El invierno prosigue su curso aunque la primavera parezca haberse presentado con mes y medio de antelación. Al fenómeno bautizado como "monstruo meteorológico", una masiva dorsal de altas presiones que ha provocado en toda Europa un tiempo anticiclónico marcado por las temperaturas anómalamente altas, ha seguido la entrada de un frente atlántico que ha provocado un golpe de frío y algunas lluvias en el norte y el oeste de la Península.
Pero esa no será la constante de la semana: nos espera otra incluso más cálida que la precedente. Las borrascas invernales se están formando como corresponde a la estación en el Atlántico Norte, pero ni siquiera estas gigantes son inmunes a las anomalías que estamos experimentando en esta segunda mitad del invierno de 2019.
Así, Julia se ha convertido en la décima borrasca de la temporada en recibir un nombre propio dada su especial severidad. Lo ha determinado el Servicio Meteorológico Nacional de Portugal (IPMA), que junto a los de España (Aemet) y Francia (Météo-France) controlan el sur de Europa.
Julia, como le sucedió a Gabriel a finales de enero, está sufriendo una ciclogénesis explosiva, una rápida caída de las presiones conocida también como "bomba meteorológica" y que trae aparejada chubascos, frío y viento.
Los efectos de Julia en España, sin embargo, no tendrán nada que ver con el gélido temporal de nieve que supuso Gabriel. En su punto de presión mínima, será equiparable a un huracán de categoría 3, pero se encuentra localizado lejos del continente. Sí afectará a las Azores con olas de hasta 15 metros y vientos de hasta 150 km/h, motivo por el cual los meteorólogos portugueses la han incluido en la lista de alertas.
En la Península, provocará vientos ya más debilitados con entrada por el noroeste pero de componente de sur. Pero las altas presiones del anticiclón se impondrán frente a las bajas de la borrasca, y el resultado será un corredor de aire cálido que terminará de sofocar a Europa.
"En zonas del continente, como Francia, sur de Inglaterra, Alemania o Benelux se podrían llegar hasta los 20 grados"- anticipa el meteorólogo Juan Taboada en La Voz de Galicia.
Serán las tierras gallegas, por tanto, las primeras barridas por uno de los brazos periféricos de Julia, pero los efectos se extenderán rápidamente por las vertientes atlántica y cantábrica, y en menor medida, por Canarias.
Únicamente el litoral mediterráneo y Baleares quedarán al margen de unas temperaturas que pueden registrar máximos históricos para un mes de febrero durante el fin de semana.
Hasta entonces, predominará el tiempo estable y los cielos despejados. Si algo nubla el horizonte será la calima: la penetración de polvo desértico en suspensión que también llega a nuestra atmósfera impulsado por los vientos del sur.