La posibilidad de que la lava del volcán de Cumbre Vieja de La Palma alcanzara la zona costera del municipio de Tazacorte provocaba en las últimas horas del domingo el confinamiento de varios núcleos poblacionales de la zona. La nueva colada de lava surgida el lunes, más fluida que las anteriores, ha avanzado con una mayor velocidad y el martes por la noche consiguió rodear la montaña de Todoque, cortar la carretera de la Costa y llegar definitivamente al mar. Un recorrido que ha durado alrededor de 10 días desde que se inició la erupción.
"El volcán tiene que seguir empujando desde arriba, la colada es solo la avanzadilla de lo que presiona por detrás. Ahora pesa mucho más, por lo que tiene que hacer más fuerza porque es una masa más grande", explicaba Luis Jordá, ingeniero de minas y autor del libro Montañas de fuego: rutas y paseos por los volcanes de Europa, a EL ESPAÑOL.
"Todas las erupciones históricas de la isla de La Palma han llegado al mar, así que lo normal es que lo haga", confirmaba Eumenio Ancochea, profesor de Petrología en la Universidad Complutense y uno de los científicos que mide sobre el terreno la acción del volcán. Lo que ocurría entonces provocaría "explosiones de pequeña entidad" que justifican una evacuación a 30 kilómetros a la redonda, pero que no implican riesgo más allá.
"Es lógico pensar que, si la lava viene, va a arrasar el sustrato rico del suelo marino", explicaba por su parte el oceanógrafo Eugenio Fraile. La experiencia de la erupción en 2011 del volcán submarino de El Hierro, no obstante, indica que habrá 'efecto rebote': una vez que los compuestos tóxicos hayan acabado con el oxígeno, "esa inyección de nutrientes puede ser positiva para que el ecosistema marino se recupere a velocidades mayores que las normales".
Cuando la lava cae al mar
¿Pero qué tipo de fenónenos se dan cuando la lava llega a la superficie marina? El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) aclara que el choque térmico entre la lava y el mar produce un peligro local, bien delimitado, para las personas que visitan o se encuentran en la zona costera dónde se produce ese encuentro.
Según el Instituto Volcanológico, en el encuentro de la lava con el mar se produce un choque térmico que genera columnas (penachos) de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico (HCl) como consecuencia del importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar.
Estas columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, también contienen a su vez diminutas partículas de vidrio volcánico como consecuencia de la reacción que se produce entre la lava, que está a más de 1.000 grados, y el agua del mar, a unos 20 grados.
Aclara que no se trata de una columna o penacho volcánico tan energético como el que tiene lugar en el cono volcánico donde se está produciendo un jet de gases volcánicos ácidos que se inyectan a la atmósfera con tanta energía que llegan a alcanzar los 5 kilómetros de altura.
El régimen de vientos en la zona dónde se producen estos penachos volcánicos costeros contribuye a la dispersión de estas columnas, pero el peligro que representan es muy local, en el entorno del área donde se produce el encuentro de la lava con el mar.
La inhalación o el contacto de gases y líquidos ácidos pueden irritar la piel, los ojos y el tracto respiratorio, y puede provocar dificultades respiratorias, especialmente en personas con enfermedades respiratorias preexistentes, advierte Involcan.
Tensa espera
Según la información actualizada del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), la extensión de la superficie afectada por el avance de lava sigue aumentando y se desplaza en dos coladas: ladel Sur, que mantiene una velocidad baja; y la del Norte, más activa, que ha sido la primera en tocar la superficie marina.
Ante esta evolución y con carácter preventivo, se encuentran desde el pasado domingo confinadas las áreas de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa. Por el momento, según esta fuente, la erupción del volcán no está influyendo negativamente en la calidad del aire.
En las zonas afectadas por una intensa caída de cenizas, se recomienda permanecer en espacios interiores, medida que se une a la recomendación de mantener un radio de exclusión de 2,5 km en torno a los centros de emisión para minimizar el riesgo de impacto de piroclastos y exposición a los gases. El aeropuerto de la isla se encuentra operativo, aunque ninguna compañía operó vuelos durante el día de ayer
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