Dos ejemplares de buitre negro han nacido recientemente en la Sierra de la Demanda y se espera el nacimiento de un tercero en lo que supone que esta especie haya vuelto a criar en el Sistema Ibérico después de más de medio siglo extinguido.
La asociación conservacionista GREFA, la Junta de Castilla y León y el Gobierno de La Rioja han anunciado de este acontecimiento que consideran "de gran relevancia" ya que esta especie, incluida en la categoría de "Vulnerable" en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, no se reproducía en todo el extenso ámbito geográfico del Sistema Ibérico desde hace más de medio siglo.
El nacimiento de estos dos pollos, que ha tenido lugar en el sector burgalés de la Sierra de la Demanda, confirma el éxito de las reintroducciones de buitre negro que se iniciaron en 2017 en el término municipal de Huerta de Arriba (Burgos), a iniciativa de GREFA, con la colaboración de la Junta de Castilla y León y el Gobierno de la Rioja.
El trabajo de GREFA destinado a la recuperación del buitre negro se canaliza a través del Proyecto Monachus, bajo cuya cobertura se han liberado en los últimos tres años casi medio centenar de buitres negros en la Sierra de la Demanda, lo que ha permitido que se hayan formado nueve parejas de la especie con posibilidades de reproducirse en la actualidad.
Seis de estas parejas, cuyos nidos se distribuyen por dos términos municipales de la provincia de Burgos y uno de La Rioja, han incubado su puesta (que en el buitre negro está constituida por un único huevo) en 2020, el primer año en el que la especie cría con éxito en la Sierra de la Demanda.
La pareja formada por dos buitres negros reintroducidos en 2017, el macho Acebo y la hembra Arca, ha sido la primera que ha visto nacer su pollo, en concreto el pasado 30 de abril. La segunda pareja que se ha reproducido con éxito está formada por el macho Arrañón y la hembra Barbojeda, siendo el primero un ejemplar liberado en 2017 y la segunda un ave exógena (no reintroducida, sino procedente de otra colonia) y habiendo nacido su pollo el pasado 14 de mayo.
La pareja de la que aún se espera el nacimiento de su pollo es la formada por el macho Benigno y la hembra Canaleja, ambos ejemplares exógenos. Las tres parejas restantes, aunque iniciaron la incubación, han fracasado, debido a la inexperiencia propia de las aves jóvenes y primerizas que constituyen la nueva colonia de buitre negro de la Sierra de la Demanda y, posiblemente, a las inclemencias meteorológicas de esta primavera.
Los nidos de los dos pollos ya nacidos están ubicados en pinos albares de la provincia de Burgos, uno en un nido natural y otro en una plataforma artificial instalada por el Proyecto Monachus, con la colaboración de agentes medioambientales de Castilla y León especialistas en trabajos de altura, para facilitar la nidificación de la especie. El que queda por nacer se ubica en otra plataforma artificial, también en un pino albar en territorio burgalés.
Colaboración fundamental
"Recuperar la población reproductora de una especie amenazada en una zona donde estaba extinguida, como acaba de pasar con el buitre negro en la Sierra de la Demanda, es uno de los mayores logros a los que podemos aspirar quienes nos dedicamos a la recuperación y defensa de la biodiversidad", ha explicado el presidente de GREFA, Ernesto Álvarez.
La colaboración de la Junta de Castilla y León, que se remonta al año 2017, y más recientemente del Gobierno de la Rioja, ha permitido el trabajo conjunto con agentes medioambientales, celadores de Medio Ambiente y agentes forestales de ambas comunidades autónomas. También ha dado su apoyo al proyecto la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
"Sin la ayuda de un buen número de organismos y asociaciones habría sido inviable lo conseguido con el buitre negro en la Sierra de la Demanda, pero lo más decisivo ha sido la gran implicación de la población local en favor de la especie", ha aclarado Lorena Juste, la bióloga de GREFA responsable del proyecto en la Sierra de la Demanda.
Juste ha señalado que la gente de la zona cada vez valora más que el buitre negro, al igual que otras especies necrófagas o carroñeras, preste un importante servicio en los ecosistemas al limpiar el campo de cadáveres de animales, impidiendo así la propagación de enfermedades entre la fauna salvaje, la ganadería e incluso sobre la población humana. De hecho, la presencia de esta especie en las Reservas Regionales de Caza, tanto en Castilla y León como en La Rioja, es muy relevante en términos sanitarios dado el importante aprovechamiento cinegético existente.
Récord de cría en cautividad
El Proyecto Monachus busca conectar las grandes colonias de buitre negro del centro y el sur de la Península Ibérica con las que se están creando en Francia y otros países. Para lograrlo no solo actúa en la Sierra de la Demanda.
Muestra de ello son las liberaciones de buitre negro emprendidas en colaboración con otras entidades hace más de diez años en el Prepirineo catalán (Boumort), donde ha nacido medio centenar de buitres negros desde que comenzó el proyecto y este año hay más de diez parejas nidificando. GREFA tiene previsto iniciar en un futuro próximo un proyecto similar en el sur del Sistema Ibérico, concretamente en la comarca de Els Ports (Tarragona).
Muchos de los buitres negros liberados proceden de un buen número de centros de recuperación de fauna, que han cedido al Proyecto Monachus ejemplares rehabilitados en sus instalaciones tras sufrir alguna lesión o enfermedad. "Por lo que se refiere a la Sierra de la Demanda, agradecemos la solidaridad en la cesión de buitres negros de comunidades autónomas como Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y La Rioja", indica el presidente de GREFA.
También hay buitres negros reintroducidos que proceden del centro de cría en cautividad de especies amenazadas que GREFA tiene en Majadahonda (Madrid), instalación que en 2020 ha conseguido el récord sin precedentes del nacimiento de seis pollos de esta especie en una misma temporada reproductora.