"Superborrascas" que sufren un proceso de ciclogénesis explosiva, transformándose en "ciclones bomba" de dimensiones "colosales" y fuerza "monstruosa"... No se trata de adjetivos coloridos para llamar la atención del lector: los propios especialistas, empezando por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), no ahorran calificativos para advertirnos de la situación de extremo riesgo para esta semana. El gran temporal comenzará el jueves con la borrasca Ciarán que profundizará rápidamente sobre las Islas Británicas, y sus efectos se notarán en toda España, archipiélagos incluidos.
"Las lluvias afectarán a todo el territorio, salvo al litoral sureste, dejando también algunos chaparrones en Canarias. Cabe destacar que el viento soplará con fuerza en la península y Baleares, dejando rachas de más de 100 km/h en Galicia y costa cantábrica. Podrían sobrepasar los 150 km/h", analiza Samuel Biener, experto de Meteored, en su previsión. "La situación marítima estará muy revuelta, destacando las costas de Galicia y del Cantábrico, con olas que pasarán de los 10 metros".
Ciarán afectará con mayor intensidad a la fachada atlántica de Francia y a las Islas Británicas, precisa Rubén del Campo, portavoz de Aemet. En España, no obstante, se notarán sus efectos en Galicia, Asturias, oeste de Castilla y León y entorno del sistema Central. El jueves será "una jornada de tiempo más adverso" con lluvias generalizadas, y la cota de nieve, descendiendo a 900-1.000 metros en la mitad norte, será "la más baja en lo que llevamos de otoño".
"Estando a las puertas de noviembre, es normal que empiece a predominar el paso de borrascas por el Atlántico. Es lo que los meteorólogos llamamos la circulación zonal", explica Biener a EL ESPAÑOL. "Sin embargo, lo que estamos viendo en este comienzo de temporada son anomalías. Primero Aline y Bernard, pequeñas pero que pasaron por un proceso de transición subtropical. Y ahora, todo lo contrario: borrascas con un radio de acción muy amplio, prácticamente de Islandia hasta el estrecho de Gibraltar".
"Llama la atención el proceso de ciclogénesis explosiva que va a sufrir, bastante importante para las fechas en la que estamos. Es una situación más típica de diciembre, enero o principios de febrero", prosigue el especialista. "Y lo más extraño es que parece que se va a producir otra situación calcada en la misma semana, con la llegada de otra borrasca a partir del sábado. Esto es extremadamente raro". Aemet prevé que esta segunda borrasca profunda afecte a España con "lluvias bastante generalizadas", nieve en las montañas y rachas de nuevo muy fuertes de viento.
De nuevo, el calentamiento
La aparición de estas borrascas anómalas es un nuevo hito de un año que ha estado marcado por los extremos, desde el récord de temperaturas cálidas a los fenómenos de gran intensidad como la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) de septiembre. Hay un factor que subyace y conecta todos los puntos: el calentamiento insólito del agua marina que se ha registrado estos meses, y que ha trastornado por completo la circulación atmosférica en el hemisferio norte.
"Seguramente influye la importante anomalía de temperaturas cálidas que presenta el agua del Atlántico Norte". Están siendo disparatadas, superando por mucho los anteriores récords", valora Biener. El climatólogo recuerda que los fenómenos extremos se ven potenciados cuando las masas de aire frío y húmedo que llegan del norte encuentran una mayor disponibilidad de humedad calurosa. "Las borrascas disponen de más 'combustible' para provocar profundizaciones más enérgicas. También lleva a que algunas, como Bernard, presente rasgos subtropicales".
Hay varios factores implicados en el calentamiento del agua marina este año, cita Biener, de la erupción del volcán Tonga al 'efecto rebote' tras suprimir determinadas sustancias del combustible de los buques. "Pero el principal es el calentamiento global antropogénico", confirma. Por otro lado, el fenómeno de El Niño, el calentamiento natural que sufre el Pacífico ecuatorial en determinados años, atraviesa su primera fase. Sus efectos "se verán reforzados en los próximos meses", advierte el experto, y también alcanzarán nuestras latitudes.
"Veremos lo que pasa en los próximos meses", advierte Biener. "Aunque no está demostrado, porque la señal es débil en España, se suelen asociar los inviernos del Niño con la circulación de borrascas a latitudes algo más bajas por el Atlántico. Eso se traduciría en un tiempo templado y lluvioso, sobre todo en la vertiente Atlántica de España. Pero todo este año va tener que ser materia de estudio, porque estamos viendo cosas que no habíamos visto nunca", concluye.