Los municipios rurales contribuyen hasta 34 veces más que los urbanos a mitigar las consecuencias del cambio climático y 20 veces más a mantener la biodiversidad, por lo que necesitan un fortalecimiento urgente ya que su papel es "vital" frente a la crisis climática, según un informe publicado por Greenpeace España.
El estudio, HablaRural: El papel clave de la España rural frente a la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad, presentado este jueves en rueda de prensa virtual por su autora y doctora en Ecología, Paloma Nuche, evidencia la necesidad de "fortalecer urgentemente la llamada 'España vaciada' como única vía de futuro para el país", lo que fundamenta en cifras que demuestran que es precisamente en esta parte del territorio donde "se encuentra la mayoría de los ecosistemas nacionales que abastecen al resto de país con materias primas".
Según datos del documento, que analiza el uso del suelo en el más de medio millón de kilómetros cuadrados del territorio nacional y los más de 8.000 municipios que lo conforman, las poblaciones rurales acumulan entre otras cosas el 60 % de humedales y lagos naturales de España, que actúan como "sumideros de CO2" gracias a su función en el ciclo de carbono. En este enlace está el buscador para consultar el impacto de cada municipio en el cambio climático.
Además, abastecen de agua y comida, conservan la biodiversidad y prestan otros servicios como la regulación climática, pese a lo cual continúan despoblándose, ya que en los últimos 40 años han sido abandonadas "más de cuatro millones de hectáreas de tierras de cultivo y se han perdido más de dos millones de explotaciones ganaderas".
La biodiversidad española supone más del 50 % de la total europea e incluye unas 500 especies de plantas cultivadas y 174 razas ganaderas autóctonas, pero el 66 % de estas razas y el 42 % de las variedades vegetales "están en peligro de extinción debido en parte al abandono de las prácticas agrarias tradicionales".
Greenpeace denuncia que esta situación ha llevado a "falsas soluciones" como la puesta en marcha de macrogranjas "altamente nocivas" o la transformación en "un polvorín de lo que antaño fueron masas forestales productivas" ya que "más del 80 % de los espacios forestales españoles no tienen planes de ordenación".
Nuche añade que la densidad de población en estas zonas es de apenas 19 habitantes por kilómetro cuadrado frente a los 18.000 en ciudades, lo que significa que "sólo un 16,5 % de la población española -algo más de 7,5 millones de personas- está cuidando del 85 % del territorio clave contra la crisis ecológica" y a pesar de eso "no disfruta de los mismos servicios y oportunidades".
En la presentación del informe también han participado otros expertos como Julio Barea, doctor en geología y portavoz de la campaña #HablaRural de Greenpeace, para subrayar que la supervivencia del mundo rural pasa porque sus habitantes "puedan disfrutar de los mismos derechos, servicios y oportunidades que el resto de la ciudadanía", en lugar de ser "abandonado por las instituciones" y consecuentemente condenado a la degradación social, económica y ecológica.
La cofundadora de la cooperativa Mas Les Vinyes Ariadna Tremoleda ha augurado que "será fundamental el paso a la agroecología para convertir el problema de la España rural y su crisis ecológica en una solución", con cultivos sostenibles a pequeña escala y ganadería extensiva.
Finalmente, el periodista y fundador de la Red de Periodistas Rurales Manuel Campo Vidal ha pedido que los fondos e inversiones, incluyendo los europeos, "lleguen donde tienen que llegar verdaderamente" a través de una política nacional por el desarrollo rural que integre la crisis ecológica como eje vertebrador de la misma.