Francisco Franco visitó la provincia de Huelva el 18 de abril de 1953 para comprobar de primera mano en qué estado se encontraba la plantación de 10 millones de eucaliptos que se extenderían por 31 hectáreas del Parque Nacional de Doñana, con el objetivo de convertir unos terrenos arenosos y de marismas en una zona de alto valor forestal.
Esta especie exótica llegó a Europa en el siglo XIX por sus propiedades medicinales. Las autoridades franquistas pensaron entonces que el eucalipto debía emplearse en la desecación de zonas pantanosas para evitar el paludismo, una enfermedad endémica en nuestro país hasta la segunda mitad del siglo XX. Aunque también iba a reportar un gran beneficio para las arcas del Estado. Según los diarios del régimen, "rentaría un mínimo de 30 millones de pesetas" anuales por la venta de madera.
Un año antes de la expedición de Franco a Doñana, el naturalista José Antonio Valverde y el profesor y ornitólogo Francisco Bernis acudieron a este enclave natural para anillar pájaros. La invitación procedía de Mauricio González-Gordón, quien pertenecía a una de las familias propietarias del Coto. Ésta se negaba a los planes que tenía el dictador de repoblar el corazón de Doñana con eucaliptos.
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Bernis redactó un informe técnico que envió —en nombre de la familia González-Gordón— a Franco, explicándole la importancia de Doñana y la necesidad de salvarla del avance del eucalipto, una especie que se reproduce por sus propios medios. "Nos atrevemos a rogar que proteja el Coto de su inminente industrialización", rezaba la misiva, que no tuvo respuesta de vuelta.
Dos cartas, un autor
En su siguiente intento, Bernis y Valverde acudieron a ornitólogos y científicos internacionales con el fin de dar a conocer la riqueza natural de este paraje. Una de aquellas visitas, que vinieron a llamarse Doñana Expedition (Expedición Doñana, en español), quedó documentada en la película Wild Spain (España salvaje) y el libro Portrait of wilderness (Retrato de una tierra salvaje). Ambas obras sirvieron para mostrar Doñana al mundo, como apunta el naturalista César Palacios en su blog La crónica verde.
Varios miembros de la Doñana Expedition decidieron crear en 1961 la World Wildlife Fund (WWF), una de las mayores organizaciones no gubernamentales dedicada a la defensa de la naturaleza y el medio ambiente en la actualidad. Entre sus primeros objetivos se encontraba recaudar fondos para comprar las tierras de Doñana.
Una vez hecha la recaudación, el príncipe Bernardo de Países Bajos quiso escribir a Franco como presidente de WWF. Sin embargo, le encomendó esta tarea al naturalista José Antonio Valverde. La carta, eso sí, estaba firmada por el aristócrata. En ella se le ofrecía al dictador el dinero recaudado para la adquisición de esas tierras.
Ante una situación económica que hacía aguas, a Franco no le quedó otra más que aceptar la propuesta. Para ello, pidió al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que le trasladaran al príncipe Bernardo su postura. Aunque firmada en su nombre, la carta fue redactada por el naturalista José Antonio Valverde. Así es, estaba respondiéndose a sí mismo.
Por increíble que parezca, lo cierto es que el objetivo principal se alcanzó: Doñana quedó fuera de los planes de reforestación del régimen franquista. "Ahora, el eucalipto se ha erradicado prácticamente de este Parque Nacional", asegura el responsable de conservación de especies de SEO/BirdLife, Nicolás López, en declaraciones a EL ESPAÑOL.
La especie se cuadruplica
La situación actual del eucalipto en Doñana contrasta con la del resto de España. Desde SEO/BirdLife estiman que el cultivo de eucalipto ocupa más de 1,5 millones de hectáreas en la Península Ibérica. "Esta cifra podría ser mayor, pues existe superficie de esta especie abandonada", añade López.
Si bien es cierto que conocer la realidad actual resulta imposible; al menos, con cifras oficiales. Y es que el último Inventario Forestal Nacional, que realiza el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para dar información a nivel nacional sobre los bosques y su evolución, data de 2010. Esto dificulta la planificación de las políticas públicas y de la lucha contra los incendios.
El experto destaca el caso de Galicia, donde la superficie de eucaliptos ha evolucionado de forma exponencial: se ha pasado de 131.000 en 1973 a 409.000 hectáreas en la actualidad, según los primeros resultados del Inventario Forestal Continuo de Galicia, que se han dado a conocer en junio de este año. En la región gallega, se trata de la tercera especie con más presencia, tan sólo por detrás de plantaciones de frondosas y de coníferas.
