El humo de los incendios en California (EE.UU.), que se ha visto en los últimos días en Baleares, aunque también en otras zonas de Europa, no es extraño, aunque sí una curiosidad, que se debe a las dimensiones de los fuegos y la interacción de la humareda a gran altura con el chorro polar que recorre el planeta.
Al ser incendios tan potentes, el humo sube mucho y alcanza varios kilómetros de altura, como en este caso en el que al interactuar con el chorro polar que circula alrededor del planeta, se ha trasladado desde California hasta Europa, según ha explicado a la agencia Efe Juan José Villena, experto en meteorología del servicio Meteored.
El humo en los fuegos de California ha alcanzado muchísima altura, previsiblemente del orden de entre 7 y 10 kilómetros e incluso más y "se ha introducido en el chorro polar, que es una corriente de aire que circula de oeste a este a unos 250 kilómetros por hora más o menos".
"No es algo extraño, sino una curiosidad", que el humo haya llegado a Europa, en donde ha dejado imágenes interesantes "con ese aspecto grisáceo" en el cielo, por ejemplo en París, en la Torre Eiffel, y en otros puntos del centro del continente, también en las islas británicas, antes de llegar a la zona del Cantábrico para canalizarse por el Ebro hasta las islas Baleares.
Las grandes columnas de humo de incendios tan importantes como los de California, que han devastado ya cerca de un millón de hectáreas en zona boscosa, "pueden perdurar mucho tiempo flotando en el aire" y recorrer miles y miles de kilómetros alrededor del planeta.
Este tipo de incendios forestales, que también ocurren en otras partes, se estima que a lo largo del año emiten hasta tres millones de toneladas de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, el monóxido de carbono y el metano. En el caso del humo llegado a Europa desde California, las concentraciones son pequeñas, escasas y a mucha altura, así que no entraña riesgos, explica el experto.
Es habitual que la humareda recorra miles de kilómetros cuando los incendios son potentes, ha insistido el citado experto en meteorología, como ya ocurrió con los de Siberia, cuyo humo se vio en EE.UU., o los de Australia, que llegó hasta puntos de América del sur.
El miedo a lo que podría venir
Desde que se iniciaron la mayoría de los fuegos a mediados de agosto, más de una treintena de personas han fallecido en los tres estados de la costa oeste de EE.UU. -California, Oregón y Washington- decenas de miles de vecinos siguen evacuados y hay varias personas desaparecidas.
Los múltiples fuegos emanan enormes cantidades de humo que cubren prácticamente la totalidad de los cielos de la región, y ciudades como Portland (Oregón), Seattle (Washington) y San Francisco (California) este domingo copaban la lista de áreas metropolitanas con la peor calidad del aire del mundo.
La mayor parte de los fuegos se declararon el fin de semana del 15 de agosto a causa de una tormenta eléctrica nada habitual en la región en la que cayeron más de 10.000 rayos, y desde entonces la sequedad, los fuertes vientos y las altas temperaturas los han hecho extenderse a gran velocidad.
Uno de los aspectos que más preocupan a las autoridades es que esta situación se está dando cuando aún no se ha llegado a octubre y noviembre, que tradicionalmente constituyen la "temporada" de incendios en California, por lo que en los próximos meses las circunstancias podrían empeorar todavía más.