¿Se puede hablar de ola de calor en pleno enero? Quizá es exagerado hacerlo pero el concepto refleja bien las temperaturas anómalas que se están dando a lo largo de esta semana, cuyo punto culminante fue el pasado miércoles día 24.
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología dan cuenta de que se ha superado el centenar de récords de temperatura a falta de cinco días para que termine el primer mes de 2024. En algunos lugares se están viendo temperaturas máximas propias de mayo y junio, como los 29 grados en Chelva (provincia de Valencia) y los 30 en Las Palmas de Gran Canaria.
Lo que más preocupa a los meteorólogos, sin embargo, son las temperaturas registradas fuera de los núcleos urbanos, que se ven afectados por el efecto isla de calor. "En Navacerrada se están alcanzando los 19 grados a casi 2.000 metros de altura", comenta Samuel Biener, meteorólogo de Meteored.
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"En Benasque (Huesca), a los pies del Aneto, se han superado los 20 grados. Son registros insólitos y tienen consecuencias importantes: si no hay nieve ahora, las zonas que se abastecen de agua por la nieve que se deshiela en verano van a vivir unos próximos meses bastante duros", advierte.
Son varios los fenómenos que explican este calor inusitado y todavía hacen falta estudios que puedan atribuir estas temperaturas al efecto del cambio climático, pero Biener no duda de que la tendencia al aumento de los episodios extremos —de frío o calor— en los últimos años tiene una clara influencia de este fenómeno global.
El pasado miércoles 24 se batieron 18 récords de temperaturas máximas. Algunos han tardado exactamente 80 años en superarse, como los 20,8 grados de Soria que superan los 20 registrados el 29 de enero de 1944. En Morón de la Frontera (Sevilla) y Molina de Aragón (Guadalajara) también se batieron récords de más de medio siglo.
La mayoría de los registros batidos son mucho más recientes en el tiempo, de los tres años anteriores y de 2016, año con la temperatura media más alta registrada.
También se han batido numerosos récords de temperaturas mínimas más altas. La web ElTiempo.es, basándose en datos de la Aemet, señala que ese mismo miércoles 24 de enero se observaron 17.
Aunque toda España está salpicada de puntos donde se han superado las temperaturas previas registradas, gran parte de la carga ocurre en la Meseta Ibérica, País Vasco, la costa atlántica andaluza y Canarias.
No se descartan nuevos récords
Marcelino Núñez, delegado en Extremadura de la Aemet, apunta que los datos son provisionales pero "la situación es muy general y hay numerosos récords que se han batido".
Además, "no podemos descartar nuevos récords pues, aunque la principal subida de temperaturas se dio con el cambio de masa de aire al principio del episodio, los valores y la situación van a ser muy estables en los próximos días", cuando alguna ligera variación que provoque vientos más calmados o cielos más despejados "podrían subir las temperaturas y superarse de nuevos estos récords".
Algunos son tan notables como los casi 4 grados de diferencia que registrado la estación de esquí de Valdezcaray, en La Rioja, que ha pasado de los 13,9 de máxima que vivió en 2013 a los 17,3 de este miércoles, o los 4,5 grados de más observados en el Puerto de San Isidro (que une León con Asturias), pasando de 15,6 en 2012 a 20,1 hace unos días.
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"Lo más preocupante es que se den en zonas de montaña", recalca Samuel Biener. "Son observatorios que no están modificados por el crecimiento urbano, estaciones de montaña que se han mantenido en entornos que no se han alterado".
El meteorólogo explicaba a este periódico que nos encontramos bajo la influencia de una dorsal subtropical muy potente, que viene acompañada de una masa de aire "extremadamente cálida".
El efecto está favorecido por el aumento de temperatura registrado desde la erupción del volcán Tonga, en 2022. "También tenemos que tener en cuenta que estamos en una fase de El Niño y, además, el cambio de legislación en el combustible de los barcos, que tuvo un efecto rebote y puede haberse traducido en un efecto importante de la temperatura de los océanos".
Con todo, aunque es difícil atribuir al cambio climático un episodio puntual de este tipo, "en los últimos años estamos viendo que estos episodios se están volviendo bastante más frecuentes y nos da una pista de cómo está cambiando el clima en este siglo, un proceso que está acelerándose especialmente en los últimos años", apunta Biener.
"Hemos empezado el año con temporales muy importantes de lluvia y sequías en otras zonas, de nevar en Zaragoza (donde hacía mucho que no nevaba) a batir récords de calor con temperaturas típicas de mayo o junio. Los fenómenos extremos se están volviendo cada vez más recurrentes y, si se cumplen las previsiones climáticas, esta va a ser nuestra nueva normalidad".
Aunque las temperaturas van a comenzar a bajar en el norte y el este de la península, los meteorólogos advierten de que seguiremos con este episodio de calor anómalo probablemente durante una semana y muchas zonas del país seguirán alcanzando —y superando— unos primaverales 20 grados en pleno invierno.