resultado gracias a la ayuda ciudadana. Esta publicidad permitió a Davison, que estudiada la asimetría corporal en otros animales, incluidos los humanos, conseguir 45 caracoles de concha levógira, procedentes de la naturaleza y de granjas de caracoles. En España se encontró uno en Mallorca en una granja en 2016 y otra aportó cuatro entre 2017 y 2019.
Estos hallazgos permitieron por un lado hacer una estimación sobre la rareza de estas conchas: uno de cada 40.000 caracoles es zurdo. Y por otro lado se propusieron varias parejas a Jeremy para entender cómo se formó su espiral y si tenía un origen genético y por lo tanto heredable.
Caracoles zurdos de una granja española junto a Jeremy (segundo desde la derecha). / Angus Davison
¿Es realmente una condición genética?
En el primer intento, los dos pretendientes ignoraron a Jeremy y prefirieron aparearse entre ellos. Esto permitió comprobar la formación de esta rara característica en otros caracoles sinistrales, no solo en Jeremy. A lo largo de tres años, eclosionaron casi 15.000 huevos de cuatro generaciones de caracoles, incluido nuestro protagonista. Los científicos querían comprobar si el fenotipo se debía a un efecto recesivo del alelo materno.
Poco antes de su muerte, Jeremy pudo engendrar un tercio de las 56 crías de otro caracol. "Después de una larga búsqueda de pareja y varios percances en el camino, Jeremy finalmente produjo descendencia, lo que me encantó, así como al resto del mundo. Pudimos usar la descendencia de Jeremy y la de otros zurdos para descubrir cómo se producen estos individuos", explica Davison.
Los resultados de su estudio, publicados ahora en la revista Biology Letters, revelan así que más que una condición genética, la formación de la concha de Jeremy pudo deberse por lo general a un accidente en su desarrollo, debido al azar o al entorno. Los caracoles zurdos en general daban lugar a crías diestras, salvo excepciones.
De los 13 caracoles zurdos originales, ninguna de sus 1.120 crías fue zurda. En las generaciones posteriores, tampoco se produjeron casos. La única excepción fue una generación de 32 caracoles mezclados con diestros en Francia, seis de los cuales produjeron una descendencia mixta. En total nacieron 17 crías zurdas de las 6.302 que eclosionaron.
Aunque el origen de la concha levógira podría deberse más a un accidente de desarrollo, el científico observó que era más frecuente con la presencia de un alelo dextral, como en el caso de los caracoles franceses que produjeron una pequeña descendencia sinistral.
"Ayudamos a resolver uno de los acertijos de la naturaleza. Ha sido muy satisfactorio. También hubo un final feliz para Jeremy para encontrar el amor y producir descendencia, justo antes de morir. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda del público", señala el investigador.
Sin embargo, aunque los científicos trataron de recrear la característica de Jeremy, "esto no fue posible. Jeremy fue especial", concluye Davison. Cuando logren averiguarlo, les ayudará a comprender la asimetría corporal y cómo se definen los lados izquierdos y derechos de otros animales, incluso los humanos.