María José Rallo es presidenta de la Agencia Estatal de Meteorología desde noviembre del pasado año.

María José Rallo es presidenta de la Agencia Estatal de Meteorología desde noviembre del pasado año. Cristina Villarino

Meteorología

Rallo, presidenta de la AEMET: "Las olas de calor son cada vez más largas, frecuentes y extremas"

"Desde 1961, la temperatura media en España ha subido 1,9 ºC en verano" / "El cambio climático es una evidencia, no es un asunto político" / "La clase social influye en la manera en la que nos impacta el calor" / "Cuando llega una crisis económica todo el mundo quiere ser funcionario".

20 julio, 2024 02:52

Dice María José Rallo (Castellón de la Plana, 1971) que esperaba "más calor" mientras posa en la fachada de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), entidad que preside desde el 28 de noviembre del pasado año. Una inocentada debió pensar que era, pues esta ingeniera de caminos ha desarrollado toda su trayectoria en el Ministerio de Transportes.

Confiesa que en un principio le impactó porque "no sabía nada de meteorología". Pero en ella no buscaban una meteoróloga, sino una experta en gestión pública. Aun así, ya se ha 'mimetizado' con la materia. Prueba de ello es que cuando la fotógrafa le recuerda que ya le había retratado "en un observatorio", Rallo cree erróneamente que se refiere a uno meteorológico.

La presidenta de la AEMET atiende a EL ESPAÑOL en su primera entrevista con un periódico y a las puertas de que la primera gran ola de calor haga acto de presencia en España. Reconoce, como ya ha demostrado la comunidad científica, que este tipo de fenómenos meteorológicos son más frecuentes y más extremos como consecuencia del cambio climático, el cual entiende que no debe ser un asunto político.

Tilda de "anecdótico" que haya individuos como Jorge Rey que realizan 'predicciones' sin evidencia alguna. Prefiere defender 'el bando de la ciencia': "Lo que puedo decir es que AEMET trabaja con la máxima profesionalidad posible para hacer las predicciones más certeras". 

¿Cree que llegará un verano en el que las olas de calor no sean noticia porque sean tan frecuentes que ya ni nos llame la atención?

Está claro que los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos, más frecuentes y cada vez más extensos. Eso es un efecto del cambio climático. No lo digo yo, porque obviamente no tengo ese conocimiento, pero lo dice toda la comunidad científica.

Es cierto que desde mediados de los 70 del siglo XX las olas de calor han aumentado tres días cada 10 años. Pero espero que con las medidas de mitigación del cambio climático llegaremos a una asíntota y los 40 ºC no serán la situación normal del verano.

En algunos puntos de España se han alcanzado estos días los 42ºC. ¿Tiene sentido que con estas temperaturas haya trabajadores que no vean interrumpida su jornada laboral?

Eso forma parte de la normativa puramente laboral. Pero es verdad que el año pasado se aprobó un real decreto-ley que marcó que a partir de determinadas temperaturas, que coincidían con los avisos naranjas de AEMET, se establecían limitaciones a los trabajadores en exteriores.

Insisto en que es laboral, pero desde la AEMET estamos trabajando junto con el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo en un índice de estrés térmico para que se tenga en cuenta de una manera más amplia, con unos parámetros más detallados que marquen las condiciones en las que los trabajadores tienen o no que trabajar. Pero es evidente que con un calor extremo el riesgo de golpe de calor existe y debemos minimizar esas posibilidades.

Teniendo en cuenta, sobre todo, que en 2023 se registraron 2.155 fallecimientos relacionados con el calor excesivo (sólo superado por 2022 y 2003). 

Sí, pero también hay que tener en cuenta lo que nos trasladan los expertos, que las muertes por calor se producen más por una patología preexistente que por el golpe de calor. Estos últimos son menos, según el Instituto de Salud Carlos III.

