Parecía que el calor iba a dar tregua, pero no. Tras el descenso de temperaturas que se ha vivido entre el jueves y el viernes y que se ha prolongado durante el fin de semana en gran parte del país, este lunes 7 de agosto se inaugura una nueva ola de calor en España. Desde Meteored se avisa que podría ser "la más extrema de este verano".
El ascenso de temperaturas viene propiciado por la fuerte insolación propia de esta época del año y la estabilidad atmosférica, a lo que hay que añadir que durante estos días se está produciendo desde el sur de la península la entrada de una masa de aire cálido y seco de origen africano.
Las zonas menos afectadas por este episodio de calor serán los litorales del Cantábrico y del Mediterráneo. De hecho, es espera que a lo largo de este lunes se produzca un descenso de temperaturas en este último lugar. Mientras, las áreas del cuadrante suroeste peninsular se verán muy afectadas, alcanzando valores entre los 40 y los 42ºC.
También es destacable el papel que tendrá la mitad norte en esta ola de calor, ya que hasta el momento ha vivido un verano relativamente fresco. Según advierte la Agencia Española de Meteorología (Aemet), durante el martes se espera que alcancen entre los 36ºC y los 40ºC en Galicia y el interior del Cantábrico.
Calor hasta el viernes
El organismo estatal estima que la ola de calor perdurará hasta el viernes, aunque de jueves a sábado es probable que se inicie una bajada de temperaturas en el norte peninsular. Para el resto del país, se cree que el calor seguirá siendo relativamente alto.
Como aclaran desde Meteored, en la primera quincena de agosto "es normal que haga aún mucho calor", pero lo extraordinario es que se esperan temperaturas de cinco a diez grados más altas respecto a la media en muchas regiones. Así pues, si no cambian las predicciones —las olas de calor sólo se certifican una vez terminado el fenómeno—, España sumará un nuevo episodio de calor que intensifica la necesidad de paliar los terribles efectos de estos fenómenos, provocados en mayor parte por los efectos del cambio climático.
Así lo demostró un estudio elaborado a finales de este julio por la World Weather Attribution (WWA) y que concluyó que las de calor registradas este mes de julio en Europa y Norteamérica habrían sido "casi imposibles" sin el cambio climático. "En particular, para el sur de Europa los resultados indican que no cabe duda de que la ola de calor habría sido prácticamente imposible sin la contribución humana y, si hubiese ocurrido, habría sido casi más de dos grados menos intensa", declaraba para SMC España Francisco J. Doblas-Reyes, profesor en ICREA y director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center.
José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, añadía al mismo medio que, por otro lado, también está empezando a cobrar fuerza entre la comunidad científica la hipótesis de que la extraordinaria cantidad de vapor de agua que la violenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga —ocurrida en el océano Pacífico el 14 de enero de 2022— lanzó hasta la estratosfera podría explicar, al menos en parte, las grandes anomalías cálidas que estamos teniendo lo que llevamos de año. "Además, se espera que a medida que gane en intensidad el evento de El Niño que comenzó a finales de la primavera, también contribuya al aumento de la temperatura global", advertía.
Sumando días
Con la suma de estos factores es fácil explicar cómo se han incrementado los días totales al año de calor extremo en España. Según la serie histórica que recopila la Aemet, durante los años setenta se registraba una única ola de calor en verano, la cual podía tener entre tres y cuatro días de duración. Recién entrados en los años 2000, la cosa comenzó a cambiar. Sólo hay que recordar el verano de 2003, que registró dos olas de calor de una gran duración; aproximadamente 20 días. También fue el estío más mortífero de Europa, con 70.000 fallecidos.
A partir de 2015, las olas de calor comenzaron a ser más frecuentes y, atendiendo al verano pasado, nombrado oficialmente el más caluroso de la historia, los días de calor ascendieron a 41 repartidos en tres olas de calor. Según otra investigación reciente, esta vez de Nature, ese año terminó con 61.000 muertes en Europa, 11.000 de ellas en España. Pronto se podrán medir los efectos del verano de 2023.