La gran mentira de los vegetarianos delgados: no comer carne también engorda (y mucho)
- Estos son los diez motivos por los que una dieta que excluye la carne y el pescado puede hacernos acumular kilos de peso.
- Guía definitiva sobre las proteínas: qué comer para ganar en salud y adelgazar
- Guía definitiva sobre los carbohidratos: qué son y por qué pueden ser malos
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Hay muchas razones para hacerse vegetariano: respeto a los animales, cuidado del medioambiente… Y también sentirnos bien con nuestro propio físico. Sin embargo, deshacerse de la carne y del pescado (y si se opta por la opción vegana, de los lácteos, los huevos y la miel) no siempre significa obtener el cuerpo deseado ni por estética ni por salud. Una dieta vegetariana puede llevar a que engordemos, con los problemas que derivan de la obesidad.
Pero que nadie se asuste: la dieta vegetariana sigue siendo una opción muy saludable. Solo hay que evitar ciertas prácticas que se podrían asociar a ella y que son perjudiciales. También, estar alerta ante ciertos síntomas. Te damos diez factores a vigilar.
Hay desajustes hormonales
Testosterona, estrógenos, tiroides… La falta de algunos nutrientes pueden provocar una revolución de hormonas en nuestro cuerpo. Ante las señales de alerta de hipo o hipertiroidismo (producidas por una alteración de la glándula tiroides), hay que acudir a un médico endocrino.
Este profesional nos prescribirá medicación y nos explicará la dieta adecuada, que habrá que combinar, según el caso, con ejercicio. Unas menstruaciones más irregulares también pueden significar que algo no va bien.
Bebes lo que no debes
Aunque no te tomes un batido de albóndigas, a lo Homer Simpson, puede que tu dieta sí incluya zumos naturales o procesados y refrescos ya que entrarían en la dieta vegetariana. Sin embargo, estos también pueden ser una causa para engordar, debido a la cantidad de azúcares libres o añadidos, respectivamente, que incluyen.
La clave está en abandonarlos (sigas el tipo de dieta que sigas) o limitar su consumo al mínimo. En cambio, opta por agua, leche e infusiones. Y hablando de azúcares
Comes chucherías porque son vegetarianas
El azúcar, siempre el azúcar. Técnicamente, bollos y golosinas también entran en una dieta vegetariana (siempre y cuando no tengan ingredientes como colágeno), pero ya sabemos que esos granos blancos son causa de numerosas enfermedades y malestares.
No solo hablamos de obesidad, sino también de caries, cansancio, aturdimiento mental… Eliminarlo significará evitar el sobrepeso y también sentirse bien.
Productos veganos procesados
No es lo mismo basar tu dieta en fruta, verdura, legumbres y frutos secos que en productos sustitutivos de la carne, como hamburguesas y salchichas veganas de origen sospechoso si no los preparas en casa. Algunos supermercados están ofreciendo una línea cada vez mayor de productos veganos para ese sector de la población que busca una alimentación más sana.
Sin embargo, al leer la composición, nos encontramos con elementos nocivos, como aceite de girasol, o con que la presencia de verdura es escasa. Y eso se nota en nuestro organismo. Para ello, hay que leer la etiqueta a la hora de comprarlos y desechar los ultraprocesados, origen de la obesidad.
Postres caseros que -parecen que- no engordan
No hay que merendar las natillas o la crema catalana del supermercado de la esquina, con una lista de ingredientes que tira para atrás. Pero tampoco comer todos los días la tarta vegana que aprendiste a cocinar en un blog. Su palatabilidad y su aparente salubridad te harían comer sin parar. Pero claro, también llevan una buena cantidad de calorías que no se queman.
Hasta los gurús de la nutrición en Instagram recomiendan limitar su consumo. Deja estos platos para ocasiones especiales y, si quieres un postre alternativo a la fruta, opta por el yogur natural sin azúcar (le puedes añadir canela o algo de chocolate puro de más del 70 %) y el kéfir.
Demasiados carbohidratos…
De acuerdo, la pasta entra también en la dieta vegetariana. Pero comer casi todos los días macarrones, con su chorreón de tomate frito ultraprocesado, no es la mejor opción.
Los carbohidratos son una gran fuente de energía que a lo mejor no quemas lo suficiente, por lo que se acumula en forma de michelín en tu cuerpo. Por ello, varía tu dieta con elementos más saludables: las consabidas frutas, verduras y legumbres.
…o productos muy energéticos
Hablábamos antes de los postres muy palatables que tenían muchas calorías. No son los únicos. Las legumbres son un producto muy energético, al igual que ciertos frutos secos, como las avellanas.
Sus beneficios para la salud son indudables, pero quizá te extrañe cuando lleves unos meses de dieta, sin ultraprocesados, y al subir a la báscula peses más. Pregúntate si habrías de reducir la ingesta para adecuarla a tu nivel de actividad.
Olvidarse de las proteínas
Eliminar la carne no significa que retiremos al cuerpo un aporte de proteínas. Es más, necesitamos dárselo porque son básicas para la formación y mantenimiento de músculos, huesos y tejidos. Pero además, si no se lo añadimos al cuerpo, tenemos más hambre (son nutrientes de ingesta lenta) y eso nos hace comer más, con el consiguiente engorde según lo que comamos.
Las nueces, el humus, el tofu o las lentejas son buenos alimentos proteicos que puedes tomar solos o como aperitivos y acompañamiento de otros. Si eres ovovegetariano, los huevos son asimismo fuente de proteínas con la que saciarse y cuidar el cuerpo.
Reacciones alérgicas
Has engordado. O sientes que tu cuerpo está más hinchado. Quizá, también, te pica alguna articulación. En esos casos, revisa los nuevos alimentos que has introducido en tu dieta. Quizá alguno de ellos te genere alergia o hinchazón: semillas, frutos secos, soja…
Ante la mínima duda o síntoma, acude a tu centro de salud y pide que te hagan las pruebas. Así evitarás muchos sustos y que tu cuerpo lo pase mal.
Comer demasiado o hacer poco ejercicio
Muchas veces el problema no es de la dieta en sí, sino de tu concepción sobre ella o de lo que haces el resto del tiempo. Si te atracas con platos de legumbres y tus meriendas consisten en anacardos con plátanos y un yogur natural, y a la vez no haces deporte ni te mueves todo el día del asiento, es normal que ganes peso.
El sentir que estamos teniendo una alimentación más saludable hace que ataquemos todo el lineal de frutos secos del supermercado sin compasión. Pero eso no implica que no tendremos tableta si a la vez no hacemos ejercicio y racionamos el consumo.
[Más información: Comes demasiada carne: estos alimentos tienen la proteína vegetal que tu cuerpo necesita]