Desde que la humanidad empezó a domesticarlos hace miles de años buscando su ayuda y su compañía, los perros se han ganado un hueco en los hogares como uno más de la familia. Según los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía, el número de canes en España supera de largo al de menores de 15 años: 9,3 millones frente a los 6,6 millones de niños. El cuidado que les dispensamos les ha alargado la vida, y eso ha hecho que el cáncer pase a ser la principal causa de su muerte.
La mejora en el trato, en su alimentación, su higiene, sus hábitos diarios y el cuidado veterinario han prolongado desde hace años la vida de los perros. Y al igual que en el ser humano, la vejez incrementa el riesgo de cáncer. Un nuevo análisis ha determinado ahora las edades medias de diagnóstico en canes con distintas características. Así, por ejemplo, los más grandes de más de 50 o 60 kilos pueden tener un diagnóstico de cáncer de huesos a los 5 años, mientras que los de menos de 5 kilos pueden padecerlo a los 11 años.
También influye la raza: en este caso, a mayor mezcla, mayor longevidad. El análisis ha determinado que a los perros con pedigrí se les puede diagnosticar el cáncer a los 8,2 años y a los mestizos a los 9,2 años. Estos datos se han publicado en el estudio que recoge la revista Plos ONE el pasado 1 de febrero, y que demuestra que las pautas de detección varían según la raza y el peso.
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A más peso, más riesgo
Jill Rafalko, de la empresa estadounidense de biotecnología PetDx ubicada en La Jolla, California, ha capitaneado el equipo de investigación. La compañía está especializada es biopsias líquidas que se realizan con un simple análisis de sangre para detectar el ADN del tumor mucho antes de que surjan otros signos de cáncer. El problema es que los síntomas son inespecíficos y se pueden confundir con otras dolencias: los tumores se pueden manifestar como bultos o heridas abiertas, pero en otros casos será el comportamiento -falta de apetito, debilidad, lloriqueos, pérdida de pelo- lo que indique la presencia de la enfermedad. Y para entonces, puede estar avanzada.
Rafalko y su equipo han intentado determinar la mediana de edad en el momento del diagnóstico de cáncer de perros con distintas características. Mastines, san bernardos, grandes daneses y bulldogs, todas ellas razas de gran corpulencia, daban diagnósticos positivos a los 6 años aproximadamente. En paralelo, los perros lobo irlandeses, el vizsla húngaro y perros de montaña berneses -razas intermedias- tenían una media de edad de diagnóstico de 6,1 a 7 años. Finalmente, el Bichón frisé mostró la edad más tardía, los 11,5 años, corroborando que las razas pequeñas tienen menor riesgo.
Los investigadores también han comprobado que el sexo influye en la edad de diagnóstico. Las hembras fueron diagnosticadas a edades más avanzadas que los machos y, en todos los casos, los perros que fueron castrados retrasaron la edad de diagnóstico prevista para su raza. En base a estos datos, el equipo de Rafalko ha desarrollado un modelo para predecir la mediana de edad de riesgo en función del peso, que podría aplicarse también a las razas con menor representación en el estudio y a los perros mestizos.
Análisis desde los 7 años
Estos hallazgos, en combinación con la evidencia existente en estudios anteriores, han hecho que los investigadores aboguen por proponer una detección del cáncer mejorada a través de análisis de sangre que comience dos años antes de que un perro alcance la edad de diagnóstico promedio de su raza o peso. Así, sostienen, los canes "tienen una nueva opción para la detección del cáncer a través de la biopsia líquida que aprovecha la tecnología de secuenciación de última generación para detectar múltiples tipos mediante una extracción de sangre".
Valoran además, sin embargo, que la "edad para comenzar a realizar las pruebas de detección de cáncer en perros puede variar según su raza o peso". Con todo, insisten en que su estudio, que "involucró a más de 3.000 perros a los que se les diagnosticó cáncer", ha certificado que "todos los perros deberían haber comenzado con las pruebas de detección a una edad de 7 años, aunque algunas razas pueden beneficiarse de un diagnóstico precoz haciéndose pruebas a partir de los 4 años".