Tras un verano que, sin repetir el calor de récord de 2022 pero con máximas de temperatura extrema que han agravado la situación de sequía en España, con un déficit del 17% de media en las precipitaciones en todo el territorio, el otoño ha llegado de pronto al comenzar septiembre. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) declaraba desde el pasado miércoles 30 el aviso por la llegada de una vaguada atmosférica que acabaría formando una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) sobre nuestro país. El fenómeno, adelantaban, tendría un "notable impacto" en forma de tormentas, viento fuerte y lluvias torrenciales en la Península y Baleares.
El nivel de alerta ha ido incrementándose a lo largo del fin de semana, hasta la situación inédita que se ha vivido en la Comunidad de Madrid con el mensaje del sistema ES-Alert que advertía a los ciudadanos del riesgo de inundaciones por tormentas. Posteriormente Aemet ha levantado la alerta roja por lluvias torrenciales en la sierra y la zona metropolitana y Henares, manteniéndola en el sur, vegas y oeste de la Comunidad de Madrid. Ávila, Burgos, Segovia, Toledo, Álava y La Rioja permanecen en riesgo amarillo por lluvias y tormentas durante este lunes.
Villanueva de la Cañada, en la Comunidad de Madrid, ha registrado lluvias torrenciales este domingo, con 58,5 mm en 24 horas. Pero quedan por delante Cebreros (Ávila), Tomares, Zaudín (Sevilla), Carcaixent (Valencia) y San Rafael (Segovia), con más de 60 mm. El aeropuerto de Valencia y Toledo capital han registrado más de 70 mm, superados por La Pobla de Benifassà-Fredes en Castellón, con más de 80. Finalmente, la estación de Tortosa-Roquetes en Tarragona ha registrado más de 117 mm, y San José del Valle en Cádiz lidera la acumulación de precipitaciones con un verdadero diluvio: 172.2 mm en 24 horas.
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¿Por qué se consideraba este evento tan extremo? "Las DANAs con este tipo de efectos suelen ser comunes a finales de verano, incluso cuando afectan a tantas zonas", explica Mar Gómez, Doctora en Físicas y meteoróloga de eltiempo.es, a EL ESPAÑOL. "Aunque lo habitual en torrencialidad suele ser la región mediterránea por las anomalías del agua del mar, que suelen ser superiores". Se trata de la conocida como 'gota fría', fruto de la interacción entre las masas de aire frío en la atmósfera y el agua marina todavía cálida en el Mediterráneo.
Mares cálidos y bajas presiones
Sin embargo, los modelos daban hasta un 80% de probabilidades de lluvias torrenciales en el centro peninsular, un factor de excepcionalidad para esta época. Para entenderlo, hay que visualizar la capa atmosférica como una constante ondulación: las 'colinas' o altas presiones serían los anticiclones y los 'valles', vaguadas o bajas presiones, las borrascas. "Cuando una borrasca (o depresión) se forma en niveles altos y se encuentra aislada del resto de la circulación atmosférica se dice que se ha formado una DANA", explica Gómez en su blog.
¿Por qué se tiende a producir la gota fría en Levante y el sureste peninsular? La DANA aísla aire frío en capas altas, pero habitualmente el agua sigue caliente en esta época del año. Ante la llegada de la Depresión Aislada, se activa así un "mecanismo disparador de las tormentas y lluvias torrenciales", en palabras de la experta. Sin embargo, las temperaturas tanto del Mediterráneo como del Atlántico Norte han alcanzado récords inauditos este verano, con hasta 4 y 5 grados por encima de la media tras acumular calentamiento ya desde la tórrida primavera.
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"En este caso tenemos una temperatura del agua del mar por encima de lo normal que influye y mucho en la situación, generando un combustible adicional para dar lugar a precipitaciones intensas", explica Gómez. "Además, el viento de Levante, que es un viento húmedo, contribuirá a aportar más humedad". Las previsiones no son halagüeñas, porque nada indica que el calentamiento del mar vaya a detenerse. Al contrario: el fenómeno de 'El Niño', que eleva las temperaturas marinas globales de forma natural, ya ha arrancado este año.
Los modelos señalaban un hito más: un valor geopotencial "récord" que la DANA adquiriría a 500 hPa, unos 5.500 metros de altura. Esta es una de las variables que podría dotarle de carácter "histórico", según explicaba el meteorólogo Francisco Martín León de Meteored. "Los valores de geopotencial en 500 hPa para el 3 de septiembre de 2023 serán muy bajos", explicaba. "Inicialmente, valores bajos de geopotencial en 500 hPa están asociados a DANAs más intensas.
Los efectos de la DANA se prolongarán este lunes 4 de septiembre, con precipitaciones abundantes y tormentas que pueden llegar a ser fuertes en zonas del centro peninsular, Andalucía y extremo noroeste. Según avance la semana disminuirán en intensidad y extensión, y quedarán restringidas principalmente al noroeste peninsular. Finalmente, según la previsión de Aemet, podría darse "alguna precipitación en Baleares" de cara al próximo fin de semana.