La primera ola de calor de 2022, inusual por su carácter temprano y su intensidad, termina por efecto de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) situada al oeste de la Península Ibérica, que desplaza el aire cálido. Esto ha provocado un descenso acusado y generalizado de temperaturas el pasado domingo, explicaba la Agencia Estatal de Meteorología, de hasta 12 grados menos que el día anterior. El verano que empieza el 21 de junio de 2022 en España a las 11:44 arrancará fresco, pero las previsiones apuntan a que el calor volverá con fuerza.
La DANA lleva asociada una borrasca fría situada al noroeste, lo que provocará durante el lunes y martes lluvias y chubascos en el tercio norte peninsular. Los cielos estarán poco nubosos en el resto, aunque habrá posibilidades de chaparrones tormentosos a partir del mediodía. Las temperaturas seguirán estando entre 5 y 10 grados por encima de lo normal en el Cantábrico oriental, área mediterránea y Baleares. En Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía Occidental estarán de 5 a 10 grados por debajo de lo habitual en junio.
El miércoles será un día de nubes y lluvias en Galicia, Cantábrico y noroeste de Castilla y León, lluvias que podrían extenderse más débilmente al oeste, Extremadura y Andalucía. Así, habrá chubascos tormentosos, localmente fuertes en Pirineos y quizás también, aunque más débiles, en Baleares, donde podrían estar acompañados de barro por la presencia de polvo en suspensión.
En el resto, las temperaturas serán más bajas aunque el miércoles se superarán los 32ºC en el Valle del Ebro, el interior de la Comunidad Valenciana y de la Región de Murcia, puntos de la provincia de Málaga y también en puntos de Mallorca. En general, las máximas estarán entre los 20 y 30ºC y serán más altas cuanto más al este y por debajo de los 20ºC en las comunidades cantábricas y en Galicia.
El jueves continuarán las nubes y las lluvias en el tercio norte, con tormentas en los Pirineos que podrían afectar de forma más débil a otras zonas de la mitad norte peninsular y zona centro. Podría volver a haber tormentas en Baleares, con chubascos acompañados de barro, y en la mitad sur predominarán los cielos poco nubosos con temperaturas en general algo más altas, salvo en el este y en Baleares, donde bajarán algo durante el fin de semana.
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Por su parte, Mario Picazo, meteorólogo de Eltiempo.es, destaca que "después de la asfixiante ola de calor, lo más importante de todo es el cambio de turno de masas de aire. El aire fresco que se ha colado y el aire cálido que se retira algo. Por lo tanto, empiezan a entrar más en el guion de lo que es la recta final de la primavera", explica en su previsión semanal.
"A pocas horas de que arranque del verano, las temperaturas serán frescas por el norte. Habrá, todavía, algunos valores elevados en el Valle del Ebro y más frescas hacia el sur. Incluso algunas máximas en el valle de Guadalquivir el lunes que se quedarán por debajo de los 30ºC. El martes serán similares, por debajo de los 30ºC ya en Madrid. Rondarán los 20ºC en el Cantábrico", explica.
Un verano tórrido y seco
En todo el país podría darse un verano con temperaturas por encima de la media, según indican las tendencias. En concreto, el calor será más anómalo en el interior del país, donde es probable que la anomalía supere por 1ºC o más el valor de la climatología. En algunas zonas podrá resultar "muy cálido" o "extremadamente cálido", o incluso "abrasador" según adelanta eltiempo.es.
En el interior noroeste, el verano podría resultar más extremo y batir récords: en esta zona, que abarca gran parte de Castilla y León, sureste de Galicia y norte de Extremadura, este verano podría tener de media 2ºC por encima de lo normal. Tan solo en Canarias el calor podrá ser algo más comedido, donde es probable que el verano solo sea ligeramente más cálido de lo normal.
En cuanto a las precipitaciones, la señal no es clara ni concluyente. En Canarias y el sudeste peninsular podría resultar un verano bastante normal en cuanto a precipitaciones. En el resto del territorio podría ser normal o ligeramente más seco, pero no hay una tendencia muy marcada en comparación con la media climatológica.