Cataluña no será la única con restricciones: las otras regiones al límite por la escasez de agua
Las medidas para frenar la sequía también afectan a unos cuatro millones de habitantes en Andalucía, cuyo paralelismo con la situación catalana es total.
3 febrero, 2024 02:11Por paradójico que parezca, las reservas de los embalses peninsulares han crecido en la última semana de enero, pese a que no ha habido grandes precipitaciones en este periodo. El motivo no es otro que el tiempo anómalo que hemos tenido en España, con máximas de 30 ºC. Las altas temperaturas han provocado que el deshielo de la nieve acumulada se adelante, dejando la reserva hídrica española al 50,8% de su capacidad.
Basta con echar un vistazo al mapa de la reserva hídrica —que actualiza semanalmente el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO)— para comprobar que la situación entre los embalses es bien distinta. Los de la demarcación Galicia-Costa y Cantábrico Oriental son los que almacenan un mayor porcentaje de agua, con 88,5% y 87,8%, respectivamente. Por el contrario, las que peor están son la cuenca del Guadalete-Barbate (14,6%) y las cuencas internas de Cataluña (15,8%).
"El paralelismo entre la sequía de Cataluña y Andalucía es total", afirma el catedrático de la Universidad de Córdoba y miembro del Comité de Expertos de la Sequía de la Junta de Andalucía, Julio Berbel. Sí que es cierto que en esta última se adoptaron medidas con una mayor antelación porque las escasas precipitaciones se llevan produciendo desde 2016; a diferencia de Cataluña, donde no llegaron hasta 2021.
Las restricciones para combatir la falta de agua en ambas comunidades afectan a un total de 10 millones de habitantes (seis, en Cataluña; y cuatro en Andalucía). "El sur de Castilla-La Mancha y el de Extremadura también están muy mal por el agua embalsada en la cuenca del Guadiana", asegura Berbel a EL ESPAÑOL. Esta cuenca hidrográfica se encuentra al 32,8% de su capacidad, 20 puntos por debajo de la media de la última década (52,9%).
Aun así, considera que por el momento en esta zona no hacen falta restricciones de agua, como las que ya afectan a 58 municipios en Andalucía. La comunidad andaluza está sufriendo restricciones de agua nocturnas en muchas de sus localidades debido a la escasez de agua embalsada. En el conjunto de la región, los embalses se encuentran al 20,46% de su capacidad. En provincias como Cádiz, de hecho, no se descarta que haya que garantizar el suministro de agua por medio de barcos cisterna.
Consumo de agua insostenible
"De verse afectado el consumo humano, el problema aparecería antes en los núcleos rurales, y no en las grandes ciudades". Quien habla en esta ocasión es Julia Martínez, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA). A su juicio, la escasez de lluvias también ha venido acompañada de un consumo de agua insostenible.
En este sentido, el Govern de la Generalitat ha contemplado hasta tres escenarios distintos en función de la gravedad de la sequía. En la fase I de la emergencia la dotación de agua se reduce a 200 litros por persona y día para todos los usos. En la segunda etapa, el umbral baja a 180 litros; y en la tercera, a 160. "200 litros ya son una cantidad enorme. Más de 100 por persona no debería ser aceptable siquiera", opina Martínez.
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A pesar de las restricciones, lo cierto es que no solemos alcanzar las citadas cifras. Según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) 'Estadística sobre el Suministro y Saneamiento del Agua', con datos de 2020, el consumo medio de agua de los hogares fue de 133 litros por habitante y día. Como valora Martínez, en España hemos hecho los deberes: "El uso de agua en el abastecimiento humano se ha reducido en los últimos 20 años, pese al aumento de la población".
Además de reducir el de consumo humano, los expertos consultados por este periódico consideran que también son necesarias las restricciones en la agricultura intensiva. De hecho, un reciente estudio español ha demostrado —tomando Almería como modelo— que este método de producción agrícola podría dar lugar al agotamiento de los recursos hídricos en las zonas áridas.
Cuál es la solución
La reserva hídrica peninsular ha tenido una tendencia decreciente en la última década. Enero de 2024 terminó con una reserva hídrica total de 28.476 hectómetros cúbicos. En las mismas fechas de 2014, la cifra era de 42.521; es decir, una caída del 33%. Para el año hidrológico 2023-2024 se han añadido dos nuevos embalses. Uno de ellos se localiza precisamente en la cuenca del Guadiana, donde más acusada es la sequía meteorológica.
Esta medida genera posiciones opuestas entre los especialistas. Por un lado, Julia Martínez entiende que sería un gasto innecesario de dinero: "Sería como regalarle un monedero a un pobre". Por otro, Julio Berbel es de los que cree que sin los embalses no hubiéramos aguantado: "Por la falta de embalses, el año pasado en Andalucía se fueron 100 hm3; al mar, que es probablemente lo que necesitaría el área de Barcelona para sobrevivir a la sequía".
Desde la administración también se ha exigido un Plan Hidrológico Nacional (PHN) "desde la solidaridad", que tenga en cuenta las necesidades de las cuencas deficitarias. El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha llegado a reconocer que si Cataluña pide un trasvase y lo necesita, adelante con él.
Sin embargo, la Directiva Marco del Agua (DMA) de la Unión Europea del año 2000 impide realizar este tipo de trasvases. "Una de las cosas que dice esta ley es que tú tienes que solucionar tus problemas hídricos dentro de tus posibilidades; es decir, con lo que genere la cuenca", explica Joaquim Farguell, profesor de Geografía de la Universidad de Barcelona.
En 2008, el entonces gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó un decreto ley que autorizaba llevar agua del Ebro hasta Barcelona, conectando la red de abastecimiento de Tarragona con la de la capital catalana. "No es cuestión de utilizar el 100% del trasvase, pero virtualmente enganchas el Ebro al área metropolitana de Barcelona", apunta Berbel.
Aquella infraestructura se detuvo por las copiosas precipitaciones que llegaron en mayo y que permitieron recuperar las reservas. A finales del pasado año, varios colegios profesionales y economistas recuperaron esta propuesta. Aunque el consejero de Acción Climática, David Mascort, ha negado recientemente que se vaya a retomar la iniciativa para atajar la sequía. No ha descartado la llegada de agua en barcos, pues —aunque todavía es pronto como para saberlo con exactitud— no existen señales claras de que la primavera lluviosa de 2008 vaya a producirse este año.