La cuarta ola de calor del verano 2023 vive sus últimas horas en España por la llegada de un frente atlántico asociado a la borrasca Betty, bautizada por los servicios meteorológicos británicos, que trae un descenso notable de los valores en Galicia, alto Ebro y Cantábrico.
Esta "caída extraordinaria" de las temperaturas se acentuará durante el fin de semana con una situación que predispone a una auténtica "bomba de relojería" meteorológica: la combinación de vaguada polar y aguas cálidas que puede provocar fuertes tormentas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido al respecto un aviso por 'cambio drástico de tiempo'.
Pese a los efectos que tendrá sobre esas zonas la influencia de la borrasca, que ha sacudido previamente con fuertes lluvias a Irlanda y parte del Reino Unido, las temperaturas significativamente altas persistirán todavía en la mitad sur peninsular, nordeste y archipiélagos, según las predicciones de Aemet. Todavía se prevé alcanzar los 34-36 grados, e incluso los 38-40 en el Guadalquivir. Las mínimas no bajarán de 24-26 en el área mediterránea.
En el cantábrico oriental el descenso térmico previsto será muy acusado. Frente a temperaturas estos días por encima de los 40 grados especialmente el País Vasco, con valores incluso de 42 grados, las predicciones en Bilbao y San Sebastián son de valores de 25 y 24 grados, respectivamente. En Oviedo podría llegarse solo a 21 grados este viernes.
Una "bomba" para el fin de semana
El acusado descenso térmico en continuará el fin de semana, con probables chubascos y tormentas fuertes el sábado en Cataluña y el resto del Pirineo, sin descartarse en la Comunidad Valenciana y sur de la Ibérica. Las temperaturas máximas en ciudades vascas como Bilbao y San Sebastián serán todavía más bajas que el día previo, con niveles de 21 y 22 grados.
En Galicia también bajarán mucho los termómetros en los próximos días. El sábado las máximas serán de 22 grados en Lugo, y de 23 en La Coruña. En otras ciudades de la cornisa cantábrica como Santander no se sobrepasarán ese día los 21 grados, ni los 20 grados en Oviedo o los 24 en Burgos.
Sin embargo, pese a la situación en el norte del país, se podrán superar todavía ese día los 35 grados en los tercios sur y sureste peninsular, Mallorca y zonas de Canarias, incluso los 40 en el Guadalquivir. Las mínimas no bajarán el sábado de 25 grados en el área mediterránea y Guadalquivir, según Aemet.
"Las posibles tormentas y lluvias intensas se podrían generar por la presencia de una vaguada muy activa en niveles altos conducida por un chorro intenso que barrería a la Península y Baleares de noroeste a sureste. Al final del proceso se podría aislar una DANA sobre el Mediterráneo Occidental", advierte Francisco Martín León, meteorólogo de Meteored. "La inestabilidad aumentaría durante el fin de semana y se prolongaría hasta el lunes en la zona mediterránea".
"Estamos a finales de agosto y el mar Mediterráneo posee unas temperaturas más altas de lo normal en sus aguas superficiales. En esta condiciones puede ser una fuente energética para el desarrollo de las tormentas, además de ser una fuente importante de humedad que soportaría a las tormentas y precipitaciones con 'gasolina de primera'".
Esta es la circunstancia que Duncan Wingen, también meteorólogo de Meteored, define como una 'bomba de relojería' especialmente para el área de Baleares. "Los primeros episodios de tormentas intensas mediterráneo suelen coger desprevenidas a muchas personas. Atentos al cambio de tiempo que se viene encima y sus impactos aún en verano", alerta Martín León.