Un equipo internacional de investigación liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha publicado la mayor y más detallada librería genética de mariposas europeas hasta la actualidad con más de 22 mil ejemplares secuenciados de 459 especies.
El estudio, que publica la revista Communications Biology, aglutina información genética del 97 % de las mariposas de Europa con una resolución sin precedentes, hecho que la convierte en la mayor plataforma para el estudio y la conservación de las mariposas del viejo continente. El conjunto de datos está disponible a través de la web sin restricciones de uso.
“El objetivo central del proyecto era desarrollar una base de datos muy exhaustiva que permitiera tener una imagen clara de la diversidad y la historia evolutiva de las mariposas europeas”, comenta Roger Vila, investigador principal del Laboratorio de Diversidad y Evolución de las Mariposas en el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) y responsable del proyecto.
La nueva librería genética abre la puerta a que se pueda identificar a través del ADN cualquier muestra de mariposa (fragmento, oruga, huevo, contenido estomacal o excrementos de depredadores) en cualquier lugar del continente.
Erebia epiphron de La Rioja. Población genéticamente única y en peligro de extinción en la Sierra de la Demanda. / Yeray Monasterio León - Asociación ZERYNTHIA.
Mejorar la conservación
Este enorme conjunto de datos puede resultar de gran impacto para la conservación de las mariposas, pero también para identificar plagas o introducciones de especies irregulares en el territorio.
La investigación también abre la puerta a entender fenómenos como el efecto de las glaciaciones estudiando cómo se distribuyen las mariposas en el territorio.
“Todavía hoy vemos como la diversidad genética de las mariposas es claramente más baja en la zona que estuvo bajo la masa de hielo hace 12.000 años, en el centro y norte de Europa”, comenta Vila. “Este trabajo es pionero en la aplicación de la genética a gran escala para la conservación y abre la puerta a iniciativas parecidas con otros grupos de animales y plantas”, concluye.
El proyecto recoge el trabajo de 15 años y ha contado con la ayuda de gran número de investigadores voluntarios y con la financiación de la Unión Europea, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Generalitat de Cataluña, entre otros.