Los expertos también mencionan que cuanto más envejecida sea la población, mayor es el impacto de la población. ¿Le preocupa esta asociación, siendo España uno de los países más envejecidos del mundo?

Es obvio que es un riesgo con la situación que tenemos. Pero como también lo es que la población está más o menos adaptada en función del lugar en el que resida. Por ello hay que establecer medidas de adaptación, tanto en los lugares públicos como en las propias viviendas.

Porque, al final, hay sitios en los que las temperaturas son muy altas y las casas no están preparadas. Esto forma parte de una política pública que excede al ámbito de AEMET, pero que creo que el Gobierno está muy centrado en favorecerla.

Rallo es ingeniera de caminos y licenciada en económicas.

Rallo es ingeniera de caminos y licenciada en económicas. Cristina Villarino

¿La clase social influye en cómo impacta el calor?

Es evidente. En las viviendas que tienen una menor capacidad para adaptarse (por ejemplo, aquellas en las que es más complicado el poder tener aire acondicionado) la situación de calor será más complicada.

¿Qué opinión le merece que haya personas en cargos públicos que niegan el cambio climático?

¿Qué voy a decir? El cambio climático es una evidencia demostrada a nivel internacional por la comunidad científica. No es un asunto político. Es verdad que existe esa tendencia... Bueno, no es una tendencia porque es una parte minoritaria, pero sí que es muy activa y muy agresiva en el negacionismo, en decir que esto ha existido toda la vida.

Dentro de lo que es el juego político, cada uno lleva su línea argumental e intenta captar seguidores. Pero si no se es muy objetivo con la situación que tenemos, tratando de poner las herramientas necesarias para maximizar el bienestar social, creo que nos damos un tiro en el pie como sociedad.

¿Cree que la primera ola de calor de este verano no haya llegado hasta pasada la mitad de julio podría ser utilizado como un argumento negacionista?

El análisis del clima va por series muy largas. No podemos asumir que cada año vaya a ser más cálido que el anterior. Hemos tenidos dos veranos muy cálidos. Pero esto no implica que 2024 será más cálido que 2023. Lo que implica es una tendencia que vemos claramente desde los años 80, y que va subiendo.

De hecho, desde el año 1961 la temperatura media en España ha subido 1,9 ºC en verano. Esos son datos objetivos y no significa que cada año haya sido más cálido que el anterior. Son tendencias que estamos viendo a largo plazo y que se van cumpliendo.

Detalle de las manos de Rallo durante su entrevista con EL ESPAÑOL en la sede de la AEMET.

Detalle de las manos de Rallo durante su entrevista con EL ESPAÑOL en la sede de la AEMET. Cristina Villarino

¿Espera que nos enfrentemos a un verano más cálido de lo normal?

Las predicciones estacionales nos dicen que este verano iba a ser más cálido que la media, pero es pronto todavía como para saberlo.

¿Qué opinión le merece que haya algunos medios de comunicación que publiquen predicciones sin evidencia científica, como es el caso de las cabañuelas de Jorge Rey?

Considero que casos como éste son casi anecdóticos. Otra cosa es que tengan seguimiento por la parte de atracción que pueda tener. Yo lo que puedo decir es que AEMET trabaja con la máxima profesionalidad. Estamos a la cresta de la ola en la utilización de todas estas herramientas para hacer las predicciones meteorológicas más certeras, en el estado que la ciencia lo permite. Para mí todo el resto de cuestiones no dejan de ser anécdotas que tienen un interés casi folclórico.

¿Los meteorólogos de la AEMET tienen buena fama en España?

Creo que sí. AEMET tiene prestigio y tiene prestigio a nivel mediático, en las comunidades autónomas, con Protección Civil. Creo que los datos de AEMET se consideran hoy en día con credibilidad, que desde luego es lo que se pretende.

¿Tenía sentido que las alertas de Sanidad se lanzaran por provincias, mientras que las de la AEMET fuera por regiones isoclimáticas?