En cambio, hay zonas en las que la superficie del eucalipto ha ido disminuyendo, como es el caso de Andalucía o Extremadura. López no puede evitar dejar pasar el ejemplo de Asturias, pues lleva más de 12 años como delegado de SEO/BirdLife en esta comunidad, donde se observa una clara expansión de la especie: en 1989 la superficie se estimaba en 34.000 hectáreas; en 2018 ya se superaron las 60.000.
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Con esta cifra prácticamente se cumple el objetivo que se marcó el Plan Forestal de Asturias de 2001: en 2060 se preveía alcanzar una superficie de 61.838 hectáreas de eucaliptos. Aunque, como señalan desde la ONG, "no ha hecho falta esperar tanto".
La industria papelera presiona
López lamenta sobre todo que en la redacción del nuevo Plan Forestal de Asturias para el período 2022-2036 haya participado la industria papelera; en concreto, el fabricante de celulosa Ence. Esta intervención ha provocado, a juicio de varias organizaciones ecologistas, que el nuevo proyecto fomente nuevas plantaciones de eucalipto, con el riesgo de que al aumentar el alcance altitudinal, las especies autóctonas se vean desplazadas por esta especie altamente invasora.
Que el eucalipto se haya extendido tanto en algunas partes de España no sólo es porque puede llegar a crecer más de cuatro metros por año. "Es una especie con un elevado interés económico", sentencia López. Según los datos de la Asociación Forestal de Galicia, de los 348 millones de euros que facturaron en 2022, el 55% corresponden al eucalipto.
Se desconoce qué porcentaje de la facturación pertenece a Navigator (la antigua Portucel). Pero lo que está claro es que la mayor papelera lusa extiende su huella por España: en Galicia roza las 1.000 hectáreas dedicadas al eucalipto. Una expansión que tiene marcada como fecha de inicio el 17 de agosto de 2017.
Aquel día el Gobierno de António Costa prohibió nuevas plantaciones de eucalipto hasta 2030, con el objetivo de que la superficie total ocupada por esta especie no superase las 812.000 hectáreas en el país vecino. La medida se aprobó después de que el incendio forestal declarado en el municipio de Pedrógao Grande acabara con la vida de al menos 66 personas. El ejecutivo de Costa señaló entonces al eucalipto como el responsable de aquellas muertes.
"Esta especie hace que los incendios sean mucho peores de lo que ya son", apunta López. En España no se ha vivido una tragedia como la de Portugal en 2017, pese a que existen "muchas casas en el norte rodeadas de eucaliptos". Además, las cifras de cómo impactan los eucaliptos en los incendios forestales no son favorables. Por un lado, el fuego avanza más rápidamente, 12 metros por minuto; y por otro, en un 35-40% de los fuegos en eucaliptales hay riesgo de que las chispas generen fuegos secundarios, según el estudio de la Sociedad Gallega de Historia Natural, publicado en 2018.
Dos dictámenes no vinculantes
Este estudio no es el único documento que respalda la amenaza que suponen los eucaliptos tanto para los bosques autóctonos como para el resto de ecosistemas propios de la Península. En 2012 el Comité Científico del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente emitió un dictamen en el que concluyó que, con los datos científicos disponibles, el eucalipto se debería incluir en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
Cinco años más tarde, el Comité Científico del MITECO también dictaminó por unanimidad que el eucalipto es una planta invasora. Sin embargo, ambos dictámenes no son más que papel mojado. "El problema es que no tienen carácter vinculante", lamenta el responsable de conservación de especies de SEO/BirdLife.
Cristina B. se sorprendió al comprobar que el eucalipto no estaba clasificado como exótica invasora. Por tanto, escribió al buzón del MITECO. Su respuesta le sorprendió aún más. "Somos plenamente conscientes de la situación del eucalipto en España", comenzaba el escrito, "de hecho, desde esta unidad ya se tramitó en el pasado una propuesta recibida en el ministerio para su posible inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras".
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Sin embargo, reconocen que la propuesta no fue aprobada por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, el órgano integrado por los directores generales de las comunidades autónomas y de la cartera ministerial. "En el caso del eucalipto, no existió dicho acuerdo dado que se trata de especies ampliamente empleadas para la producción de madera y derivados, como el papel", le confesaron desde el MITECO a Cristina.
Para revertir el panorama, López propone un plan de gestión de los cultivos forestales que incluyera la eliminación de los eucaliptos de aquellas zonas donde no ha sido planteado, así como eliminarlos de los espacios protegidos a fin de sustituirlos por especies autóctonas. "La comunidad científica está de acuerdo. Otra cosa es que no hay que ser hipócrita: todos utilizamos papel".