Durante las últimas décadas, la evidencia científica no ha dejado de aumentar en cuando a rendimiento académico se refiere. Si hace no tantos años era común tener uno o varios hermanos, actualmente la población de hijos únicos se ha convertido en el estándar en los países desarrollados, y eso a su vez ha propiciado y facilitado la realización de grandes estudios al respecto.
Gran parte de dicha investigación se ha llevado a cabo en gigantes como China, donde la política de "un solo hijo" durante más de tres décadas ha facilitado el análisis de dicho rendimiento académico. Y, como comenta la misma Dra. Susan Newman, Ph.D., psicóloga social y autora del libro The Book of No: 365 Ways to Say it and Met It -And Stop People-Pleasing Foerever, ser hijo único tendría sus ventajas.
Uno de los estudios más recientes al respecto analizó el rendimiento de más de 90.000 estudiantes de cuarto grado en China, donde casi un tercio de los mismos eran hijos únicos. Se analizó si dicho estado de hijo único afectaba a su rendimiento escolar, su condición física, sus sentimientos y sus expectativas a futuro.
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Según este estudio, los hijos únicos tendrían un mejor rendimiento académico y sentimientos más positivos respecto a su asistencia a clase, con algunas diferencias entre niños y niñas, y en escuelas urbanas o rurales.
En otro estudio centrado en participantes de séptimo y octavo grado, los investigadores analizaron si el orden de nacimiento tendría efectos en el rendimiento académico. De nuevo, los hijos únicos tenían un rendimiento significativamente mejor que aquellos que tenían hermanos, incluso tras tener en cuenta factores como el nivel económico, tiempo de crianza, cercanía en la relación con los padres y sus rasgos de personalidad.
Incluso en otros estudios con adolescentes, aquellos que eran hijos únicos mantenían su ventaja académica respecto a los que tenían hermanos. En este caso los autores sugirieron que "el tamaño de la familia tiene un efecto medible en los resultados académicos. El nivel general de madurez mental familiar, los recursos y la mayor capacidad de respuesta y el cuidado de los padres puede haber ayudado a los hijos únicos en su educación. Los beneficios de los recursos familiares en el rendimiento académico también beneficia a los primogénitos, y puede extenderse al resto de hermanos, pero disminuyendo".
En otras palabras, un hijo intermedio o el más pequeño de una familia mediana o grande tendrá tendencia a un rendimiento menor, según este estudio.
Pero, además, estos resultados de diferentes estudios de China también se han replicado en otros países. Un ejemplo fue un estudio realizado en Inglaterra, donde los primogénitos (tanto niños como niñas) demostraron mejor rendimiento académico: los primogénitos tienen un 16% más de probabilidades de asistir a una educación superior respecto a sus hermanos menores, y un 7% más de probabilidades de completar dicha educación superior.
Según los investigadores, cuanta más descendencia (más hermanos), más competencia existirá por el tiempo, la atención y los recursos económicos de los padres. A medida que se tienen más hijos, cada nuevo hermano recibirá "un trozo más pequeño del pastel".
Por qué ser hijo único "mejora" el rendimiento escolar
Teniendo en cuenta los resultados de todas estas investigaciones, la Dra Newman sugiere que, con gran probabilidad, el factor más importante para que un hijo único tenga mejor rendimiento escolar son los recursos familiares más focalizados.
El sociólogo Douglas Downey habló de este tema como la "teoría de la dilución": analizó las respuestas de 24.599 estudiantes de octavo grado en un Estudio Longitudinal Nacional de Educación de los Estados Unidos. Según sus resultados, Downey postula que, a medida que crece el tamaño familiar, los padres tienen menos tiempo, menos dinero y en general menos recursos para invertir en cada hijo. Como él mismo señala, "los recursos paternales explican la mayor parte o incluso la totalidad de la relación inversa entre el número de hermanos y los resultados académicos".
En otro estudio, realizado de nuevo en China, Lao y Dong le dieron un giro algo diferente a esta teoría de la dilución. En este caso, aunque también se argumenta que un hijo único tiene a "ser mejor" que los niños con hermanos en cuanto a rendimiento escolar se refiere, también habría que tener en cuenta no solo los recursos materiales, sino también no materiales, incluyendo la cercanía en la relación padres-hijos. Un mayor grado de "apertura y extroversión" ayudaría a mejorar los resultados de los hijos únicos.
Esta "apertura" en la relación padres-hijos también se ha estudiado, y se trataría de un recurso inmaterial que se vincula positivamente con el rendimiento cognitivo. Obviamente es un recurso que se puede compartir en los hogares con más de un hijo, pero el enfoque o la actitud de los padres hacia la educación también será importante en este caso. Así mismo, las diferencias de edad entre los hermanos pueden ser beneficiosas, dado que esto puede liberar recursos financieros y de otra índole para beneficiar a los hermanos menores.
Como también señala Newman, ser hijo único no garantiza tener un extraordinario nivel académico, pero sí parece dar ventajas respecto a los estudiantes con hermanos. Por otro lado, también existe cierto riesgo de que los padres ejerzan demasiada presión en los casos de hijos únicos como contrapartida.
Finalmente, respecto a las familias numerosas, los investigadores sugieren que el primogénito suele tener una clara ventaja, pero "la cantidad de hermanos no influiría en las aspiraciones académicas". Así mismo, tanto si se tiene uno como varios hijos, diversas investigaciones sugieren que el hecho de que los padres lean para sus hijos, o con ellos, desde edades tempranas, se vincularía con mejoras en el desarrollo general, la cognición, la salud mental y la estructura cerebral, todos factores conocidos y sobradamente asociados al rendimiento académico.