El mapa que presenta Sanidad y el de la AEMET responden a metodologías distintas. Es verdad que existe una cierta complicación en comunicarlo, cuando al final lo que tú quieres es ver si tu zona está roja o verde.

¿Cómo actúa la AEMET cuando hay que lanzar un aviso por riesgo en la seguridad ciudadana?

He tenido la suerte de que no ha habido avisos rojos durante mis primeros seis meses. Sólo un día en Soria, pero por temperatura extrema fría. No he tenido la oportunidad de vivir una gran DANA, una gran nevada o algún fenómeno meteorológico extremo con impacto. Aunque hay que dejar claro que AEMET no es la que lanza las alertas, corresponde a Protección Civil.

El objetivo de Rallo para su presidencia es tener unos servicios meteorológicos robustos.

El objetivo de Rallo para su presidencia es "tener unos servicios meteorológicos robustos". Cristina Villarino

¿Es complicado tomar una decisión de este tipo, teniendo en cuenta que en meteorología nunca podrá llegar a existir la certidumbre total?

Sí, y por eso es importante que no sea decisión únicamente de una persona. Se trabaja mucho con probabilidades porque tiene que haber una probabilidad alta de que vaya a ocurrir. Se busca no alertar en demasía, pero tampoco quedarnos cortos.

Parece que es mejor que haya un poco de sobreexceso de aviso a no avisar a la población y que haya un desastre. Siempre es controvertido el decir dónde te sitúas en ese nivel de aviso, pero yo creo que aquí hay mucha experiencia y está todo procedimentado para que las cosas se hagan con rigor y no sea una frivolidad.

¿Cómo han sido los seis primeros meses en la presidencia de la AEMET? ¿Era como se esperaba?

La verdad es que no. Piensas "sí, se encargan de dar el tiempo", pero luego te sorprende todo el trabajo que se hace en la AEMET: el servicio que presta a la navegación aérea, la parte tecnológica asociada a los satélites o el sistema de vigilancia meteorológica. 

Es cierto que es una entidad muy conocida por la población. De hecho, la página web de la AEMET es la que más visitas tiene de toda la Administración General del Estado. Pero no se tiene ese conocimiento de toda la carga tecnológica y científica que hay detrás. O al menos yo no lo tenía. Y eso que vengo de un ministerio que sí que tiene relación con AEMET. 

Parece que la sensación es que AEMET únicamente se encarga de elaborar la predicción meteorológica.

Sí, es como que se limita a eso y somos muchísimo más. Es una organización muy grande, con 1.000 profesionales. Es verdad que anteriormente había más personas. Al igual que toda la administración, AEMET también está teniendo estas dificultades de personal.

En el caso de la AEMET, ¿la falta de personal se debe a que no se han ofrecido plazas o porque las nuevas generaciones ya no quieren dedicarse a la meteorología?

AEMET, como toda la administración pública, sufrió mucho la crisis que se generó en 2008 y que en España tuvo efecto desde 2010. La reducción del número de plazas de empleo público, sumado a la jubilación del personal que ya teníamos, provocó que ahora seamos 400 personas menos que en 2008.

También nos encontramos ante una situación en la que los perfiles técnico-científicos tienen un éxito total en el mundo privado. Y cuando la actividad económica en el ámbito privado está muy bien, hay menos interés en presentarse a las oposiciones, y eso también lo estamos sufriendo.

¿Cómo cree que podrían conseguir que el sector público pudiera resultarles atractivo?

Ése es uno de los grandes retos del ministerio de José Luis Escrivá, y creo que están en ello. Desde luego, tenemos que ser más atractivos en salarios y en condiciones laborales, adaptarnos a lo que está pasando en el sector privado. Es verdad que cuando la actividad económica va bien, pueden existir incentivos para adentrarse en el sector privado. Pero cuando llega una crisis económica todo el mundo quiere ser funcionario. El sector público tiene que ser atractivo en cualquier circunstancia.

