España entra en un nuevo escenario tras dejar atrás el que ya es su episodio de anomalías de temperaturas cálidas más extremas del que tiene registro la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Ha durado del 28 de septiembre al 13 de octubre, con un exceso generalizado en la Península de cerca de seis grados de media para la época. Sumando los récords de máximas en Baleares y Canarias, la prolongación de las temperaturas propias del verano hasta bien entrado otoño augura que 2023 desbancará a 2022 como año más cálido de la historia.
No obstante, el panorama cambia ahora drásticamente, especialmente en lo que se refiere a precipitaciones. La predicción estacional de Aemet hablaba de un otoño probablemente más cálido pero también más húmedo, y esta es la tendencia que marcan los modelos para las próximas semanas. "Llegan cambios en el tiempo", anuncia Rubén Del Campo, portavoz de Aemet, caracterizados por "lluvias generalizadas y abundantes". Y aunque las temperaturas seguirán por encima de la media para la época, serán ya más atemperadas e incluso frescas.
El factor más importante, no obstante, será el carácter "beneficioso" en palabras de Del Campo de estas lluvias para aliviar la sequía hidrológica que sufre España. En una semana, adelanta, se podrían recoger 100 litros por metro cuadrado en Galicia, entorno del sistema Central occidental, suroeste de Andalucía y en puntos del Pirineo aragonés. De forma generalizada -en el centro, Extremadura sur de Castilla-La Mancha y Andalucía-, se espera que caigan entre 50 y 100 l/m2. La zona menos favorecida sería el extremo sureste, con apenas 10 o 15 litros.
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El motivo tiene que ver, al igual que las grandes olas de calor que han azotado a Europa Occidental y otros puntos del hemisferio norte este verano, con los grandes anticiclones formados en capas altas de la atmósfera. Su presencia impide el paso de las masas de aire frías y húmedas que se forman en latitudes altas, formando un 'bloqueo' de cielos despejados. En los meses con largas horas de sol -verano, pero cada vez con mayor frecuenta también primavera y otoño-, la radiación solar aprovecha esta estabilidad para aumentar las temperaturas por encima de los récords de máximas establecidos hasta la fecha.
El anticiclón responsable del episodio de calor anómalo de la primera mitad de octubre se ha desplazado ahora hacia el norte, provocando un "bloqueo escandinavo" según lo define Samuel Biener, climatólogo de Meteored. Las borrascas originadas en el Atlántico Norte van a verse obligadas a circular a latitudes más bajas, mientras que los países nórdicos tendrán sol y calor extraordinario. "Prácticamente se va a invertir la situación que hemos tenido en la recta final de septiembre y en la primera parte de octubre, cuando las borrascas han circulado por latitudes bastante altas".
Pero esto en sí no basta para explicar el "auténtico tren de borrascas" en palabras de Biener, el encadenamiento de una tras otra, que nos espera para las próximas semanas. Los meteorólogos hablan de un 'río atmosférico', entendido como una configuración de la atmósfera "de forma estrecha y muy alargada", originada en el Caribe y "que, en su largo recorrido sobre el Atlántico hacia la península Ibérica, se cargan de humedad dando lugar a lluvias abundantes en nuestro país", explica Aemet.
La primera borrasca del 'tren'
El fin del episodio cálido ha quedado rubricado por la entrada del primer frente el viernes, con un descenso de temperaturas que ahondará este domingo con la llegada de una nueva borrasca atlántica. Se esperan "lluvias abundantes en Galicia, Comunidades Cantábricas, Castilla y León y norte de Extremadura, además de chubascos tormentosos en la costa catalana y en Baleares, y precipitaciones débiles por la zona centro", adelanta el portavoz de Aemet.
Castilla y León experimentará una caída de entre 6 y 8 grados, mientras que las temperaturas descenderán hasta 5 grados en la costa mediterránea y en Baleares. A partir de mañana lunes se esperan "lluvias en casi cualquier punto de la península", con menor probabilidad en el sureste, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía Oriental y más copiosas en el oeste de Galicia, norte de Extremadura, oeste de Andalucía y Cataluña.
"Esta situación se mantendría de cara a la segunda mitad de la semana que viene, con el bloqueo escandinavo obligando a las borrascas a desviarse hacia latitudes más bajas. Llegaría un auténtico tren", advierte Biener. La inestabilidad se prolongaría la semana que viene, añade. "Las altas presiones seguirían instaladas en el entorno de Escandinavia-Islandia, aunque ya el tiempo sería más variable y con unas anomalías pluviómetricas no tan pronunciadas".
"Estas lluvias amortiguarán la sequía en las regiones más azotadas pero eso no quiere decir que acabará con ella", concluye el especialista. "Por ejemplo, en Andalucía o Cataluña los déficits de precipitación se llevan arrastrando desde hace varios años, por lo que sería necesario encadenar varios temporales muy importantes para revertir la situación".