El buitre negro (Aegypius monachus) es una de las cuatro especies de buitres que nidifican en España, donde se considera una especie bandera, y se encuentra catalogada como vulnerable.
Un equipo de investigadores del Grupo de Economía y Sostenibilidad del Medio Natural, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha combinado el uso de herramientas de modelización de hábitats y de ruido ambiental para cuantificar el impacto del ruido de las carreteras sobre el área potencial de nidificación de esta ave.
Uno de los resultados del estudio, realizado en el monte de Valsaín, en la vertiente segoviana del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, donde se reproduce una de las poblaciones de buitre negro más importantes de Europa, señala que esta especie no sitúa sus nidos en zonas expuestas a un nivel de ruido medio diario superior a 40 decibelios.
El uso de herramientas de modelización de las preferencias de distintas especies de fauna o flora está muy generalizado para evaluar algunas problemáticas relacionadas con su conservación. Sin embargo, con frecuencia, se observa el empleo de la distancia de nidificación a las carreteras como una variable para caracterizar el potencial efecto negativo del tráfico sobre algunas poblaciones de aves nidificantes.
Según los científicos, aunque ese modo de proceder se basa en el principio de atenuación de las ondas sonoras con la distancia a la fuente emisora, debería tenerse en cuenta que la distancia no es el único factor que influye a la hora de evaluar los niveles de exposición al ruido sobre un potencial receptor.
En el trabajo, publicado en la revista Sustainability, se ilustra la conveniencia de caracterizar adecuadamente las particularidades de cada variable ambiental en la modelización de hábitats, sobre todo en el caso de impactos ambientales.
Evaluar los impactos ambientales
Entre los resultados de esta investigación destaca que el buitre negro no ubica sus nidos en aquellas zonas donde el nivel continuo equivalente del ruido procedente de la carretera CL-601 −que atraviesa el monte de Valsaín− supera los 40 decibelios.
Este resultado es coincidente con otro trabajo de los mismos autores en el que estudiaron otra colonia reproductora de buitre negro en el madrileño valle del río Lozoya, por donde discurría la carretera M-604 que, sin embargo, soportaba un tráfico cinco veces inferior a la carretera que atraviesa el monte de Valsaín.
Además, los modelos desarrollados revelan que el nivel de ruido procedente de las carreteras y la pendiente del terreno son las dos variables más importantes a la hora de definir el hábitat potencial de nidificación del buitre negro en la Sierra de Guadarrama.
A pesar de todo ello, como señala Carlos Iglesias Merchán de la UPM, "el impacto de las carreteras sobre el hábitat potencial de nidificación de esta especie (y quizás también en el caso de otras especies) se podría haber sobreestimado en los modelos convencionales donde se ha empleado, con carácter general, la distancia a las carreteras como variable para caracterizar el potencial impacto causado por el ruido de estas".