¿De qué forma les afecta en el día a día que tengan 400 trabajadores menos que en 2008?

En la parte puramente operativa, todos los puestos se cubren. Aunque a veces pasamos por situaciones de estrés —por ejemplo, cuando alguien se da de baja—. Es verdad también que la transformación tecnológica hace que haya labores que antes se hacían a mano y ahora están automatizadas, con lo cual las necesidades de personal en determinadas actividades son menores.

Aunque esta modernización de todos los procesos también hace que necesitemos nuevos perfiles que debemos ocupar. Porque si no, nos quedaremos atrás, comparado con otros servicios meteorológicos europeos.

¿La AEMET está actualmente a la cabeza de Europa en cuanto a servicios meteorológicos nacionales se refiere?

Bueno, siempre hay países que están un paso más por delante, como Alemania, Francia o Reino Unido. Nosotros estamos en el grupo de los primeros del segundo grupo.

¿Una entidad como la AEMET podría verse afectada por una incidencia en el sistema informático, como le ha ocurrido a múltiples empresas con Microsoft Azure?

No soy experta, pero nuestro sistema de seguridad trabaja con mucha seriedad, como en el resto de organizaciones públicas, para minimizar esos riesgos. Aquí hemos tenido una pequeña afectación, pero parece que no ha sido grave como para que se haya caído el sistema.

No nos quedaremos sin predicción meteorológica para los próximos días.

Eso parece [se ríe].

¿Qué objetivo se ha fijado para su presidencia?

Me gustaría tener unos servicios meteorológicos robustos. Los estudios internacionales dicen que por cada euro que se invierte en servicios meteorológicos se obtienen siete de beneficio.

A nivel global, tenemos tres grandes vectores de cambio. El primero es el cambio climático. La AEMET tiene que ajustar su forma de trabajo a los fenómenos meteorológicos extremos que va a haber. En la parte de servicios climáticos, tenemos que dar un producto que sea útil para cada usuario. Por ejemplo, para el agricultor, decirle si vamos a tener un otoño en el que le interesará sembrar o recoger, según el nivel de humedad del suelo.

El segundo vector de cambio es la transformación tecnológica. Y el tercero es poner a las personas en el medio, en el centro de las decisiones y ser conscientes de que tenemos que ser útiles para las personas, lo cual implica dar una mejor comunicación.

He visto que no tiene redes sociales. Entiendo que no estará al tanto entonces de algunas opiniones que suscitó su nombramiento. Una de ellas le achacaba que no tuviera experiencia como meteoróloga. ¿Qué le respondería?

Pues que obviamente yo no vengo aquí para ser meteoróloga, ni pretendo serlo. Vengo como experta en gestión pública. Es lo que me pidió la vicepresidenta del Gobierno cuando me ofreció este cargo. AEMET ya tiene muchos profesionales expertos en meteorología, pero esto es una organización de mil personas que hay que gestionar. 

¿Tuvo el conocido como síndrome del impostor cuando le ofrecieron presidir la AEMET?

Uf... La verdad es que me quedé bastante sorprendida, porque yo soy ingeniera de caminos y licenciada en económicas. En ningún momento me podría imaginar que me iban a ofrecer la presidencia de AEMET.

De hecho, cuando me lo ofrecieron dije "yo no sé nada de meteorología". Y me dijeron que lo que necesitaban era una persona experta en gestión pública, y ése es el papel que tengo.

No sé si como presidenta de la AEMET querrá posicionarse. Pero, ¿es de las que soportan mejor el frío que el calor, o al revés?

Siempre me ha gustado más el calor. Soy mediterránea y el calor me gusta, pero lo que no soporto es que no me deje dormir. En mi casa no tengo aire acondicionado y cuando llegamos a un nivel de calor con el que es imposible dormir ya empiezo a maldecir.