Nuestro más reciente estudio, publicado en Nature Climate Change, muestra por primera vez evidencias claras de que el calentamiento global está afectando ya a la salud humana. Ha sido el responsable de 1 de cada 3 muertes por calor entre 1991-2018.
El Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático ha establecido que las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero representan la causa dominante del calentamiento del planeta.
Los escenarios de altas emisiones, en los que no existen estrategias de mitigación, predicen un aumento promedio de la temperatura de la superficie de entre 2,6℃ y 4,8℃ para fines de este siglo. Estudios previos indican un aumento neto en el exceso de mortalidad de entre un 3 % y un 12,7 % relacionado con la temperatura en escenarios de altas emisiones. Pero ningún estudio había evaluado hasta ahora si este impacto ya se ha producido en las últimas décadas y en qué medida.
El actual trabajo, coordinado por investigadores de la Universidad de Berna y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, se realizó en el marco de la red de investigación colaborativa MCC, la más grande actualmente en investigación de salud, clima y contaminación ambiental.
Nuestro objetivo era cuantificar la contribución real del cambio climático provocado por el hombre al aumento del riesgo de mortalidad a causa del calor en 732 ciudades de 43 países en todo el mundo. Para ello, utilizamos los métodos estadísticos más avanzados actualmente en epidemiología del cambio climático.
Vulnerabilidad de las ciudades al calor
Por una parte, analizamos las series temporales observadas de temperatura y mortalidad diaria para estimar el nivel de vulnerabilidad al calor en cada ciudad. Por ejemplo, en Madrid el riesgo de mortalidad aumenta un 60 % para un temperatura de 31℃ con respecto a una temperatura de confort de 22℃, en la que el riesgo es mínimo.
A continuación, utilizamos las últimas simulaciones de temperatura disponibles del Proyecto de Intercomparación de Modelos de Detección y Atribución (DAMIP-CMIP6) para dos escenarios climáticos:
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Con calentamiento global, que se corresponde con las condiciones actuales (forzamientos naturales y antropogénicos).
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Sin calentamiento, en el que se eliminó la influencia de la actividad humana (forzamientos naturales).
Finalmente, cuantificamos la mortalidad atribuida al calor durante la estación cálida en ambos escenarios utilizando la curva exposición-respuesta y las series de temperatura de cada ciudad. La mortalidad debida al calor atribuible al cambio climático antropogénico se calculó como la diferencia entre la mortalidad estimada en ambos escenarios.
¿Cuáles son las regiones más afectadas?
Los resultados muestran que un 37% de las muertes relacionadas con el calor se deben al cambio climático inducido por el hombre. Aunque el impacto varía sustancialmente entre regiones geográficas.
Las más afectadas, con una proporción de mortalidad por calor atribuida al cambio climático por encima del 70%, se ubican en países de Centro y Sudamérica (Ecuador 76,6%, Colombia 76%, Guatemala 75,4%) y por encima del 60% en el sudeste y oeste de Asia (Kuwait 67,7%, Iran 63,1%, Filipinas 61,2%). Asimismo, las poblaciones que viven en países de ingresos bajos y medianos, que son responsables de una pequeña parte de las emisiones antropogénicas en el pasado, son las más afectadas.
En España, el 30% del total de muertes por calor se pueden atribuir al cambio climático inducido por el hombre. A partir de los resultados del estudio, calculamos a posteriori que se producen 704 fallecimientos anuales en las capitales de provincia españolas durante el período de verano (junio-septiembre). Entre ellos destacan 177 fallecimientos por año en Madrid, 94 en Barcelona, 39 en Sevilla y 38 en Valencia.
Estos resultados muestran claramente la necesidad urgente de implementar estrategias de mitigación y adaptación más ambiciosas y eficientes para minimizar los impactos en la salud del cambio climático lo antes posible.
Las acciones deberán estar principalmente enfocadas a las grandes ciudades, que por sus características en términos de desigualdad y el efecto de la isla de calor requieren de una urgente reestructuración en sentido bioclimático. Por ejemplo, medidas orientadas a la planificación urbana o reducción de tráfico, creación de zonas verdes e instalación de fuentes, o el uso de pavimentos y construcciones eficientes térmicamente podrían ayudar a reducir de forma sustancial los efectos de altas temperaturas.
Estudios previos ya habían descrito que con alta probabilidad el cambio climático traería impactos devastadores en el futuro. Pero los resultados de este trabajo muestran que ya estamos experimentando las consecuencias del cambio climático en el planeta.
Hasta el momento, la temperatura global media ha aumentado alrededor de 1°C, que es una fracción de lo que podríamos enfrentar si las emisiones continúan aumentando sin control. Por lo que la proporción de muertes relacionadas con el calor continuará creciendo si no tomamos medidas urgentes el cambio climático o no nos adaptamos adecuadamente.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation
*Aurelio Tobias, autor e investigador científico del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA - CSIC).
*Ana M Vicedo-Cabrera, autora y jefa del grupo de investigación sobre cambio climático y salud en la Université de Berne.
*Dominic Royé, autor e investigador de Geografía Física de la Universidade de Santiago de Compostela.